'Queridos amigos, les comunicamos que a la gimnasta pertecenicente de su federación autonómica, Marta Bosch, se le ha concedido una beca interna en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid para la temporada 2016-2017. Es por ello que queremos daros la ENHORABUENA desde la Real Federación Española de Gimnasia y por supuesto agradeceros vuestra cooperación en este nuevo protecto, así como el desarrollo y evolución de nuestro bonito deporte'.
Con dos frases, la RFEG notificó a la grancanaria Marta Bosch un reto mayúsculo: formar parte del equipo nacional júnior de gimnasia rítmica. Sesenta y nueve palabras que entrañan sacrificio, talento y dedicación a partes iguales. Porque desde hace algo más de un mes, Marta Bosch ha iniciado una nueva vida en el mayor vivero de deportistas de alto rendimiento en España, la Residencia Joaquín Blume en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid.
"No me lo esperaba para nada. Ahora estoy con muchas ganas de progresar y muy contenta de tener esta oportunidad", explica Marta Bosch Hidalgo desde su habitación doble en la Blume. Durante los dos últimos años, la RFEG había citado a la joven gimnasta grancanaria de manera puntual en el Centro de Alto Rendimiento. Todo en un programa de seguimiento junto con otras 12 gimnastas del país, las más prometedoras.
En la última criba que se hizo la RFEG, el nombre de Marta estaba en la lista final. Formada en el Club Praxis Santa Lucía después de iniciarse en su etapa escolar en Telde, ahora tiene una meta junto a sus cinco compañeras del conjunto júnior nacional: el Campeonato de Europa del próximo año.
La rutina en el CAR es exigente y no solo por los entrenamientos. "Un día normal aquí para mí es levantarme a las 7.20, desayunar y entrar a clases a las 8.00 hasta las 10.45. después me voy a entrenar hasta las 14.00 más o menos y más tarde vuelvo a clases hasta las 17.30 y después otra vez a entrenar", comenta Bosch Hidalgo, de la generación del 2002 y que en la actualidad se encuentra inmersa en 3º de la ESO.
Un curso que Marta cogió empezado. "Como aún no habían decidido quiénes iban a ser las elegidas, empezamos en octubre aquí. Es un poco duro y tenemos que apretar un poco más por eso", argumenta el mayor diamante de la gimnasia grancanaria. La aclimatación en Madrid va bien de momento, con sus altibajos emocionales. "Echo de menos a mis padres [Vicente Bosch y Marcela Hidalgo] y a mi hermana [Laura], es normal. Estuvieron la semana pasada por aquí y me vino muy bien tenerlos cerca", sentencia Marta Bosch Hidalgo.
Los casi 2.000 kilómetros que separan Madrid de la Isla son una losa que superan Marta y su familia con la vitalidad que supone esta oportunidad en la Blume. "Nuestro mayor miedo es que se venga abajo, que no aguante la presión, porque aunque sea en la categoría júnior, al final están ahí becadas con un objetivo. Es un camino complicado, porque con 14 años es un giro importante en su vida. Esta sola allí y todo ha cambiado para ella en gran parte", explica su padre, Vicente Bosch muy "orgulloso",
Mientras, Marta recibe al frío invernal de Madrid. "Dicen que igual esta semana graniza un poco", añade. En su habitación le acompaña Marian Navarro, compañera del equipo júnior, procedente del Torrepaterna de Valencia. "El ambiente es muy bueno con las demás", agrega. En el tapiz del CAR le esperan Anna Baranova, Sara Bayón y Ana Peláez. Tres nombres que llaman al éxito. Entrenadoras de la selección española absoluta, juntas llevaron la preparación del equipo olímpico que se colgó la plata en los Juegos Olímpicos de Río 2016. Un conjunto formado en las paredes del CAR de Madrid y que hoy sigue haciendo uso de sus instalaciones. "He comido algún día con ellas y la verdad es que impone un poco", confiesa Marta Bosch a la vez que suspira alguna pequeña carcajada.
En el Club Praxis Vecindario, Marta Bosch es un orgullo y espejo. "Es la primera chica que va desde nuestro club directamente a un Centro de Alto Rendimiento. Estamos muy orgullosos, porque es algo muy complicado de conseguir. A nosotras ya se nos quedaba corta y allí tiene lo que necesitaba, está en buenas manos", relata Ainara Martín, presidenta del club del sureste.
La beca es de un año de duración. Seguir dentro del programa es un objetivo tan ambicioso como difícil. Pero ahora Marta Bosch trabaja con dos objetivos claros: el Europeo del año que viene y superar 3º de la ESO. Una meta que, con el Atlántico de por medio, une a su familia con ella. De momento, el ritmo canario en la Blume tiene su nombre.
