Pieza importante y capitana del Spar Gran Canaria -cuando tenía otras denominaciones-, en la época de esplendor del conjunto de La Paterna, a Patricia Urquijo Álamo (Las Palmas de Gran Canaria, 1970), también le ha picado el gusanillo de las carreras populares. "Por cierto, buena generación para el baloncesto la de ese año, pues también lo son Patricia Hernández, Blanca Ares y Oranda Rodríguez, que fueron internacionales las tres", señala.

Por ello, por ese gusanillo, mañana tomará parte en su tercera Hospital Perpetuo Socorro San Silvestre Las Palmas de Gran Canaria, "en la que me he inscrito más que nada para pasarlo bien y ayudar. Ni soy runner ni nada de eso. De hecho, no me gusta correr, pero sí que me gusta pasarlo bien y, sobre todo, ayudar. Y de esta carrera, en concreto, lo que me gusta es que no es una carrera competitiva, sino más bien familiar".

Campeona de Europa de la Copa Liliana Ronchetti y de dos Copas de la Reina, así como subcampeona de la Liga Femenina en una ocasión -casi 30 años, desde los 13, ligada al baloncesto con el Islas Canarias bajo la tutela de Domingo Díaz y Begoña Santana-, Patricia Urquijo llegó de casualidad al mundillo de las carreras populares, "pues he participado en otras dos ediciones de esta prueba y en todas las de la Spar Summer Run, que tampoco es que sean muchas, creo que cuatro ediciones".

Y su llegada a las carreras la cuenta simpáticamente, con ese halo que le caracteriza. "Fíjate tú, fue de ahora para después. Acababa de comerme un plato de calamares y recibo una llamada de Tania Quintero. Ella es la culpable de que de vez en cuando corra carreras de este tipo. Resulta que me dice que se había apuntado a la San Silvestre con Lourdes Peláez, pero que ésta no iba a poder asistir de ninguna manera, por lo que le sobraba un dorsal y que si lo quería para acompañarle a correr por las calles de la capital. Esto fue sobre las tres y media de la tarde. Le respondí "Quién dijo miedo?", y dos horas después estaba corriendo. No sé cómo, pero medio muerta llegamos a meta. Fuimos al golpito, ratitos andando, ratitos corriendo, pero llegamos".

Una carrera familiar

Patricia no es muy dada a hablar de su etapa en el baloncesto -"fueron casi treinta años ligada a este deporte, y algún día echo algunas canastillas por ahí, pero cada vez menos", indica-, pero sí que le gusta hablar de las carreras en las que participa.

"Me gustan estas carreras porque hay un ambiente espectacular. Voy con amigas y lo pasamos bien. Pero lo más importante es que echas una mano con el dinero de la inscripción. Me gustan los fines solidarios. Corremos en plan familiar, para inculcarles a los niños que hay que hacer deporte, porque es saludable. Y lo mejor es que el 80 o el 90 por ciento de los que participan van igual. No es una carrera competitiva para nada, vamos todos muy relajados y simplemente a pasar bien el rato", indica.

Con respecto al baloncesto, Patricia señala que: "no es que lo eche de menos, la verdad. Sobre todo porque ahora tienes horario de persona -y ríe a carcajada limpia-. Ya no tienes que estar pendiente de entrenamientos, viajes y partidos. Haces una vida más normal. Pero sí que siento nostalgia a veces, cuando veo un partido por televisión o me acerco a ver a las niñas en La Paterna, donde los jefes -Domingo y Bego- están siempre y hablamos recordando anécdotas de aquella época y me dicen que haga algo de deporte con ellos".

"El poco deporte que puedo hacer ahora es salir con la bici y algo de gimnasio en el CID. Pero si es verdad que tengo que volver a coger el ritmo y la rutina, aunque terminé muy saturada de tanta obligación. Es verdad que no se debería dejar del todo, como hice yo, y por eso mis intenciones son volver para hacer algo de mantenimiento", indica la exjugadora.

Patricia, que tras muchos años de trabajar en Cinesa ahora es "barista. Sí, sí, ponlo así, porque yo no soy camarera, pero trabajo en un bar dando desayunos y esas cosas -y vuelve a reir con ganas-, además de cuidar niños, en especial a mi ahijado, Alberto (hijo de su excompañera Almudena Rodríguez), que es lo más lindo del mundo mundial con sus tres añitos", vuelve a incidir, para finalizar, en que "lo que me gusta de la San Silvestre es su espíritu solidario, lo que me llama la atención, el buen rollito festivo: madres con niños en carritos, papás y mamás noeles, etcétera. Eso es lo que más me gusta".