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Entrevista a Marta Marrero

"Los resultados han llegado más rápido de lo que yo pensaba"

"Es solo cuestión de tiempo que este deporte tenga la misma repercusión que otros como el tenis", asegura la doble campeona del mundo y número uno del circuito mundial

La grancanaria Marta Marrero está firmando un año de ensueño junto a su compañera Alejandra Salazar. EFE

Doblete en el Campeonato del Mundo celebrado en Lisboa, donde su compañera Alejandra Salazar y usted cumplieron con su condición de favoritas...

Sí, porque atravesábamos una buena racha de resultados y llegamos a esta cita con mucha confianza. Los nervios no nos jugaron ninguna mala pasada, pudiendo ganar con solvencia todos los partidos que disputamos. No puedo pedir más tratándose de mi primera experiencia en un Mundial.

Este éxito pone la guinda a un año de ensueño para el dúo Marta Marrero-Alejandra Salazar.

Hemos ganado seis torneos, una cifra que no está nada mal si tenemos en cuenta que éste es nuestro segundo año como pareja. Ahora mismo estamos a un gran nivel y con mucha confianza. En 2015 terminamos como número dos del circuito profesional y en 2016 ya hemos conseguido asaltar el primer puesto.

Su quinta temporada como profesional del pádel, ¿contenta con su evolución?

Mi evolución creo que ha sido bastante rápida. Me he tenido que poner las pilas, porque las jugadoras que figuraban en el top llevaban muchos años ya jugando al pádel. He conseguido ponerme rápido a su altura gracias al esfuerzo y a muchas horas de entrenamiento. Los resultados han llegado más rápido de lo que yo pensaba.

Ahora toca defender ese número uno, que supongo será su principal objetivo en 2017...

Por supuesto. Nos ha costado mucho llegar hasta ahí y ahora costará mucho más mantenerlo. Seguiremos trabajando duro para ello. Aún nos restan dos torneos del circuito este año, San Sebastián y el máster final, luego descasaremos para empezar la siguiente temporada lo más fuerte posible.

Por el momento, su matrimonio deportivo con la madrileña Alejandra Salazar no puede resultar más productivo.

La verdad es que paso casi más tiempo con ella que con mi marido -risas-. Por suerte, las dos nos hemos complementado estupendamente. No solo dentro de la pista, fuera tenemos también una buena conexión. Aunque ella está afincada en Madrid y yo en Barcelona, hemos logrado salvar esa distancia geográfica por nuestro firme compromiso de llegar lo más alto posible. Hemos hecho muchos esfuerzos para poder estar juntas y entrenarnos las máximas horas posibles.

¿Es muy exigente la preparación de la pareja número uno del pádel femenino mundial?

En nuestro caso, entrenamos dos horas de pista y otras tantas de físico por la mañana, o sea, que estamos bastante liadas. Luego, por la tarde, dirijo una escuela de pádel que lleva mi nombre en Sant Cugat del Vallés, en la provincia de Barcelona; me dedico a dar clases y a coordinar un poco el tema de la escuela.

¿Cómo se consigue funcionar a la hora de planificar la preparación estando una en Madrid y otra en Barcelona?

Mi entrenador es el que está en pista con nosotras durante los torneos. Alejandra tiene el suyo propio en Madrid. Entre ambos hablan a diario para preparar los entrenamientos y luego nos desplazamos una u otra. En este caso, ella viene más a Barcelona que yo a Madrid. Intentamos sacrificarnos para estar muchas horas juntas en pista, porque en este deporte resulta clave la compenetración.

¿Qué le sabe mejor, el éxito de haberse codeado con las mejores tenistas del mundo o los triunfos actuales en el pádel?

Los disfruto por igual. He tenido la suerte de que me fue relativamente bien en el tenis, aunque quizás me podría haber ido mejor, y en el pádel he conseguido también llegar muy alto.

¿Ha resultado importante su bagaje en el tenis profesional para alcanzar los éxitos que ha logrado en el pádel?

Evidentemente. En cuanto a exigencia competitiva, en la parte física y en el apartado psicológico ya eran temas que los tenía asimilados de mi experiencia como tenista. De las cosas que más me costó cuando empecé en el pádel fue acostumbrarme a jugar en pareja, porque el tenis se trata de un deporte más individual. Ahora tienes a una compañera al lado y debes adaptarte.

¿Existen muchas variantes entre un circuito mundial de tenis como la WTA y el del World Pádel Tour?

El pádel todavía es un deporte relativamente joven. Le falta aún internacionalizarse más. Se encuentra asentado en pocos países, como España y Argentina. Afortunadamente, esta especialidad crece a buen rito en Europa, con la proliferación de clubes en Francia e Italia, por ejemplo. Pero le falta que suba el nivel en esas zonas donde ahora empieza a crecer. Creo que es cuestión de tiempo que el pádel tenga la repercusión que poseen otros deportes como el tenis. En el Mundial, compañeros de otras naciones nos comentaban que cada vez se estaban viendo más pistas en sus países. Considero que ahí se encuentra la clave para seguir evolucionando.

¿Existe la misma presión siendo una jugadora top de tenis que de pádel?

En mi caso, la madurez te hace ver las cosas diferentes. Me lo he tomado de forma diferente, sin tanta exigencia a nivel psicológico, de meterme presión por ganar. La clave, en mi caso, es que cada vez que entro a una pista de pádel disfruto de lo que estoy haciendo, sin obsesionarme con ganar.

¿Con esa mentalidad, en su época de profesional, podría haber llegado más alto?

Probablemente en mi madurez tenística, sí. Pero tuve la mala suerte de tener que retirarme antes de tiempo. Ese pico de madurez lo tengo ahora en el pádel. No sé si en el tenis, con las tablas que tengo ahora, podría haber llegado más lejos. Pero también hay que tener en cuenta que en el tenis la competencia a nivel individual es increíble, no se puede comparar el nivel que existe internacionalmente entre una especialidad y otra, son dos mundos totalmente diferentes.

El tenis femenino canario en las últimas décadas ha contado con representación en el circuito profesional. Magüi Serna y usted fueron las pioneras. Ahora tenemos a Carla Suárez, ¿cómo la está viendo?

Impresionante. Se merece todo lo que le está pasando. Recuerdo verla jugar desde pequeña y, cuando la veía entrenarse, ya presumía que iba a ser una crack, por su calidad, por su constancia y por su trabajo diario. Supone un orgullo para mí y para todos los canarios poder contar con una jugadora que deja nuestro pabellón tan alto.

¿Cómo le dio por pádel?

Fue algo casual, casi sin quererlo. Me había retirado del tenis y estaba dedicada a los estudios y otros menesteres, practicando solo deporte de salud. Un día, una amiga que llevaba tiempo jugando y que estaba muy enganchada, me ofreció quedar con ella para jugar. Ese primer día me divertí mucho. Luego comencé a jugar pachanguitas. A partir de ahí, me lo empecé a tomar un poco más en serio.

¿Cómo ve el nivel del pádel en el Archipiélago?

Creo que se trata de uno de los deportes más practicados en Canarias, con una gran cantidad de competiciones. Tiene una aceptación brutal. A ello también ayuda el clima que tiene el Archipiélago, con unas condiciones que te animan a practicar durante todo el año. En cuanto a jugadores, hay varios que disputan el circuito profesional y tienen un nivelazo. No sé cómo estará el tema de la cantera, pero creo que el fomentar la base es clave para que sigan saliendo jugadores de nivel en este deporte.

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