Natalia lloraba a lágrima viva en la piscina Julio Navarro. Eran lágrimas de emoción, de alegría. Había tenido a un palmo a su ídolo, Mireia Belmonte, la gran estrella de la natación española. El combinado nacional se encuentra desde ayer en la capital grancanaria, donde permanecerá hasta el miércoles de la próxima semana preparando su participación en los Juegos Olímpicos de Río aprovechando que en la sede del CN Metropole se celebra el Campeonato de España de Verano Absoluto.
Mireia era el foco de atención, tanto en las instalaciones metropolistas como en las del CN Las Palmas. En estas últimas tuvo lugar por la tarde la primera sesión preparatoria de las diez nadadoras y doce nadadores elegidos para representar a nuestro país en la cita olímpica que se inicia en Brasil el 5 de agosto -en esta concentración en la Isla sólo falta Hugo González de Oliveira, quien acaba de participar con éxito en el Europeo júnior celebrado en Hungría-.
Los deportistas españoles, durante esta semana, tendrán jornadas muy moviditas entre entrenamientos y competición, pues desde esta tarde hasta el próximo domingo defenderán los colores de sus respectivos clubes en el Nacional que tiene al Metropole como escenario. Entre serie y serie, y entre final y final, vuelta al Julio Navarro para entrenarse de cara a la cita olímpica, donde España acudirá con una de las mayores representaciones de su historia.
Como Fernando Carpena, presidente de la Federación Española de Natación, confirma las opciones que tiene la selección de lograr medallas en Río, "dentro de lo complicado que es conseguir subir al podio en un evento donde están los mejores del mundo".
Además, reconoce que las chicas tienen mayores posibilidades de conquistar preseas que los chicos y que Mireia Belmonte se trata "de nuestra principal baza". El máximo responsable de la Española cree que se puede hacer un buen papel "con un equipo que aúna veteranía y juventud".
Por lo pronto, la moral está alta después de los buenos resultados cosechados en el reciente Europeo disputado en Londres, donde las féminas triunfaron.
