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Una experiencia impagable

La tenista Magüi Serna rememora sus vivencias en los JJOO de Sydney

Una experiencia impagable

La grancanaria Magüi Serna obtuvo en julio de 2000 una victoria épica en Wimbledon, donde su pase a la tercera ronda tras batir a Mary Pierce -número 3 del mundo- por 7-6 y 7-6, le sirvió para sellar su presencia en los Juegos Olímpicos de Sydney. En la cita australiana cayó en primera ronda ante la francesa Dechy, pero el resultado no condiciona los recuerdos impagables que le dejó esta experiencia.

"En aquella época era el capitán del equipo quien decidía los que acudían. Yo hasta el Grand Slam de Wimbledon era la tercera española en el ranking de la ATP, pero en ese momento otra tenista me empezó a pisar los talones. Por esta razón la victoria en Wimbledon era tan importante. Era uno de mis torneos preferidos y ganar en la pista central frente Mary Pierce, con todo lo que conllevaba, fue impresionante. Me sentía como una niña pequeña", recuerda.

Primeros Juegos Olímpicos

Con el billete para los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, comenzó la aventura de Magüi Serna. La tenista grancanaria llegó a Australia tras disputar el US Open, con el cambio horario que eso suponía y otro factor determinante: pasó del verano al invierno en cuestión de horas. "Esto nos pasó factura a muchos atletas", apunta. De hecho, ella cayó enferma y aún tenía secuelas en aquel primer y único partido que disputó en Sidney 2000.

Magüi formaba parte del equipo español de tenis junto a Conchita Martínez y Anabel Medina, quienes no se hospedaron en la Villa Olímpica. "Yo desde el primer minuto pedí y supliqué quedarme en la Villa. Yo quería vivir el ambiente y esa experiencia no quería perdermelo por nada del mundo. Aunque también entendía la decisión de ellas de quedarse fuera porque ya habían disputado más Juegos", apunta.

La Villa se convierte en una pequeña ciudad, que en el caso de Sydney contaba incluso con paradas de guaguas, aunque tenía algunos hándicaps. Por ejemplo, parte de las casas eran desmontables, es decir, no contaban con calefacción integrada y eran muy frías. "A la expedición española nos tocó quedarnos en esas casas desmontables. Nos dieron mantas y estufas, pero aún así el frío por las noches era horrible. Este fue uno de los motivos por el que muchos caímos enfermos", sentencia Magüi Serna.

Pero ni el frío, ni la gripe, frenaron a los atletas porque "cada día aquello era una fiesta". "Cada vez que ganaba alguien de la expedición formábamos una pequeña fiesta. El ambiente era muy bueno y había mucho compañerismo entre todos aunque no nos conociéramos", señala Magüi. Este es el factor que hace que muchos de los atletas renuncien a quedarse en la Villa Olímpica. "Hay un 30% de los atletas que van con el objetivo fijo de obtener la medalla, el resto, van a vivir y disfrutar de la experiencia e intentar dar la sorpresa. Y suelen ser esos que buscan medalla los que se hospedan fuera", recalca.

Hay recuerdos que se graban a fuego en la memoria y después de todo el sacrificio que realizó la tenista grancanaria, la ceremonia de inauguración la recuerda como si hubiera sido ayer. "Fue emocionante", sentencia. Los atletas de todas las delegaciones se concentraron en el Estadio Cerrado, el Super Dome, desde las seis de la tarde, en el caso de España, aunque les tocaba salir a las once de las noche y allí tuvieron que esperar durante casi cinco horas. "A la entrada nos daban un sándwich, un plátano y una botella de agua, mientras esperábamos veíamos la ceremonia proyectada en una pantalla gigante. Después de todo ese tiempo, la mitad de nosotros ya estábamos medios dormidos o en trance cuando nos llamaron para salir", continúa.

Fin a la espera

Después de esos momentos previos de nervios que se acabaron haciendo interminables, llegó el turno de formar filas para el desfile. Las mujeres delante, los hombres detrás y el abanderado, Manuel Estiarte, a la cabeza quien logró a la perfección levantar los ánimos de sus adormilados compañeros. "Cuando íbamos hacia el estadio y a unos 100 metros de entrar, le dieron la bandera a Estiarte, en ese momento, se dio la vuelta, la alzó y dijo: ´¡Qué se sientan los colores!´ El subidón de energía fue impresionante, yo empecé a llorar y ya no pude parar", recuerda Magüi con emoción.

La tenista grancanaria señala que, "antes de la ceremonia muchos compañeros que ya lo habían vivido antes me lo habían advertido: ´Vas a acabar llorando´. Y yo, ilusa, siempre decía: ´No lo creo, no soy de lágrima fácil´. Pero no hay palabras para describir aquella sensación", puntualiza.

