Es el otro crack portugués, el Cristiano Ronaldo del fútbol sala. Su presencia en el Centro Insular de Deportes atrajo a cientos de aficionados, niños, jóvenes y no tan jóvenes. Nadie quería perderse los malabarismos increíbles que la estrella muestra en su amplio y variado repertorio, y que no se corta en ejecutar a lo largo del partido.
Después de varios taconazos de lujo -uno de ellos acabó en gol-, fintas, regates inverosímiles, el momento cumbre de su actuación sobre el parqué del Centro Insular de Deportes llegó en un remate de chilena que despejaba el meta del cuadro grancanario. El ¡ohhhh! del graderío atronó en el recinto de la Avenida Marítima.
Al finalizar el encuentro, muchos seguidores se agolpaban a pie de pista esperando a que Ricardinho terminara los ejercicios de estiramiento de rigor para aclamarle y buscar una foto con él, un autógrafo o simplemente un guiño cariñoso de su parte.
El jugador portugués se comportó, también fuera de la cancha, como un auténtico crack, mostrándose muy cercano con su legión de seguidores. Sobre el gran ambiente que se vivió el domingo en el Centro Insular de Deportes, el jugador portugués lo catalogó como "un bonito espectáculo".
"La última ocasión que jugué aquí no tuve las buenas sensaciones que esta vez. Ver las gradas llenas y con la presencia de muchos, muchos niños, que son el futuro de este deporte, para mí es muy bonito. Espero volver a esta pista", explicaba Ricardinho.
Sobre el encuentro contra el Gran Canaria FS, el jugador consideró "justa" la victoria por 0-5 de su equipo, Movistar Inter, "aunque quizás pudimos haber metido algunos goles más". El crack portugués quiso darle "la enhorabuena" por haber ascendido al conjunto que entrena Suso Méndez.
"Ha peleado y ha merecido estar de nuevo en la máxima categoría. Espero que tenga mucha suerte este año. Es muy bueno que Canarias cuente con un representante en Primera División para fomentar más el fútbol sala. Deseo que consiga la permanencia", explicaba.
Ricardinho cree que el equipo amarillo cuenta con mimbres suficientes para conseguir el objetivo. "Tiene una plantilla con mucha calidad. Ahora debe adaptarse y cambiar pronto el chip de Segunda a Primera", explicaba.
El jugador del Movistar Inter, a sus 31 años, mantiene un estado de forma espectacular. Con un palmarés envidiable, el luso para nada desprende aires de grandeza; todo lo contrario. Si el comportamiento que tuvo con los aficionados grancanarios al final de choque resultó exquisito, antes y durante el encuentro también mostró un trato cordial con sus rivales amarillos.
Los jugadores del Gran Canaria FS, a pesar de tenerle que padecer, nunca le recriminaron sus filigranas ya con el partido decidido. Sobre todo, porque son conocedores de que su estilo de juego no se entiende sin ellas y éstas redundan en el espectáculo, en general, y del fútbol sala, en particular. Ricardinho, en su paso por la Isla, demostró ser un genio de lo más terrenal.
