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Un 'matrimonio' olímpico que repite

Sabroso y Raluy, pareja arbitral de balonmano durante 21 años, ante sus segundos Juegos - La grandiosidad del evento los superó en Londres

Ángel Sabroso y Óscar Raluy esperan realizar un buen papel en los Juegos de Río, su segunda cita olímpica. YAIZA SOCORRO

"Hemos sobrevivido como pareja más que Martes y Trece, los famosos humoristas", comenta en tono jocoso Óscar Raluy al hablar de su matrimonio deportivo con Ángel Sabroso. Una relación que perdura desde hace 21 años y que aún sigue muy viva, "aunque también hemos tenido nuestras crisis". "Pero las hemos superado pactando, creciendo y madurando juntos", certifica su compañero, quien añade que necesitaron una fase de adaptación, pequeñas batallas de convivencia sobre gustos, manías, particularidades a la hora de dormir...

Ambos conforman uno de los equipos arbitrales más prestigiosos de su deporte a nivel internacional. En su currículo ya figuran hitos importantes como finales de Mundiales (2011) y Europeos (2014), o el partido donde se dilucidaba el campeón de Europa de clubes de esta temporada que acaba de finalizar. En su palmarés figura también una participación olímpica, la de Londres. En Río saborearán sus segundos Juegos. Reconocen que lo vivirán de otra forma después de su debut en la capital londinense, donde quedaron algo deslumbrados por la grandeza del evento.

Con la cita brasileña, según Raluy, "el círculo se va cerrando" tras cuatro años pitando al más alto nivel. Por su trayectoria, no es difícil vislumbrar que para Brasil estén en muchas quinielas para dirigir los enfrentamientos trascendentales de la competición carioca, o bien en la categoría masculina o bien en la femenina. En 2012, ya fueron elegidos como pareja reserva para las dos finales.

Reconocen que los Juegos son el punto álgido de la carrera para cualquier deportista, porque ellos también se consideran así, deportistas. No se ponen un objetivo concreto en su segunda participación en un evento olímpico. "Nuestro reto pasa por seguir creciendo, sin establecernos una meta, porque luego si no la consigues te frustras. Esto lo aprendes después de muchos años en la élite", apunta Raluy. "No nos obsesionamos, pero claro que nos ilusionaría pitar una de las dos finales, porque sería nuestra medalla de oro", sentencia Sabroso.

Superado todo lo que supone el vivir el debut en unos Juegos, ahora los colegiados grancanarios se centrarán más en la propia competición, en su tarea de dirigir encuentros. "La primera vez todo te coge un poco descolocado, pecas de novato. Te deslumbra el encontrarte con personajes míticos que hasta hace poco seguías sus hazañas deportivas por la tele, como Sergei Bubka (histórico saltador de pértiga). Desde que llegas te ves rodeado de personalidades y de muchos deportistas de élite de todas las especialidades, y eso te sobrepasa", explica Óscar.

En este sentido, Ángel Sabroso destaca que, desde que inició su carrera arbitral siendo muy joven, se marcaba como gran sueño acudir a una competición olímpica. "El acontecimiento te sobrepasa. Se trata de una experiencia vital. Todos los días era como el Día de Reyes, porque el hotel estaba al lado de la Villa y nos encontrábamos con un sinfín de gente famosa, no sólo deportistas. Parecíamos dos verdaderos guiris haciéndonos fotografías constantemente. A Brasil no nos llevaremos ni cámara", argumenta el colegiado en tono jocoso. Añade que también coincidieron con personalidades como Bernie Ecclestone, el magnate de la Fórmula 1; François Hollande, presidente de la República Francesa; o el mismo Felipe VI, por aquella época Príncipe de Asturias. "Además, todos se comportaban de manera informal, disfrutando del espíritu olímpico", explica.

"La verdad es que pagamos la novatada, pero tan contentos. Sorprendía el ambientazo que había. Incluso, en el balonmano, un deporte con muy poca tradición en Inglaterra, los pabellones se llenaban. Disfrutar de la experiencia olímpica es lo más bonito que me ha regalado este deporte", remata Ángel Sabroso.

