Rugía el Gran Canaria Arena en su primer partido de la temporada. Tenía muchas ganas de celebrar la Supercopa Endesa, el primer título de la historia del club, y de ganar el derbi. Pero también de ver a los nuevos e ilusionantes fichajes. Era un día para examinar en vivo a las cuatro grandes incorporaciones que realizó el Herbalife este verano. Royce O'Neale y Darko Planinic fueron los mejores de los nuevos y también de todo el equipo, mientras que Bo McCalebb cumplió, aunque lejos del rol de estrella que se le presupone, mientras que Richard Hendrix sufrió con la exhibición de Fran Vázquez.
Las rotaciones de Luis Casimiro -ya en la primera parte habían entrado en liza los doce jugadores del plantel- permitieron que el pabellón de Siete Palmas viera a todos sus efectivos. Tan repartidos estuvieron los minutos que el que más jugó, Bo McCalebb, superó por muy poco los 23 minutos. En el base de Nueva Orleans todos se fijan. Examinado en cada jugada, el ex del Limoges y Bayern Múnich, entre otros muchos, dejó muestras de su velocidad en las penetraciones y de su personalidad a la hora de intentar entrar hasta dentro. Anotó la primera canasta del encuentro en una transición ofensiva marca de la casa tras un rebote defensivo que amarró Hendrix y toda la afición sonreía.
Se las prometía muy felices con su nueva estrella la hinchada amarilla, que también estrenaba grada de animación. Sin embargo, Bo McCalebb acabó con unos discretos números de 5 puntos, con un 1/5 en tiros de dos, 1/1 en triples, 3 pérdidas de balón y 5 de valoración. No provocó ninguna falta, una de sus especialidades, y en cambio realizó dos, ambas en jugadas de ataque.
El Iberostar Tenerife le tenía tomada la matrícula y con una gran gestión en las ayudas le tomaron la matrícula cada vez que intentaba pasear su músculo por la pintura. Su poderío físico, en cambio, sí quedó demostrado con sus cinco rebotes, dos de ellos ofensivos y aportó 3 asistencias pese a la mala actuación colectiva. En el tercer cuarto sintió una molestia en el gemelo y su partido se torció. Volvió en el tramo final, ligeramente recuperado, y podrá estar el jueves en Andorra, pero entre la lesión y el resultado no tomó buenas decisiones. Precipitado como el resto, fue de fallo en fallo en unos últimos minutos mal gestionados y en los que el Herbalife necesitaba un líder.
O'Neale, también de '4'
Royce O'Neale, otro de los titulares recién llegados a la plantilla, también protagonizó un inicio de vértigo. Al de Texas, como a McCalebb, le van los espacios abiertos, y dejó constancia de ello en los dos triples que anotó en el primer cuarto. Ambos llegaron después de transiciones que lideró el mismo. Los tres triples consecutivos -el tercero fue del propio McCalebb- propiciaron un parcial de 9-0 para un global de 13-8 a los siete minutos.
Ocurre que Vidorreta quería evitar cmo fuera que el Herbalife corriera. Ahí se siente poderoso el equipo claretiano. En ese contexto marca las diferencias, pero en muy pocas ocasiones en el resto del encuentro pudo contragolpear el Gran Canaria. Ahí estuvo una de las claves de la derrota amarilla.
Aún así Royce O'Neale siguió brillando. Y eso que Luis Casimiro, en una decisión difícil de explicar a pesar de que quería dar minutos a todos, no le dio carrete en el segundo cuarto. Volvió en el tercero, y siguió enchufado. Tanto que la primera canasta local en la segunda parte fue de él, y con otro triple. El tiro exterior parecía uno de los puntos menos fuertes de O'Neale tras lo visto en pretemporada, pero ayer se lució. Su mayor virtud es que no es un jugador de un solo registro. Hizo de todo para completar unas estadísticas de once puntos (0/4 en tiros de dos, 3/3 en triples y 2/4 en tiros libres), 5 rebotes, 2 asistencias y 3 faltas recibidas. Sin embargo, hizo demasiadas faltas, las tres primeras en el tercer cuarto, en un abrir y cerrar de ojos, obligando así a Casimiro a mandarle al banquillo.
Cuando regresó a la pista lo hizo en un mal momento para los claretianos. El técnico le reclamó como 'cuatro' en una variante táctica muy interesante para el futuro. Con su poderío físico es capaz de resistir a muchos ala-pívots de la Liga y marcar la diferencia en ese emparejamiento por velocidad. Así, reboteó, corrió y asistió para un triple de Kuric y provocó varias faltas, argumentos muy valiosos pero insuficientes para la remontada y que llegaron antes de ser eliminado por otras dos faltas cometidas.
Planinic, mejor que Hendrix
Si por fuera el mejor fue O'Neale, por dentro el más destacado fue Darko Planinic. Ocurre que el croata sumó mucho más en ataque que en defensa, donde lo pasó mal con Bogris y le costó en todo lo que no fuera el cuerpo a cuerpo. Ahí, en el roce, se siente muy a gusto. De esa manera llegó su momento en el partido, con siete puntos consecutivos para firmar la remontada: del 48-52 al 55-54. Así, acabó con 14 puntos (5/8 en tiros de dos, 4/6 en tiros libres), 3 rebotes (todos ofensivos), y cuatro faltas recibidas.
El rebote defensivo lo asegura mucho mejor Hendrix. En su carta de presentación demostraron ser pívots diferentes. El estadounidense, más templado y colectivo, amarra los balones que escupen el aro propio (cinco rebotes, tres de ellos defensivos) y además dio dos asistencias.
Apenas miró a canasta, y lo ha hecho poco en pretemporada a pesar de que tiene buena mano y movimientos inteligentes: 6 puntos con 2/3 en tiros de dos y 2/2 en tiros libres. Ayer su principal tarea era frenar a Fran Vázquez. De hecho, Casimiro esperó para meterle en la segunda parte hasta que entrara el ex del Gran Canaria. Pero en ese emparejamiento perdió por paliza Hendrix. Fue el primer examen de los fichajes.
