Una emboscada "de las que crean afición" de Alberto Contador en la etapa más corta de la Vuelta, disputada entre Sabiñánigo y Formigal, permitió a Nairo Quintana dar un paso de gigante para afirmar el maillot rojo, hundió a Chris Froome y dio la victoria de etapa al italiano Gianluca Brambilla.

"Día grandioso", dijo Quintana en meta. "Etapa de las que crean afición", señaló Contador. Resumen exacto de una jornada histórica que deja la Vuelta casi sentenciada en la lucha por el título. Quintana, segundo en la etapa tras el italiano Gianluca Brambilla, más rápido que el líder. No fue grave perder la etapa, ya que Froome perdió 2.40 y gran parte de sus opciones.

"Miré el libro de ruta para ver qué se podía hacer. Salí a tope, sin saber quien me seguía y ha salido un espectáculo muy bonito, de los que hacen afición. Estoy satisfecho. Ahora dormiré mejor", comentó Alberto, el héroe de un día frenético.

Movistar se apuntó al plan preparado por Contador y ya saborea el título, aunque falte una semana para Madrid. Nairo Quintana tiene a Froome a 3.37 minutos y a su compatriota colombiano Esteban Chaves a 3.57. La revolución llevó a Contador al cuarto puesto, a 4.02, con opciones de podio.

Baño de épica

El ciclismo vive de épica y de hazañas que alegran la memoria. No abundan en el ciclismo moderno, pero grabado quedó el "espíritu de Fuente Dé" y aquella etapa de 2012 en la que Alberto Contador arrebató la Vuelta a 'Purito' Rodríguez con un antológico asalto en el Collado de la Hoz, a 50 km de meta.

"Si alguien es capaz de reventar la Vuelta, ese es Contador". En esa idea coincide todo el pelotón. Y apareció el madrileño en versión hazaña en el Pirineo aragonés para poner patas arriba la carrera e incluso eliminar de un plumazo la dualidad Quintana-Froome.

Después de la tempestad del Aubisque, nada de calma. La etapa más corta, 118 kilómetros hasta Formigal, resultó explosiva. Lo decidió Contador, herido, pero no muerto. Que se lo digan a Froome y a su Sky, y a Esteban Chaves, Simon Yates y su Orica, víctimas de la tormenta de ataques del pinteño que los condenó a una frustrante persecución. Pena de muerte.

Contador atacó en el kilómetro 6 con el lema "camina o revienta". Arrancó, miró atrás 4 veces en un minuto, insistió e insistió hasta que se quedó delante con 13 hombres.

Quintana estuvo atento y se unió al madrileño. Estuvo atento el Movistar, que además metió delante a Jonathan Castroviejo y a Rubén Fernández para llevar a su líder a las puertas del triunfo.

Una escapada hecha a medida. Por si fuera poco se metió en la avanzadilla Omar Fraile por los puntos de la montaña en Petralba y Cotefablo, dispuesto a echar una mano en los ascensos. En las zonas más llanas ya se encargaba Castroviejo de mantener la diferencia, que llegó a ser de 3.55 de meta.

Solo, sin equipo, Froome se agazapó en el grupo, al abrigo de la voluntad del Orica y del Astana, supeditado a terceros equipos.

Pero Froome también iba castigado de un día demoledor y volvió a descolgarse en su grupo. Se dejó la vida. Brambilla se coronó y le llega una victoria en un sitio especial, en Formigal, cima inaugurada por José Manuel Fuente, 'El Tarangu', en 1973. Allí donde el ciclismo, la Vuelta, vivió un día para recordar. Gracias al plan Contador. Hoy llega la 16ª etapa y llevará al pelotón de Alcañiz a Peñíscola a través de 156,4 kilómetros. Nairo ya se siente el dueño absoluto de la gloria.