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El Granca ya impone

La intensidad defensiva del equipo que dirige este curso Luis Casimiro, clave para llegar a la tercera final de la historia del club amarillo

La victoria de ayer ante el Baskonia no es casualidad. Ya las sensaciones con las que se llegaba a este inicio de Supercopa eran esperanzadoras para los amarillos. Una pretemporada inmaculada así lo hacía presagiar. 6 victorias de 6 para aterrizar en Vitoria con la vitola de favoritos ante el Baskonia, al que incluso jugar como local no le sirvió para dar indicios de imponerse a los hombres de Luis Casimiro.

Tampoco es que la expectación en el Buesa Arena acompañase a los suyos. Un pabellón caracterizado por tener a una de las aficiones más fieles y motivadoras de la competición, careció totalmente ayer de ello. Ni tan siquiera los oídos presentes en esta fastuosa cancha se deleitaron de la txaranga particular, ausente ayer. Pero una vez más, la ACB demostró cuáles son sus intereses al poner el partido que enfrentaba a Real Madrid y Barcelona en horario Premium televisivo, en detrimento de un equipo local con media afición cumpliendo con su jornada laboral del viernes.

Sensaciones positivas

Desde el salto inicial, en el que Hendrix otorgó el primer balón al conjunto amarillo, se pudo ver que la iniciativa la iba a llevar el Herbalife durante el encuentro. Acompañado de la intensidad defensiva que Casimiro implanta en sus equipos, el marcador se mantuvo corto durante la mayor parte del cuarto. Una orden que se mantendría durante todo el partido.

Una figura se erigió por encima de las demás en lo que significa partirse la cara debajo del aro: Darko Planinic. El pivot croata es una bestia de la brega. Su presencia en las zonas influyen en la circulación del balón. Sus guarismos en rebotes se fueron hasta los ocho en total, seis de ellos en el aro contrario. Dato clave en la victoria de ayer.

Sí, era grande el equipo el año pasado, pero ciertos fantasmas aparecían de vez en cuando. Uno de ellos era la falta de rebote ofensivo. Ayer, al menos, pareció subsanarse el problema. No sólo fue que entre todos los de amarillo capturasen 43 rebotes, es que 22 de ellos fueron ofensivos. Esta lucha permitió al Herbalife endosar 22 puntos en segundas oportunidades a los jugadores de Sito Alonso.

A la tercera, la vencida

El equipo claretiano vuelve a tener una cita con su historia personal. Por tercera vez vuelve a una final. Otra oportunidad para llevar por vez primera un trofeo a las vitrinas amarillas. Y como marca el dicho, la tercera vez es cuando se cumplen los deseos.

Un deseo que si bien la primera vez la sensación que se quedó en la comunidad amarilla fue bastante amarga, la segunda significó la de la fe. Una fe inquebrantable que hizo rozar con la yema de los dedos la Copa de la temporada pasada y que pareció diluirse después del final del encuentro, en el que muchos se atrevieron a decir que ya sería muy complicado volver a otra.

Hoy, apenas siete meses después de aquella, se vuelve a estar en otra final de alcurnia, y la expectativa, si sigue con la evolución positiva de las anteriores, es de tener más cerca la posibilidad de descorchar el champán en el vestuario amarillo.

Y de resurgimientos hay un experto en la plantilla del Herbalife. Kyle Kuric, el héroe de toda la familia del baloncesto la temporada pasada ha vuelto. 24 puntos ayer. 4 de 9 desde la línea de triples.

El cañonero de Pensilvania, de gatillo fácil, tiene afinado el punto de mira. Para ello incluso tendrá un calentamiento perfecto dos horas antes del comienzo de la final. El escolta del conjunto insular participará en el concurso de triples que se anexa a la Supercopa. Quién sabe si hoy habrá que celebrar y por partida doble los éxitos amarillos?

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