En el Fulton Market de la ciudad de Nueva York, a pocos minutos de Wall Street y con la espléndida panorámica del Puente de Brooklyn, el flamante campeón del Mundo de Ajedrez, el noruego Magnus Carlsen, comienza hoy viernes, 11, la defensa de su título ante el ruso de origen ucraniano Sergey Karjakin, con el pronóstico a su favor, pero consciente de que tendrá que superar a un auténtico superdotado que tiene, entre otros, el récord de ser el gran maestro más joven de la historia, al lograrlo con 12 años y 7 meses, mientras el campeón lo obtuvo con 13 años, 4 meses y 27 días, y más alejado en el tiempo, el legendario Bobby Fischer contaba 15 años cuando en 1958 batió todos los récords establecidos hasta entonces.

El duelo Carlsen-Karjakin enfrenta a dos exniños prodigio nacidos ambos en 1990, que han disputado entre sí 22 partidas con cuatro victorias para Carlsen, una para Karjakin y 17 tablas.

Magnus Carlsen conquistó el título de campeón del Mundo en 2013, al derrotar al hindú Viswanathan Anand, reteniéndolo en 2014 al volver a ganarle con más claridad y contundencia que en el match anterior. Su palmarés antes de coronarse campeón y después, es de ensueño, liderando con autoridad el ranking Elo y venciendo prácticamente en todos los grandes torneos en los que ha intervenido.

El match se juega a 12 partidas, proclamándose ganador quien primero contabilice 6,5 puntos, previendo las bases disputar partidas rápidas si al término de las 12 primeras se produce un empate.

Las características y estilos personales de estos jóvenes protagonistas dicen que estamos ante dos claros exponentes de la era del ordenador, aunque el llamado Mozart del Ajedrez, el vigente campeón, diga que "las computadoras están para quedarse" y que él se considera parte de la anterior generación porque entiende que "para la creatividad, la computadora no es el mejor sistema de aprendizaje".

En su vida al margen del tablero, Carlsen, a estas alturas de su exitosa carrera, es ya un joven millonario, que ejerce de modelo de acreditadas firmas internacionales y que con su magnetismo de genio y de campeón, ha hecho que en su país, Noruega, la práctica del ajedrez se convierta en deporte nacional hasta el punto que todas las partidas de sus dos matches con Anand fueron retransmitidas en directo, llegando incluso los empleados de la banca a disfrutar de permisos especiales para poder seguir el duelo.

Entre sus pasiones está el fútbol, y de él, el Real Madrid, del que es un seguidor apasionado, club que le ha distinguido con efectuar el saque de honor en un Santiago Bernabéu abarrotado en dos ocasiones, cuando se coronó campeón y cuando retuvo el título.

Claro favorito

Todos los ases mundiales dan claro favorito al actual campeón. Kasparov, señala: "No doy ninguna posibilidad a Karjakin, cuya clasificación en el torneo de Candidatos fue un accidente. Carlsen debe ganar con holgura".

A la hora de hablar de sus estilos de juego, el recordado Ogro de Bakú dice que la forma de jugar de Carlsen es una mezcla de la "tenacidad de Anatoly (en sus años de esplendor se le conocía como el rodillo atómico) y el talento natural del genio norteamericano Bobby Fischer. Su juego se asemeja a un híbrido hombre-máquina".

El excampeón Anand suele comentar que prepararse ante Carlsen ha sido para él un serio problema porque "juega todo" con ambos colores. Otros grandes maestros admiran la forma de cómo suele explorar milimétricas ventajas y de su pasmosa frialdad para afrontar posiciones igualadas en los decisivos apuros de tiempo.

Karjakin ha tenido un recorrido más lento hasta su llegada a la cúspide. De nacionalidad rusa pero de origen ucraniano, es el prototipo de jugador de la vieja escuela soviética, con excelentes fundamentos teóricos y muy preparado psicológicamente. Tiene un juego sólido y comete pocos errores. En su trato personal es muy simpático.

21 campeones desde 1886

Desde el lejano 1886 hasta 2013, el ajedrez ha tenido 20 campeones del mundo incluyendo los tres que lo consiguieron en la etapa del cisma Kasparov de los años noventa. De ellos, los expertos se quedan con la gloria que dejaron el cubano José Raúl Casablanca, el increíble Alexander Alekhine, el todo poderoso Mithail Botvinik, y el considerado mejor terceto de todos los tiempos: Bobby Fischer, Anatoly Karpov y Garry Kasparov.

La generación de Carlsen pertenece a una variante de otra dimensión y si se quiere de otro infinito.