Ahora, con más experiencia, aseguran que irán con otra mentalidad, centrándose sólo en su tarea arbitral. Para ello, los dos representantes grancanarios están llevando a cabo una preparación especial para la cita brasileña. Y con más razón si cabe. En el torneo de balonmano se aplicarán modificaciones en las reglas de juego. Para adaptarse a su aplicación, Ángel Sabroso y Óscar Raluy, gracias a una invitación de la Federación de Croacia, dirigirán a mediados de este mes dos encuentros amistosos, preparatorios para Río, entre la selección croata y la de Suecia. Además, han estado haciendo un seguimiento al Campeonato Panamericano masculino, que se celebró en Buenos Aires (Argentina) y en el que ya entraron en vigor las nuevas reglas. Los colegiados señalan que los Juegos llegan después de casi dos meses de cierta inactividad tras la finalización de las competiciones oficiales, por lo que realizan un trabajo específico tanto en el apartado técnico como en el físico.

Los dos árbitros isleños también analizan los temas extradeportivos que están rodeando la celebración de estos Juegos. El que ha levantado más polvareda mediática es el virus del Zika. Al respecto, Raluy apunta que "falta información", pero cree que no afectará al desarrollo del evento. Por si las moscas, o por si los mosquitos, adelanta que "a la vuelta tengo previsto hacerme un chequeo médico por lo que pueda pasar". Su compañero añade que la Federación Internacional de Balonmano ha enviado un dossier al respecto y que "también el Comité Olímpico Español ha anunciado que va a ser un seguimiento durante la competición con toda la expedición española".

En referencia a la inseguridad en la capital carioca, los colegiados grancanarios dicen que tampoco les preocupa en demasía, porque ya han estado en otros lugares calificados de peligrosos, como en Guadalajara, en México, "donde también se escuchaba que existían problemas de este tipo; luego había un despliegue de seguridad enorme y todo quedó en nada".

Óscar Raluy explica que, "cuando uno era más joven y viajaba mucho por el mundo", asuntos como estos apenas les preocupaban, "pero ahora, ya con familia, se tienen más en cuenta". Por su parte, Ángel Sabroso comenta que no hay mal que por bien no venga, y que estas posibles problemáticas servirán "para vivir como en régimen de concentración y centrarse más en el balonmano".

Recuerda que en la cita de Londres, en 2012, antes del evento había suspicacias en torno a las instalaciones inacabadas, a la seguridad y otros aspectos, pero que cuando se dio el pistoletazo de salida todo estaba a punto. "Aquí sucederá lo mismo, todos los organismos internacionales se implicarán al máximo, porque se trata del evento deportivo más importante a nivel mundial", sentenció.

Gran nivel en balonmano

Los colegiados internacionales son conscientes de que en los Juegos de Río todos los partidos que les toque arbitrar tendrán un alto grado de dificultad, tanto en masculino como en femenino. Su pena, que España, después de muchísimos años, no estará representada a nivel de chicos.

Apuntan que habrá doce equipos de altísimo nivel y que no existen encuentros fáciles, "porque hay mucho en juego". No se atreven a hablar de favoritismo. "Además de las selecciones europeas, las del resto de continentes han crecido una barbaridad, en gran parte por la presencia de entrenadores españoles en sus banquillos, como Jordi Ribera -ex del mítico Cadagua Gáldar- en Brasil o Valero Rivera en Qatar", señala Sabroso.

Mientras, a la hora de analizar la participación española en féminas, Raluy ve a España "con opciones" por su currículo internacional y porque "es la actual medalla de bronce". Destacaron ambos el orgullo de que dos jugadoras canarias, la grancanaria Marta Mangué y la tinerfeña Eli Chávez, sean piezas importantes en las Guerreras, "además de Silvia Navarro, la portero del Rocasa Gran Canaria, que ya casi es una de las nuestras".

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