El Spar Gran Canaria no pudo con el Cadí La Seu. El equipo pirenaico se llevó la victoria de La Paterna ante un cuadro local que siempre fue a remolque en el marcador. Las de Joan Carles Pie, este sábado ausente y sustituido por Bernat Canut, supieron leer mucho mejor el encuentro y de ahí su éxito.

El Spar Gran Canaria venía de una semana de rabia contendida tras lo acontecido en Bembibre, donde las amarillas exhibieron una muy buena imagen y cayeron de manera injusta. Eso sirvió de tremenda motivación y ello se vio este sábado de entrada, con las locales muy enchufadas desde el primer segundo.

Intensas en ataque, intensas en defensa, quizá faltó algo de pausa en esos compases iniciales. Tras seis derrotas consecutivas el 5-12 no era la mejor noticia para las anfitrionas, que no acababan de cogerle el aire al partido. Las prisas estaban matando a la amarillas, que sin embargo enderezaron un tanto el rumbo al final de ese primer cuarto: 11-14.

El inicio del segundo acto no fue el deseado (14-21) y la marcha del mismo tampoco. El 24-33 con el que se llegó al descanso el era reflejo de los pobres porcentajes de las locales. Únicamente Stejskalova y Colubaly parecían en condiciones de aportar puntos. La presión de las visitantes y los constantes robos de balón ahogaban a las canarias.

El tercer parcial acabó de condenar a un Spar negado, al que no le salía nada. El 34-53 que reflejaba el marcador al final del acto parecía casi definitivo. Las grancanarias hicieron un último esfuerzo en los diez minutos que faltaban, pero la suerte estaba echada: 52-76