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Juegos Olímpicos

Colección de campeonato

Juanjo Rodríguez de Rivera posee más de dos mil objetos relacionados con los Juegos Olímpicos

Juanjo Rodríguez de Rivera Olives (Las Palmas de Gran Canaria, 14/7/1968), es un entusiasta del deporte. Tal es así que toda su vida ha girado en torno al mismo. Ya de temprana edad empezó practicando, junto a Quique Martínez, saltos de trampolín en el CN Metropole. Sin embargo, "me cansé pronto, sobre todo porque hacía mucho frío cuando entrenábamos y al salir de la piscina", señala; así que al tiempo decidió practicar otra disciplina deportiva.

"Un día me encontré a unos chicos que hacían gimnasia y me invitaron a unirme a ellos. Ahí nació el llamado grupo de la playa y, hasta ahora", señala Juanjo. Tal ha sido su vinculación con la gimnasia deportiva que, tras muchos años de practicarla y pasar por todos los estamentos como gimnasta, juez árbitro, entrenador -lleva más de 20 años al frente del equipo del San José Dominicas, el más laureado de la gimnasia canaria-, en la actualidad es el presidente de la Federación Insular de Gimnasia de Gran Canaria.

Además, su vinculación deportiva le llevó incluso a licenciarse en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, por lo que "el deporte es mi vida. De eso no hay duda alguna", señala.

La etapa coleccionista

Tal es su adicción al deporte que al poco de dedicarse a la gimnasia comenzó su etapa de coleccionista. Primero fueron "recortes de periódico y revistas deportivas. Recortaba y pegaba en albumes muchas cosas relativas a la gimnasia. Principalmente todo lo relacionado con Jesús Carballo -exolímpico y bicampeón del mundo de barra fija, y actual presidente de la Federación Española de Gimnasia desde 2010-", y a partir de ahí fue ampliando su colección a otras disciplinas y actividades deportivas.

Hasta que llega su relación con los Juegos Olímpicos y su hobby le lleva a empezar una colección que, en la actualidad, ya sobrepasa las dos mil piezas entre pins, platos, monedas, llaveros, mascotas, trajes, prendas, y un largo etcétera.

Esa relación comienza con ocasión de los Juegos disputados en España: Barcelona'92. "Entonces me hice voluntario olímpico -aún hoy día sigue siéndolo-. Realicé un curso para estar en Barcelona'92 y aunque finalmente no me eligieron para estar en los Juegos de la capital catalana, sí que me eligieron para ser portador de la antorcha olímpica a su paso por Gran Canaria. Hice mi recorrido en la zona de Telde y, como anécdota, te diré que tuve que hacer dos etapas, porque quien debía relevarme no pudo hacerlo, porque se indispuso y yo tuve que continuar corriendo hasta el siguiente relevo", señala Juanjo Rodríguez.

"Yo creo que me eligieron por mi condición de haber sido campeón de Canarias de gimnasia y por haber estado nominado varias veces a mejor deportista de Las Palmas en aquel certamen que inició Jesús Telo y que hoy día mantiene el Cabildo de Gran Canaria", añade Rodríguez de Rivera.

De ese día en que portó la antorcha por las carreteras de Telde, Juanjo recuerda otra anécdota que pudo haber cambiado y variado el rumbo del resto de su vida y de su actual colección de objetos relacionados con el mundo del olimpismo. De haber aceptado, probablemente nada de lo que tiene hoy estaría repartido por las vitrinas de su casa. "Y es que cuando acabé de correr, exhausto por haber hecho dos relevos, se me acercó un señor y me ofreció lo que hoy vendría a ser unos 200 ó 300 euros para que le vendiera la antorcha que acababa de portar. Menos mal que entonces, que no pensaba en absoluto en dedicarme a coleccionar piezas de museo sobre el olimpismo, le dije que no, que no la vendía, y me la quedé", indica Juanjo.

