El Herbalife Gran Canaria bailará esta temporada a ritmo del sonido New Orleans. El estadounidense Bo McCalebb (Luisiana, 1985) es la opción es la opción elegida por el conjunto amarillo para ocupar la posición de base, único puesto que quedaba por cubrir en la plantilla que dirige Luis Casimiro. Posee el pasaporte macedonio y ha sido internacional con ese país, igual que el que será ahora su compañero de equipo, Richard Hendrix. Además, la Isla no le es desconocida, pues el curso pasado se midió a la escuadra claretiana en la Eurocup.
Después de descartarse varios nombres, como los del puertorriqueño Walter Hodge -que sonó con mucha fuerza- o del norteamericano Bryce Cotton, el club fijó la mirada en el director de juego del Limoges francés la campaña anterior para acompañar a Albert Oliver en esa importante posición.
Bo McCalebb, nacido en New Orleans, de 31 años de edad, 1,83 metros de altura y cuya asignatura pendiente ha sido la NBA, está llamado a aportar calidad y experiencia a la dirección de juego. Se trata de una incorporación llamada a ayudar al conjunto claretiano a dar ese salto de calidad que anunciaba el entrenador el pasado lunes en el inicio de la pretemporada.
Aunque no cuenta con pasado en la Liga Endesa, el base estadounidense presenta un currículo excelso en Europa tras su paso por Serbia, Italia, Turquía, Alemania y Francia. Ahora, tras terminar su contrato con el Limoges, afrontaría el reto de iniciar una tardía aventura española, después de que año sí y año también su nombre sonará para equipos como Barça, Madrid, Baskonia o Unicaja.
Se formó en la Universidad de New Orleans, donde estuvo desde 2003 a 2008. A continuación dio el salto al continente europeo para recalar en un equipo sin demasiado renombre, el Mersin BB de Turquía, promediando 17,4 puntos en treinta partidos.
Su siguiente destino ya sí contaba con más prestigio en el concierto continental. En la 2009-10 aterrizó en el Partizan serbio. Con una media de 14,3 puntos por encuentro, ganó la Liga Adriática y también resultó elegido en el segundo mejor quinteto de la Euroliga (13,9 puntos y 3,4 asistencias).
Poco duró la aventura de Bo McCalebb en Belgrado. En el siguiente ejercicio recaló en el Pallacanestro italiano, más concretamente en el pujante Montepaschi Siena, cuyos colores defendió durante dos años. Fue un etapa muy fructífera en cuanto a títulos: Liga, Copa (dos veces) y Supercopa en el país transalpino. Además, en su última campaña en Siena, se erigió en máximo anotador de la Euroliga con 16,9 puntos por partido para convertirse en el primer base en ganar el premio Alphonso Ford, que premia al jugador con mayor promedio anotador de la máxima competición continental de clubes.
Después de su fenomenal trayectoria en Italia, el de New Orleans puso rumbo de nuevo a Turquía, su primer destino en Europa, pero esta vez para militar en uno de los grandes de aquel país, el Fenerbahçe, con el que jugó la Euroliga.
Tras firmar dos años discretos, su siguiente parada fue Alemania. Con la temporada 2014-15 en marcha, firmó con el Bayern Múnich, que también disputaba la máxima competición continental, promediando 9,8 puntos y 3,6 asistencias, unos números que se incrementaron en la Bundesliga (13,6 puntos y 5,6 asistencias). En la campaña siguiente, los problemas físicos no le permitieron destacar. Tuvo que ser operado del dedo pulgar por una lesión en un partido de Eurocup.
Ya en Francia, con el Limoges, disputó diecinueve partidos de Liga con una media de 24 minutos en pista y 11,5 puntos (37% en triples), 2,2 rebotes y 3,3 asistencias, con once de valoración. En la segunda competición europea, jugó doce encuentros más, con doce puntos de media (50% en triples), 2,9 asistencias, 1,6 rebotes y 13,6 de valoración en 20,44 minutos.
