Faltaban unos pocos minutos para el comienzo de la velada cuando Ana Heredia, madre de la gran esperanza blanca del boxeo español en los Juegos de Río, declaró su confianza. "Dios está con Samuel", aseguró con esa amplia sonrisa que su hijo nunca pierde, para asombro de todos, cuando se encuentra sobre el cuadrilátero. Sin embargo, Ana no ve los combates de su hijo. No puede. "Ya lo vi salir; ya me voy", anunció en la sala de prensa del Gran Canaria Arena, junto a familiares, amigos, técnicos y un insigne compañero como el teldense Ferino V, entre los 20 mejores del ranking mundial en el peso welter. "Más guapo no lo hay", se despide la orgullosa madre.

Samuel Carmona estaba a punto de iniciar el combate más importante de su vida, hasta la fecha. "Mira como sonríe, como si estuviera en el campeonato de España", señalan. Pero todo ocurre en un pestañeo. Nueve minutos de frenético intercambio de golpes que dejó al colombiano Martínez con el bronce y al canario con el diploma. Al finalizar, todos parecen aceptar con deportividad el fallo de los jueces, aunque muchos lo ponen en duda por la igualdad de la contienda. "El colombiano estuvo un poco mejor. Supo estar atento a todos los ataques. Samuel hizo lo que pudo, luchando hasta el final. Es un guerrero y un luchador nato, pero le vi un poco nervioso al salir y a lo mejor le pudo la presión de las medallas", apunta Yeray García, conocido como El Pera, entrenador de Carmona desde hace cinco años. "Es un futuro campeón y dentro de cuatro años lo veremos con el oro en el cuello. No pudo ser en esta ocasión pero es joven y seguro que se trae una medallita de Tokio", añadió éste, que confirmó la continuidad de Carmona en la carrera olímpica. "Él nació para esto", apostilla.

Mientras, Rafael Marrero Feluco, una persona que ha vivido el día a día del púgil desde su infancia, vio a Carmona algo cansado. "El colombiano tenía los brazos largos, ha llevado la iniciativa y tiraba más manos. Pero la diferencia ha sido muy corta si es que la hubo. El combate de los dos ha sido muy bueno. La pena es que Samuel no haya cogido la medalla, porque ha trabajado mucho", señaló seguro de que logrará la medalla en Tokio.

Antonio Carmona luce la misma deportividad que su hijo al alzar en hombros a su contrincante. "La sensación que tenemos es maravillosa. Es su primera participación olímpica. Ganó a un campeón como Paddy Barnes y ya tiene un diploma. Es joven y le quedan dos Juegos por delante. Así que puede lograr esa medalla que se nos ha escapado", analizó éste, aunque reconoce haber visto un Carmona distinto sobre el ring. "Ha ido demasiado a la guerra cuando él es más precavido, pero bueno, eso es cosa del entrenador. Yo no soy nadie para opinar", señaló, satisfecho con la participación de su hijo y las audiencias de sus combates.

"Ahora toca darle ánimos porque ha perdido un combate que él pensaba que iba a ganar. La gente ha descubierto en él un campeón, pero hay que valorar su edad. Es un diamante en bruto y le queda mucho trabajo. El deporte es cuestión de trabajo y a él, ahora, le quedan muchas horas de trabajo por delante", añadió el padre sin desazón. "Unas veces ganas y otras pierdes. Así es el deporte", señala sin saber que su hijo pronunciaba las mismas palabras casi al mismo tiempos desde Río. "Eso sí, ha llegado donde ningún canario llegó antes. Es muy difícil ser diploma olímpico", concluyó. "Él tiene que estar orgulloso de lo que ha hecho. Lo ha dado todo", media la madre. "Notamos el cariño de la gente y nos llena de felicidad. Ahora solo pienso en darle un abrazo y dos besos. Para mí es un campeón", finalizó.