Está de vuelta a España tras unos años viviendo en Estados Unidos. ¿Qué planes tiene entre manos para los próximos meses?
Bueno, pues antes que nada retomar el trabajo con mi empresa [dedicada al coaching, no sólo deportivo sino también de alta dirección y personal] y seguir creciendo, con más formación, con más trabajo, con ganas de poner en práctica algunas cosas nuevas aprendidas durante los últimos años en San Francisco, etcétera. Pero también porque tengo un nuevo reto entre manos, que se trata de cruzar el Estrecho de Gibraltar el próximo mes de abril. Entonces tampoco me quedaba otra que volver para empezar a trabajar, porque es aquí en Madrid donde tengo a toda a mi gente, incluyendo el guía que me va a acompañar en la travesía.
Se ha marcado muchos retos en su vida, pero, ¿qué tiene este de distinto, qué le anima a completarlo?
Primero, por una cuestión para mi bastante significativa. Completar esos kilómetros a nado tiene el valor de unir dos culturas separadas por unos kilómetros. Es la manera de unir dos formas de entender la vida, dos culturas muy cercanas y en los tiempos que vivimos creo que me parece más relevante que nunca. Por otra parte, siempre he sido un poco anti aguas abiertas. Durante toda mi carrera siempre me ha costado decidirme a hacer distancias grandes en natación y ahora pues me apetece por aquello de romper los límites que nosotros mismos nos imponemos.
Hace muy poco que concluyeron los Juegos Paralímpicos en Río de Janeiro. Me imagino que los habrá seguido de cerca. Cuando ha escuchado hablar de ellos, cuando ha escuchado la competición, ¿le han entrado ganas de volver a la competición?
Ésa es una pregunta delicada y me pillas con los sentimientos a flor de piel, como se suele decir? No te puedo dar la respuesta diplomática del todo, por lo que voy a decir la real. Seguir los Juegos tan de cerca, mirando los datos, hablando con mis compañeros de equipo siempre de cerca, con entrenadores, es cierto que me ha tocado la fibra. Hombre, es verdad que me da un poco de pereza entrenar, siempre me ha dado durante toda mi vida, pero la verdad es que echo mucho de menos la competición.
¿Eso significa que puede volver a ponerse el bañador en la piscina?
¡Quién sabe! [Se ríe y encoge los hombros].
La natación ha vuelto a ser el gran baluarte de la delegación española con 17 metales de los 31 que logró la expedición nacional. ¿Qué nivel le ha visto en esos días de Juegos y qué esperanzas para el futuro le atisba?
Estoy muy contento con lo que se ha podido ver. Sobre todo, porque es la primera vez que el relevo generacional se está materializando de verdad. Además, gente como Michelle Alonso, Nuria Marqués, Óscar Salguero, María Delgado han sido nadadores que han marcado la tónica de esa juventud que viene con fuerza. Lo que es cierto también es que necesitamos un relevo generacional de verdad. Hay muchas personas que por la categoría, por la edad, aún pueden estar ahí arriba, pero creo que debemos adelantarnos a lo que pasará dentro de cuatro u ocho años y preparar a gente que pelee de aquí a un tiempo.
La natación canaria también ha salido bien parada con la actuación de la propia Michelle Alonso, Israel Oliver o Judith Rolo. ¿Pudo hablar con alguno de ellos durante los Juegos de Río de Janeiro 2016?
Me envié un par de mensajes con el entrenador de las chicas, José Luis Guadalupe, y la verdad es que están encantadas con los resultados logrados. Están muy felices y esperando crecer, volver a casa, descansar y después seguir trabajando para mejorar sus marcas.
¿Cuándo le volveremos a ver por Las Palmas de Gran Canaria?
Pues espero que muy pronto, porque la verdad es que hace algún tiempo ya, algo largo, que no estoy por allí y siempre se agradece volver a casa. Algún fin de semana de octubre o noviembre iré, casi seguro.