Y es que, con el paso del tiempo, Juanjo no duda un ápice a la hora de señalar que, de entre las más de dos mil piezas que tiene su colección, el objeto más preciado y querido de la misma es, precisamente, "la antorcha que porté aquel día que corrí por Telde. Es el objeto que más quiero y, por eso mismo, ya no tengo la antorcha suelta por ahí y no la presto para nada. La he puesto en una urna de cristal, para evitar que se deteriore".

Piezas de Berlín 1936

La colección que atesora Juanjo Rodríguez de Rivera en su domicilio, y que ha expuesto en Gran Canaria en dos ocasiones, una primera en el Centro Comercial El Muelle, en el año 2000 y con ocasión de los Juegos Olímpicos de Sidney -"la verdad que eran tantos objetos, que la exposición se cogió toda la primera planta del centro comercial", indica-; y una segunda hace un par de años en las propias instalaciones de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, en el campus de Tafira.

"No he expuesto más porque es muy complicado exponer, sobre todo porque a veces no hay logística suficiente que te ayude para hacerlo, porque se necesitan unas vitrinas especiales, sobre todo para evitar que se deterioren las piezas, y a veces no tengo esas ayudas", comenta Juanjo.

Dicho ya que de entre todas esas piezas la más preciada es la antorcha, cabe significar que las más antiguas datan justamente de los Juegos Olímpicos disputados en Berlín, en el año 1936, cuando la Alemania nazi era gobernada por el Führer Adolf Hitler. Se trata de un díptico anunciador de los Juegos así como un mapa de la ubicación de la Villa Olímpica.

Además, también de esa cita en Alemania, Juanjo tiene unos cuadros originales de Ismael González de la Serna -nacido en Guadix en 1898 y fallecido en París en 1968-, que compraron directamente a un sobrino del pintor granadino en un rastro de París. Porque es que a Juanjo le ayuda bastante a la hora de obtener objetos para su colección su hermano Jorge, artista afincado en la capital francesa desde hace más de veinte años.

"Mi hermano Jorge sale mucho de paseo por los rastros de París casi todos los domingos y siempre que encuentra algo que le parece interesante me avisa. A veces me lo compra y me lo regala sin decirme nada, y otras me llama y me dice si me interesa para comprármelo. Luego le giro el dinero para pagárselo", señala sobre el particular Juanjo.

Porque, además, Francia casi que se puede llamar la cuna del coleccionismo olímpico. Así lo señala el propio Juanjo Rodríguez de Rivera cuando indica que "la verdad es que no conozco personalmente a ninguna otra persona que se dedique a coleccionar objetos del olimpismo como hago yo, pero sí se que existen muchos por todo el mundo, principalmente en Francia. Allí, en París, hay muchas subastas y exposiciones, y mi hermano siempre me avisa cuando se encuentra con algo así. Ahí se pueden obtener muchas cosas. A veces a precios bien asequibles, pero muchas otras a precios prohibitivos".

En busca de Waldi

Juanjo Rodríguez posee, entre su extensa colección, muchas piezas de incalculable valor, especialmente emocional, aunque también económico. "Tengo muchos objetos pequeños, como los pins, pero también monedas, alegorías, mascotas y muchos cuadros originales de varios Juegos. Procuro no tener imitaciones de esas chinas, sino merchandising oficial, originales, porque de lo contrario no tiene valor. Siempre pido a algunos de los olímpicos canarios que acuden a los Juegos que me traigan algo y luego, en las exposiciones pongo quien fue el que me cedió cada una de las piezas. Ahora, estoy a la espera de que alguien me traiga algo de Río 2016. De momento ya conseguí las cholas oficiales, las compré recientemente, pero espero tener algo más. A ver si puede ser", indica Juanjo. Y añade: "los objetos de los Juegos recientes son mucho más fáciles de conseguir que los de Juegos más lejanos en el tiempo. Lo cual es normal, pero de los de antaño también se pueden lograr cosas".

