El campeón del mundo, el noruego Magnus Carlsen, ganó la décima partida del match que disputa con el aspirante, el ruso de origen ucraniano Sergey Karjakin, en el edificio Fulton Market de Manhattan, en la ciudad de Nueva York, tras setenta y cinco movimientos, apertura española, y seis horas y treinta y cinco minutos de tiempo.

El triunfo de Carlsen adquiere gran relevancia si tenemos en cuenta que perdía el match por su célebre derrota en la octava partida, y que le inyecta las dosis de moral suficientes para afrontar las dos ultimas partidas, hoy con Karjakin conduciendo las blancas y mañana domingo haciéndolo el campeón.

El análisis principal de la victoria de Carlsen hay que situarlo en los movimientos 20/21, en los que su oponente, que hasta el momento se ha defendido con maestría propia de un superdotado, no vio que podía forzar tablas por jaque continuo o perpetuo, que le hubiera permitido mantener su ventaja. Sin embargo, o no vio esta posibilidad o intentó jugar a ganar, aunque lo cierto es que pagó el precio de dicho error quedándose en posición inferior al emerger un Carlsen en estado puro, que bordó un medio juego de su reconocido estilo y depurada técnica hasta desembocar en un final de torres y caballos en el que obligó al ruso a defender su peor estructura posicional mientras él maniobraba sin prisas pero sin pausas en ambos flancos.

El match, con 5-5 en el marcador, se ha puesto pues en un momento de enorme interés, y en el que no hay nada decidido, pero lo que si es innegable es que de anotarse alguno de ellos un triunfo en las comentadas dos partidas que restan, dejaría el match resuelto porque la experiencia enseña que en la disputa de títulos de este nivel, y en las actuales circunstancias en que se encuentra, inevitablemente hacen su aparición lo que en este mundo conocemos como pieza número 33, el reloj, y el cansancio psicológico, con el error a veces infantil, sobrevolando el tablero.

No se descarta incluso que el empate a 6 sea el resultado definitivo, por lo que habría que acudir a la disputa de partidas en la modalidad de semi-rápidas y rápidas, a 25, 10 y 5 minutos y si a pesar de ello continuase el empate se jugaría una decisiva partida, con el sorteo de colores, de modo que quien conduzca las negras jugaría con 4 minutos y quien lleve las blancas con 5 con el añadido de 10 segundos por jugada efectuada a partir del movimiento 61. Si aún así acabara en tablas se proclamará campeón quien haya conducido las piezas negras.

La expectación en todo el mundo del ajedrez y del deporte en general, está pendiente de este duelo, tal vez el mas joven en toda la historia del ajedrez, 26 años Karjakin, y la misma edad de Carlsen dentro de 4 días.