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Herbalife Gran Canaria La crónica (9ª jornada)

Al Granca se le escurre la hazaña

El equipo insular, pese a su peor anotación del curso, deja escapar al Madrid

El Herbalife Gran Canaria tuvo al Real Madrid en sus manos. Perdió por ocho puntos (68-76) y llegó a los últimos dos minutos sin opciones de victoria pero los amarillos, aunque suene contradictorio visto el desenlace, dejaron escapar una gran oportunidad de superar al líder de la Liga Endesa, un conjunto que se le ha resistido ya en los últimos catorce enfrentamientos. Y es que los blancos abrieron la puerta de su casa y pusieron la alfombra durante 35 minutos al Gran Canaria, que no entró hasta la cocina por una cuestión de fallos en el tiro, de un pésimo arbitraje -25 faltas pitadas a los locales y solo 15 a los visitantes- y de frescura física en el tramo final de encuentro.

Para sorprender a un grande como el Real Madrid se deben producir fundamentalmente dos cosas: jugar a un alto nivel y que ellos se dejen ir. Ocurrió lo segundo porque el conjunto de Pablo Laso puso de su parte y se relajó tras apalizar al Barcelona el viernes en la Euroliga. Vino con el piloto automático puesto de entrada. Pero el cuadro de Luis Casimiro, que llegaba con varios jugadores mermados por lesiones y fiebre en las horas previas, no estuvo inspirado. Y así es imposible. De hecho, con solo 68 puntos firmó su peor anotación de la temporada: hasta ayer el registro más bajo eran los 75 ante el Valencia Basket.

Este Gran Canaria siempre ha sido fiable en ataque. Sus problemas en este curso, básicamente en las primeras jornadas de Liga, han llegado en defensa. En el otro aro sus porcentajes han sido abrumadores. Pero no sucedió ayer, cuando solo dos jugadores firmaron diez o más puntos -Kyle Kuric sumó 15 y Eulis Báez 11- y solo anotó el 23 por ciento de los triples que intentó -6 de 26-. Ni Pablo Aguilar, ni Albert Oliver, ni Xavi Rabaseda, ni Royce O'Neale y tampoco Bo McCalebb, que lo intentó en dos ocasiones, anotaron desde la línea de 6,75 metros en un partido de muchos más errores que aciertos por parte de los dos equipos.

Tuvo alma el equipo amarillo. Mucha alma. Creyó en la victoria a pesar de encontrarse a tope y llegó a disponer de siete puntos de ventaja en el segundo cuarto. Pero el joven portento Luka Doncic y los veteranos Sergio Llull, Nocioni y Felipe Reyes subieron una marcha en la segunda parte tanto en ataque como en defensa y eso le bastó a los de Pablo Laso para culminar su semana fantástica.

La primera acción de fe de los amarillos se produjo al poco de empezar. Porque fue un desastre el inicio de partido del Herbalife. Salió con su quinteto habitual, salvando la presencia de Pasecniks en lugar de Richard Hendrix. Todos menos Darko Planinic, como se esperaba, estaban disponibles para Luis Casimiro. El Real Madrid todavía se encontraba en Barcelona tras su monumental paliza del viernes en la Euroliga, pero con poco le bastó para lograr ventajas importantes en los primeros compases. Gustavo Ayón se puso el mono de trabajo y con ocho puntos en el primer parcial lideró a los suyos. Los amarillos, mientras, avisaban pronto de que iba a ser un día de demasiadas pérdidas y fallos en el tiro, muchos de ellos cómodos.

Royce O'Neale inauguró el marcador local después de tres minutos de partido. Para entonces ya Ayón hacía daño en la pintura a Pasecniks, y Maciulis con un triple completaba un inquietante 0-7 (min. 3). Casimiro aceleró la entrada de la segunda unidad pero no fue hasta la llegada de Kyle Kuric, el último en entrar, cuando el ataque amarillo empezó a carburar. Antes, Pablo Aguilar y Oliver fallaban tiros totalmente solos. Así fue hasta que el escolta de Indiana anotó tres triples casi seguidos para acercar a los amarillos. La intensidad defensiva insular también había aumentado con un gran Rabaseda, que asistió a Aguilar para empezar de nuevo (17-17, m. 9). Otros cuatro puntos de Ayón, sin embargo, daban el primer parcial a los visitantes (17-21, m. 10).

El momento de Bo y Pasecniks

Pero el Herbalife Gran Canaria ya estaba de vuelta y a pesar de sus malos porcentajes en el tiro remontó con cinco puntos de Báez (22-22, m. 13). Su coraje marcaba el camino y el Real Madrid no encontraba la manera de superar a una defensa enorme. Estaban en todo los de Luis Casimiro y tuvo que aparecer el joven Doncic para, con un triple de mucho mérito, anotar la primera canasta en juego visitante en el segundo parcial tras cuatro minutos (24-25, min. 14).