Éste es uno de esos momentos que se quedan marcado a fuego en la memoria de sus participantes. Y para la posteridad quedan las numerosas fotos con las que las atletas inmortalizaron el momento. Pero hay deportistas, como la tenista grancanaria, que son afortunadas y que tienen la posibilidad de repetir experiencia.

La segunda vez no siempre se afronta como la primera y así lo señala Magüi. "En Sydney estaba más tranquila. Viví el desfile con más calma", pero si hay algo que no olvidará es como la Reina Sofía y las Infantas Cristina y Elena de Borbón saludaban al equipo español desde la tribuna.Pero hay cosas que no cambian, aunque sus protagonistas lo hagan porque "el ambiente en la Villa era el mismo, se hizo mucha piña nuevamente".

Dentro del mundo del tenis, los Juegos Olímpicos son un elemento de discordia. En medio del circuito y celebrándose cada cuatro años, muchos son los tenistas que no le encuentran el aliciente. Magüi Serna se moja dentro de este debate y ella lo tiene claro. "A nivel de puntos para el ránking de la ATP, no se valora, aunque si no recuerdo mal, en mis segundos Juegos [Atenas 2004] si se contabilizó con puntos. Pero independientemente de los puntos, a nivel personal es algo muy valioso. Representar a tu país en una competición de esas dimensiones no tiene precio y conseguir una medalla, es algo increíble", añade.

Ella dentro de esta polémica y a diferencia de su sucesora en el mundo del tenis canario, Carla Suárez, señala que "a nivel deportivo no me fue del todo bien, y me volví para casa a las primeras de cambio, pero repetiría la experiencia otra vez sin dudarlo ni un instante". La magia de los Juegos Olímpicos, la conquistaron. Aunque por el contrario, señala que "este año con todo el tema del zika, me lo pensaría e igual renunciaría. Pero porque ya lo he vivido en dos ocasiones", explica.

Dos Juegos Olímpicos dan para muchas anécdotas y vivencias, unas que nunca olvidará y otras que figuran más difusas. "Recuerdo que a los Sidney fuimos desde Estados Unidos, tras disputar el US Open. Al llegar a alguien le faltó la maleta [tras una pausa, reacciona y sigue]. Creo que a la que se le perdió fue a mí y tuvieron que estar tres días prestándome ropa".

Los atletas, por muy reconocidos que sean, también tienen sus ídolos, y eso le paso a Magüi. "Nosotros vamos allí representando a nuestro país, pero nosotros a la vez tenemos nuestros referentes. Y el día que me acerqué a recoger mi acreditación me encontré con Marion Jones [una de las atletas estadounidenses más reconocidas] recogiendo la suya y me quedé alucinando. Algo poco habitual dado que los deportistas más populares no suelen ir a recogerlas", asentó.

Emoción es lo que desprenden sus palabras cuando recuerda las experiencias vividas en los dos Juegos Olímpicos. Ahora desde la distancia y con la consiguiente nostalgia, valora las opciones de España en su disciplina, con el guiño del deporte español al tenista más laureado, Rafa Nadal, que será el abanderado. "Él se ha estado reservando para esta competición, de hecho, renunció hasta a un circuito emblemático como Wimbledon. Para mí, es el mejor deportista español de la historia y esto es un reconocimiento", comenta.

España va a Río con muchas opciones y así lo valora Magüi Serna dado el "muy buen equipo tanto masculino como femenino, pero depende de muchas cosas y tendremos que esperar para ver los cuadros". Los máximos representante del equipo español son Rafael Nadal y David Ferrer, en masculino, y Garbiñe Muguruza, con la grancanaria Carla Suárez, en el femenino. Ellos cuatro también disputarán los dobles y los dobles mixtos.

Todo esto supone una alta carga de partidos aunque a diferencia de otras competiciones se alarga durante una semana. "Hay que ver cómo se habitúan, ahora solo podemos hacer conjeturas, porque igual si tienen un cuadro muy complicado renuncian a jugar los dobles o el mixto, pero realmente, todos tienen opciones en todo". Por lo tanto, Maúi Serna cree que puede pasar de todo, porque como bien se ha comprobado por nombres no se gana y en los dobles hay que ver cómo se amoldan, "es como una lotería". "Puedes ser muy bueno a nivel individual pero si no son capaces de adaptarse uno al otro no va a funcionar", añade.

A por todas saldrá a competir el equipo español de tenis, en un año en el que el cuadro cuenta con grandes referencias mundiales. Una competición atractiva en el que los tenistas españoles buscarán poner su nombre en letras de oro. Desde la distancia con emoción y nostalgia le tocará vivirlo a Magüi Serna.

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