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Herbalife Gran Canaria La entrevista

"La exigencia es mayor, pero no hay que olvidar quiénes somos"

"A pesar de los éxitos, nuestra esencia es la que es; tenemos que luchar al límite cada partido para ganar", afirma Albert Oliver, base del Granca

Temporada de muchos vaivenes la actual para el Herbalife Gran Canaria. Una montaña rusa. Se gana la Supercopa, mal inicio en la Liga Endesa, remontada hasta la Copa del Rey y, ahora, toca de nuevo remar contracorriente en la Eurocup...

Montaña rusa no sé... Tuvimos un inicio muy bueno. Luego perdimos cuatro partidos, pero podemos perder contra cualquiera; en algunos de estos encuentros no estuvimos mal aunque no consiguiéramos ganar. Creo que la temporada hasta el momento está siendo muy buena. Cierto es que ahora hemos perdido dos choques en la Eurocup y se complica la cosa pues solo restan cuatro jornadas, pero a pesar de esto pienso que nuestro nivel está siendo bueno, exceptuando en Fuenlabrada en Europa, en el debut liguero ante el Tenerife y contra el Andorra. Solo son tres o cuatro partidos de 26 que llevamos entre las dos competiciones.

Con el 0-4 inicial en la Liga Endesa y ahora con el 0-2 en la Eurocup, existe otra vez la obligación de remontar. Hay presión de nuevo por ganar para conseguir objetivos a estas alturas de temporada ¿Produce esto mucho estrés?

Con el 0-4, aunque después ganamos cuatro partidos seguidos para ponernos 4-4 y veíamos que no pillábamos al octavo, nos quedaban por delante doce encuentros para lograr el objetivo; un margen bastante grande. En el caso de la Eurocup, ahora nos quedan solo cuatro, porque la segunda liguilla es muy corta. Pero más que pensar en lo que resta, hay que centrarse en el siguiente choque, el del UCAM Murcia del martes y ganar. Luego, ya veremos. No hay que hacer cábalas, ni pensar en qué pasa si ganamos o si perdemos.

Volvamos al principio de la actual campaña. ¿Cómo recuerda el título de la Supercopa, el primero importante en la historia del club y a nivel personal?

Fue algo espectacular para todos. Increíble. Para algunos era nuestro primer título en la Liga Endesa. Todo resultó muy bonito, por cómo lo vivió la gente. Luego, al llegar aquí, ver cómo estaba el aeropuerto de gente y el recibimiento que se nos brindó. Después en el primer partido contra el Iberostar Tenerife, aunque fue un palo perderlo, ver el pabellón tan lleno con todos los aficionados con la camiseta conmemorativa... Esos momentos siempre los recordaré, son de las cosas que quedan para toda la vida.

De la felicidad absoluta al mal inicio de la Liga Endesa con cuatro partidos seguidos perdidos. ¿Cómo se afrontaron esos momentos en el vestuario? ¿Hubo mucha comedura de coco?

El primer partido, el derbi, fue un poco extraño por todo lo que había sucedido tras ganar la Supercopa. El encuentro que sí creo que nos hizo daño fue el que perdimos en Andorra, porque lo teníamos bastante controlado en el tercer cuarto y se nos escapó. Luego jugamos con el Valencia y Unicaja, que son grandes equipos. Quizás, esos enfrentamientos nos pillaron faltos de confianza y se notó. A partir de ahí, seguimos tirando hacia delante, sabiendo que estábamos haciendo bien las cosas. Algunos incluso lo comentábamos ya durante aquella racha inicial de derrotas, que si seguíamos haciendo las cosas bien terminaríamos sacando los partidos. Así ha sido. Hemos cerrado muy bien la primera vuelta, con un balance de 10-6, y ahora a ver cómo pasamos la segunda y esta fase importante de la Eurocup.

Si se había logrado un buen ritmo de victorias, los dos tropiezos en la competición europea obligan a la remontada. Supongo que con la experiencia de superar positivamente aquel 0-4 en la Liga, la nueva situación se mira de otra forma, sin tanto agobio...

