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Herbalife Gran Canaria Liga Endesa (8ª jornada, la crónica y reacciones)

Diez minutos y gloria

El Granca remonta en el último cuarto un partido que tenía perdido al llegar a 15 puntos por detrás ante el Obradoiro

Diez minutos y gloria

El Herbalife Gran Canaria llegó muy tarde al Multiusos Fontes do Sar. Como aquel que corre detrás de una guagua, lista para proseguir su marcha y continuar su recorrido, el Granca metió la mano lo justo para bloquear la puerta y abonarse a la épica. Porque el cuadro amarillo, tras remontar 21 puntos de diferencia en Santiago al Rio Natura Monbus Obradoiro, mantiene su hueco para poder permitirse soñar con la Copa del Rey, un anhelo que se hubiera vuelto a complicar de haber perdido en Galicia.

El Granca, que tuvo más de caos que de orden, sacó su rabia en diez minutos. Seiscientos segundos donde le birló un partido al Obradoiro a base de intensidad, acierto y carácter, justo todo eso que le había faltado antes de iniciar un cuarto donde perdía de 15 puntos (73-58). Con ese panorama, liderados por un capitán que ejerció como tal, el dominicano Eulis Báez, soberbio, tenaz y estimulante, los de Luis Casimiro sumaron su cuarta victoria en Liga Endesa que les permite igualar su balance (4-4) en una remontada de cine cerrada en los últimos segundos (87-90).

Pero antes de esa muestra de vida, tan eficaz como poco eseperada, el Granca dejó en un buen recuerdo todo la progresión de los últimos partidos de la Liga Endesa. Sobre todo en defensa, ese aspecto del juego sobre el que había construido su mejora para empezar a remontar el 0-4 con el que arrancó la competición.

Parcial grotesco

Porque el Herbalife recibió un duro correctivo en los primeros diez minutos del partido. Los números lo dicen casi todo: 32 puntos en contra. El Obradoiro jugó a lo que quiso con el Granca en el cuarto inicial. Moncho Fernández, técinco gallego, explotó los problemas de los hombres altos amarillo y a partir de ahí labró sus primeras ventajas el equipo gallego.

Con el gigantón ucraniano Artem Pustovyi dominando la zona, el Obradoiro empezó a sentirse demasiado a gusto para los intereses del Gran Canaria (8-4, min. 3). Además, Micky McConnell imponía su criterio en el partido sin muchos problemas a la vista. En frente, un Herbalife contemplativo, más preocupado por no cargarse de faltas, como si mirara de reojo los problemas de su banquillo sin Darko Planinic y con Richard Hendrix más que mermado.

El arranque de Pustovyi y McConell -acabó el partido con 26 puntos, 8 asistencias y 39 de valoración- unido con la parsimonia defensiva del Granca se convirtió en el caldo de cultivo perfecto para que el Obradoiro se lanzara a por el choque. Shayne Whittington se unió a la fiesta y en un pestañeo sacaron un parcial de 11-3 que comprometía el partido para el Granca desde los primeros minutos (23-11, min.9). Como si le gustara hacerlo más difícil aún, el Herbalife se empeñó en ir por un lado complicado, donde peores recursos tenía: a la pintura. Y ahí, Anzejs Pasecniks empezó a a recibir casi todos los balones en ataque del Granca, mientras que el Obradoiro seguía a lo suyo.

Ni una buena ayuda, ni un buen uno contra uno defendido, ni una mano para robar un balón, ni un rebote para imponer; el Granca no estaba. Y en el mundo de contrastes en el que se convirtió Fontes do Sar, al Obradoiro le salía todo.La última canasta del cuarto de Pepe Pozas escenifica el momento; tiro forzado con un solo pie al tablero y dentro: 32-15.

La reacción amarilla tuvo su primer chispazo medidado el segundo cuarto, después de que el Obradoiro alcanzara los 21 puntos de diferencia al inicio del segundo cuarto, la máxima del partido. Pustovyu seguía haciendo daño. Una técnica a Fernández abrió un parcial de 3-12 (44-32, min 18.) que permitió al Herbalife Gran Canaria volver a meterse en el partido. La segunda unidad del Granca, con Rabaseda, Aguilar y Kuric evitó que el equipo se fuera a la lona antes del descanso. Pero lo que sí fue imposible para los amarillos era rebajar esa línea psicológica de los diez puntos. En parte, por el nivel de McConnell que se disfrazó de crack para volver a distanciar a los suyos con el apoyo de Nacho Llovet. Al descanso, el Herbalife seguía lejos en el marcador (51-34).

El Granca daba dos pasos adelante y otro para atrás. Con esa dinámica era difícil dar alcance a un Obradoiro desatado y valiente. Pero los claretianos con Salin y Báez metieron un buen parcial de 5-12 para dejar la distancia en una decena de puntos (56-46, min. 24). McConnell seguía a lo suyo y el Granca mantenía muchas deficiencias como para sacar algo positvo de Santiago. Más aún cuando en la última jugada del cuarto, otra vez McConnell, clavó una canasta imposible para poner el 73-58 y convertir la victoria amarilla imposible.

Al Granca el reto le picó. Entró a los últimos 10 minutos perdiendo de 15 y salió de él ganando por tres. En diez minutos, el equipo amarillo se ganó la gloria. Para empezar, lo hizo con un parcial brutal de 0-12: el partido estaba ahí (73-72, min. 33). Báez, autor de 12 puntos en el último cuarto, se fue al banco, expulsado por su quinta falta (84-84, min.38). Pero su espíritu se mantuvo y Kuric puso desde la personal al equipo por delante por primera vez en el choque cuando quedaba un minuto (85-86). O'Neale contradijo a Dulkys (87-88) y Salin metió una mano para parar el último ataque gallego. Treinta y dos puntos en diez minutos y partido hecho.

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