El Rocasa Gran Canaria se impuso con rotundidad (25-39) en la cancha del Helvetia Alcobendas. El encuentro se decidió tras el descanso, cuando afloró el mejor balonmano de las visitantes, la primera ocasión en la que muestra su nivel de antaño esta temporada.

El choque de la sexta jornada de la Liga Loterías empezó con equilibrio en el marcador. La duda en las de Antonio Moreno era ver hasta dónde se podría notar la baja de la portera internacional Silvia Navarro. Los empates se repitieron en el luminoso. María Luján, con cuatro de los seis primeros de las suyas, tiraba del carro en las grancanarias. Mientras, en las locales, Mihaela Ciobanu se significaba bajo palos.

Las amarillas exhibieron en esta primera parte su conocida agresividad defensiva. Cada equipo intentaba hacer valer sus armas y las anfitrionas se movían bien al contragolpe. Con 8-11, Félix García, entrenador local, se vio obligado a pedir tiempo muerto para evitar que las teldenses se marcharan.

María Luján dio más ventaja incluso al Rocasa Gran Canaria a diez minutos para el descanso (8-12). Pero apretó en defensa el Alcobendas y eso se notó en el marcador: 12-13. En esta fase del choque, el banquillo visitante mostró su disconformidad con determinadas decisiones de los colegiados. Sufrió el conjunto insular para llegar al descanso en ventaja, por corta que fuese: 15-17.

Las de Antonio Moreno tuvo un buen inicio de segunda mitad ante un Alcobendas que continuó dando facilidades en defensa (15-19). En las grancanarias, Dara Hernández empezaba a brillar bajo palos, haciendo olvidar a Silvia Navarro.

Significar por otra parte que este encuentro ofreció la vuelta de María González, recuperada ya de la lesión en el bíceps femoral. Almudena Rodríguez puso el 16-21, máxima renta para las visitantes. María González dio al Rocasa Gran Canaria (17-23), nueva máxima renta. Eran los mejores minutos de las teldenses.

Con 18-24, Félix García se vio obligado a pedir un nuevo tiempo muerto porque el partido se le empezaba a complicar. Entre Luján y Rodríguez se fueron repartiendo los aciertos en ataque que permitieron a las amarillas consolidar la ventaja, moviéndose durante muchos minutos con cinco o seis goles de renta.

Las precipitaciones acabaron condenando a un Alcobendas que no podía contrarrestar el balonmano de las grancanarias, mucho más asentadas y con la tranquilidad que da verse con una cómoda ventaja en el marcador. Las pérdidas condenaban a las madrileñas. Le faltaban argumentos a las anfitrionas para la remontada. María González, ya en la recta final, puso aún más ventaja: 25-33.