El Circo de la F1 cumple este fin de semana su decimosegunda parada del año con la disputa del GP de Alemania en el circuito de Hockenheim, al que el británico Lewis Hamilton (Mercedes) llega por vez primera en la temporada al frente de la clasificación general tras su victoria la pasada semana en el Gran Premio de Hungría.

Hamilton impuso su mejor reacción en la salida y la potencia de su Mercedes en el lento y complicado circuito de Hungaroring, y confía en repetir ahora en el muy diferente trazado de Hockenheim, muy abierto en los adelantamientos y donde el tricampeón inglés protagonizó en 2014 una de las grandes remontadas de la historia al pasar de la última plaza en la parrilla de salida a la tercera final en el podio.

Y remontar es lo que ha hecho Hamilton a su compañero Nico Rosberg en la general provisional. El alemán inició el campeonato ejerciendo un dominio absoluto con cuatro victorias consecutivas en Australia, Bahrein, China y Rusia, pero a partir del GP de España -cita que no acababan ninguno de los Mercedes en el primer capítulo del año de su particular batalla fratricida-, comenzaba a perder poco a poco su renta hasta verse superado en Hungría por un insaciable Hamilton que viene de ganar cinco de las seis últimas carreras.

Siempre en la historia de la Fórmula 1 el piloto que ganó las cuatro primeras carreras del año acabó ganando el campeonato, pero la de 2016 puede ser la excepción a la regla. Hamilton ha evidenciado ser muy superior en la lucha cuerpo a cuerpo a Rosberg, un piloto más académico y al que le cuesta reaccionar en los momentos de tensión.

Si Hamilton arrebataba el liderato a Rosberg en Hungría otro tanto hacía Ricciardo (Red Bull) sobre Raikkonen (Ferrari) en la lucha por la tercera plaza. Algo que ha dejado secuelas en Maranello con la destitución del británico James Allison como director deportivo de la Scuderia y su sustitución por el suizo nacionalizado italiano Mattia Binotto. Y es que pocas cosas han cambiado en Ferrari desde la salida hace dos años de Fernando Alonso, incapaz el cavallino de plantar cara a las flechas de plata alemanas.

Un Fernando Alonso que en Hungría (séptimo) lograba puntuar por tercera vez en la temporada, pero que lo tendrá mucho más complicado de conseguir en Hockenheim, circuito en el que ganó con Renault (2005) y Ferrari (2010 y 2012) pero poco favorable a un McLaren que puede defenderse en trazados complejos (Mónaco, Hungría...) pero indefenso en los de potencia.