Jerobe Chocolatito Santana era, ayer, el hombre más feliz del mundo. Y no sólo por su triunfo de la madrugada del viernes al sábado, sino porque: "durante el control antidogping hablé bastante rato con mi rival, con David Morales, y éste me dijo algo así como que había perdido el combate y un título que le ilusionaba tener, pero que había ganado mucho: me había ganado a mi como amigo, y eso me emocionó".
Así se expresaba ayer el púgil grancanario, aún emocionado al recordarlo. David Morales, pugilísticamente conocido en su país, Nicaragua, como Piolín, "me pidió las botas que utilicé para el combate, y yo se las regalé. Fue como cuando los futbolistas se piden e intercambian las camisetas. Fue un gesto que me salió sin pedirle nada, y entonces fue cuando me dijo que había ganado un amigo. Me pareció muy buen chaval".
También tuvo tiempo Jerobe Santana de intercambiar palabras acerca de cómo había sido el combate entre ambos, que se solucionó por la vía rápida en el primer episodio del mismo. "Lo probé un poco, intercambiamos golpes y ví que pegaba como un camión. Y como lo habíamos trabajado en los entrenamientos, Carlos me dijo desde la esquina que le metiera alguna mano abajo. Tras una combinación eso hice, y le llegué con claridad al hígado, en un golpe que fue definitivo", señalaba el púgil grancanario.
Primero en revalidar título
Chocolatito estaba contento, también, porque es el primer español que logra revalidar un título mundial júnior. Título que su rival buscaba con ansiedad.
"Hablando del combate, David, que estudia ingeniería industrial y se gradúa el próximo día 10 en su país natal, me dijo que no sólo había acusado el golpe abajo, sino que en la combinación también le había tocado en la nariz y se quedó sin poder respirar bien, y que por eso no pudo terminar de levantarse", agregaba el púgil grancanario.
Jerobe Chocolatito Santana se dispone ahora a seguir trabajando duro, pues el próximo día 21 de enero del ya cada vez más cerca 2017, se enfrenta al que es quizá el combate más importante de su carrera: el título de la Unión Europea de los ligeros, en París, frente a un rival también de cuidado, el francés Marvin Petit (18-1-1).