Mientras Rabaseda y Aguilar iban sumando, tanto puntos como recuperaciones y tapones, surgió una inesperada conexión que dio a los amarillos los mejores minutos del encuentro: Bo McCalebb y Anzejs Pasecniks. El base recordó en varias acciones al de sus mejores tiempos y se marchó de la defensa del Real Madrid para sumar 7 puntos. La primera canasta fue un dos más uno estratosférico que levantó al Arena (31-27, min. 16). Fue una exhalación el macedonio y dio esa versión que los amarillos necesitan para subir otro escalón en sus resultados.

Agarrado al base, el Herbalife fue manteniendo e incluso ampliando su ventaja en el marcador. Su sociedad con Pasecniks desarbolaba a Gustavo Ayón y Sergio Llull. El letón aportaba con palmeos, desde el tiro libre y también con un mate para guardar tras asistencia de Royce O'Neale, que ejercía de ala-pívot debido a los problemas de faltas de Eulis Báez (33-28, min. 17). Pero eran los minutos de Pasecniks, y ante nada más y nada menos que Randolph y Ayón. Tanto fue así que Pablo Laso tuvo que pedir tiempo muerto.

Con esos argumentos continuó el conjunto de Casimiro elevando su renta y logrando una máxima diferencia de siete puntos (39-32, min. 19). Pero el arbitraje ya empezaba a hacer de las suyas y mandaba al Madrid demasiadas veces a la línea de tiros libres. Entre eso y un triple de Rudy sobre la bocina se estrechó el marcador al descanso (39-37, min. 20). No le faltaba fortuna a los visitantes porque el lanzamiento del balear lo escupió el aro y entró llorando.

El inicio del tercer cuarto fue un despropósito, de ceguera total de los dos ante el aro. Solo Eulis Báez, que a pesar de llevar tres faltas, sumaba para los amarillos con cuatro puntos. En el Real Madrid tan serio se ponía el asunto que Sergio Llull dio un paso al frente y empezó a mirar más a canasta (45-47, min. 26). Un mate espectacular de Royce O'Neale fue abortado al momento por un triple de Maciulis. El Real Madrid avisaba así de que si el Gran Canaria quería poner tierra de por medio tenía que ser mucho más regular en ataque.

Se alistaron Sasu Salin y Richard Hendrix en un momento de intercambio de canastas pero Llull seguía enchufado y además recibió la ayuda del trío arbitral cuando no le pitaron campo atrás. El base culminó la jugada con un genial alley oop para Ayón. Pero el Granca también sabía devolver los golpes y Albert Oliver se puso a postear (51-51, min. 28). Con un triple de Salin, un gancho de Hendrix y un triple sensacional de Luka Doncic sobre la bocina se llegaba al último cuarto con todo por decidir (56-55, min. 30).

Dos triples letales de Nocioni

Esa inspiración con la que acabaron los dos equipos el tercer parcial hacía presagiar que se habían dado una tregua para llegar al último cuarto con energías. En los claretianos empezaban a sumar Salin, Hendrix y Oliver, que estuvieron desaparecidos en ataque en la primera parte. Y descansaban Kuric, McCalebb, Pasecnicks, O'Neale y Báez -éste ya con cuatro faltas-, los mejores de la primera parte. Mientras, en el Real Madrid ya estaban despiertos Llull y Doncic. El partido era una montaña rusa de emociones y así continuó. Porque el Gran Canaria volvió a flojear y perdió el partido en el último parcial.

Una pérdida absurda de Rabaseda ante Doncic en el saque inicial no suponía un buen augurio. Pero el Granca, con dos libres de Pablo Aguilar, se mantenía por delante (58-57, min. 32). El Madrid entonces dijo basta y cambió el ritmo. Luka Doncic con un mate y Nocioni con un triple tocaron la corneta y todos les siguieron ajustando la defensa (58-63, min. 34).

El Gran Canaria no mantuvo el listón porque no dejó de fallar, y de obsesionarse, con el triple. Es un arma fundamental en el ataque amarillo, pero se olvidaron de otras opciones y nada entraba. Ni siquiera a Kuric, que cuando buscó otra alternativa sí encontró un dos más uno ante Taylor (61-65, min. 35). Era la primera canasta en juego del Granca en el último cuarto.

Son demasiadas vidas para el Real Madrid, que se disparó con otra ayuda arbitral en una falta que no era de McCalebb a Doncic en mitad de cancha. Del posible empate a 65 se pasó a un 63-67 del que el Granca no supo reaccionar porque siguió fallando triples y hasta canastas debajo del aro. El Real Madrid, mientras, convirtió otros dos triples en las manos de Taylor y Nocioni (63-73, min. 38) para cerrarle al Herbalife la puerta que le había dejado abierta.

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