Sin embargo, ahora mismo su principal objetivo, además de lo que pueda conseguir de Río, se centra en lograr una mascota. Juanjo está buscando a Waldi. Es la mascota de los Juegos Olímpicos de Munich'1972. Aunque en México'68 hubo una Paloma de la paz que pudo interpretarse como mascota, en los juegos de verano realmente fue en Munich cuando comenzaron a utilizarse las mascotas. Previamente, en los juegos de invierno de Grenoble en 1968, fue donde en realidad se vio la primera mascota de forma oficial: Schuss, un esquiador.

"Waldi es un perro dachshund o perro salchicha, muy representativo de la región de Baviera. Según dicen representaba la resistencia, la tenacidad y la agilidad de los atletas", indica el coleccionista grancanario.

Rascado por una bandera

Juanjo también tiene sus frustaciones por alguna que otra pieza. Por ejemplo, por una bandera olímpico con sus cinco aros. "La tuve en mis manos, pero al final no me decidí a comprarla. Y por ello estoy muy pero que muy rascado. Me arrepiento de no haberla comprado", confiesa el grancanario.

"Poco antes de los Juegos de Atenas, en 2004, estuve en la capital griega, porque nos invitaron a una competición internacional de gimnasia. Allí compré un montón de cosas alegóricas de los Juegos para mi colección y estuve a punto de comprar la bandera oficial de los Juegos Olímpicos. Como digo, la tuve en mis manos, pero al final no me decidí a comprarla porque costaba un buen dinero y aún debía estar varios días más en Atenas y no me daba para todo", comenta Rodríguez de Rivera.

Un hobby, no una obsesión

Juanjo tiene todo tipo de objetos. Entre ellos, por ejemplo, cabe citar también una foto de su gimnasta preferida: la rumana Nadia Comaneci. La foto es original de un reportero gráfico que estuvo presente en Montreal y le hizo esa intantánea, y está firmada por el propio autor de la imagen. Imagen de la que en estos días se cumplen 40 años. Hace cuatro décadas que Nadia Comaneci asombró al mundo entero al ser la primera gimnasta que lograba un 10 en un ejercicio. Y ella logró varios en Montreal.

Además, en su colección hay láminas, pósters, ropa oficial de los Juegos... Por ejemplo, tiene la parte superior del traje de la inauguración de Albertville'92, que fue diseñado por el francés Decouslé y le costó alrededor de 200 euros, aunque no pudo conseguir el pantalón, "pero estoy en ello. Lo lograré".

Y ya que se habla de dinero, de euros, a la hora de indicar a cuanto asciende su inversión para tener la colección que posee, Juanjo Rodríguez de Rivera señala que "no sé cuanto habré invertido, pero bastante. Menos mal que no tengo una familia que mantener, porque si no me hubiesen echado de casa hace mucho tiempo", señala entre risas.

"Lo cierto y la realidad es que no estoy todo el día pegado a obtener más y más piezas para mi colección. Esto es mi hobby, pero no mi obsesión. Para nada. No estoy enganchado, aunque sí que he de reconocer que me gustaría tener una colección más amplia. Pero todo ello requiere dinero y, evidentemente, yo no tengo el suficiente. Por eso muchas veces apelo a la generosidad de los amigos para que me regalen objetos, piezas importantes. Yo compro lo que puedo, sobre todo de los Juegos recientes. Sería genial, por ejemplo, si algún olímpico canario tiene cosas que le sobren en su casa y las quiere ceder. Yo he visto en rastros de París subastar hasta medallas logradas por algún deportista. No sé las razones por las que las subastan y venden, pero me he retraído de lograrlas porque sus precios eran prohibitivos. Una de las medallas que ví la vendían por cien mil euros. También las antorchas, que quiero conseguir alguna, tienen una precios elevadísimos, cuestan muy caras. Pero estoy contento, muy contento con todo esto que tengo aquí, con todo lo que ves y que espero seguir aumentado poco a poco", señala finalmente Juanjo Rodríguez de Rivera.

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