Bueno... El haber revertido esa situación no asegura que ahora volvamos a hacerlo. Sí somos conscientes de que salimos de aquel mal momento trabajando duro, como durante todo el año. Ahora haremos lo mismo, aunque eso no nos asegura el éxito. Tenemos que hacer como siempre, entrenar bien cada día y preparar lo mejor posible los partidos. Nosotros, si estamos a buen nivel, podemos competir con cualquiera; y si no lo estamos, también podemos perder con cualquiera.

El próximo reto es la Copa del Rey. Se vuelve a Vitoria.

Eso del próximo reto... Antes quedan muchos partidos de la Liga Endesa y de la Eurocup. Más que pensar en la Copa, ahora tenemos que hacerlo en el UCAM Murcia que toca en Europa, luego en la próxima jornada del campeonato liguero con el Andorra y después en el siguiente y en el siguiente. Aún para llegar a la Copa queda un mes. Primero queremos encarrilar nuestro pase a la siguiente ronda de la competición europea y ganar encuentros para entrar en el Playoff por el título quedando lo más arriba posible.

Pero que el equipo haya conseguido meterse por quinto año consecutivo en la Copa del Rey dice mucho de su asentamiento entre los grandes.

Entre los grandes, no sé. Súper grandes solo son el Barcelona y el Real Madrid. Después hay otros equipos como el Baskonia, Unicaja y Valencia que se encuentran por encima de nosotros, y luego está el Herbalife Gran Canaria. Siempre estamos ahí intentando meter la cabeza, como el año pasado en que acabamos quintos la ligar regular y llegamos a la final de Copa; y este año lo hicimos de nuevo ganando la Supercopa. Siempre intentamos arañar algo, pero sabiendo que no somos ni el Barça ni el Madrid, que siempre luchan por todos los títulos. Nosotros somos un equipo que debemos luchar por estar siempre en la competición copera y en el Playoff. Después si suena la flauta, que suene.

Los éxitos cosechados en los últimos años por el Herbalife Gran Canaria hacen que se incremente el nivel de exigencia. ¿Eso es positivo en cuanto a sentirse más presionados?

Todo jugador quiere jugar en un equipo que sea lo más competitivo posible. Cada vez que logramos mejores resultados, la exigencia es más alta, aunque tenemos siempre que saber quiénes somos. El equipo ha crecido mucho. Está claro que el club ya no se parece al Gran Canaria de hace diez años, que tenemos potencial para meternos siempre en Copa del Rey y en el Playoff casi siempre. Pero nuestra esencia es la que es. Tenemos que luchar al límite cada partido para intentar ganarlo.

A nivel personal, ¿cómo valora su rendimiento en lo que llevamos de temporada?

Siempre, desde el primer día, he dicho que me siento cómodo en este club, con los compañeros y con los tres entrenadores que he tenido en los años que llevo aquí: Pedro Martínez, Aíto García Reneses y ahora a Luis Casimiro. Personalmente, siempre quiero hacerlo mejor en algunos aspectos. Pero el equipo ahora está jugando muy bien la mayoría de las ocasiones. Al final lo importante es el conjunto. Estamos compitiendo muy bien. Si cada uno de nosotros muestra su mejor versión, eso redunda en la mejora del equipo. Somos un equipo donde ningún jugador sobresale en las estadísticas individuales. En mi opinión, eso resulta positivo, porque nos convertimos en un rival más difícil de defender. Me estoy encontrando a gusto.

¿Qué balance hace de la labor del técnico en lo que llevamos de la actual campaña?

Cada entrenador es diferente. Cuando llegó Aíto ocurrió lo mismo. Creo que Luis ha hecho una cosa muy buena. Como el mismo ha dicho, ha mantenido cosas que le gustaban del anterior técnico y luego ha puesto su sello personal. El equipo está jugando muy bien. Lo digo de memoria, pero creo que somos el equipo del Gran Canaria más anotador de los últimos años. Anotamos mucho porque nuestro ritmo de juego es muy alto. Tanto en ataque como defensa imprimimos velocidad. Somos seguramente el equipo que más posesiones tiene en la Liga Endesa, no especulamos.

Supongo que la llegada de Casimiro, con el que coincidió en el Estudiantes, le ha favorecido.

Sí. Cuando coincidimos en el Estudiantes hicimos dos grandes temporadas, entrando en el Playoff, en la Copa del Rey y jugando la Eurocup. Nos conocíamos y eso es positivo. Pero viéndolo trabajar, observas que él ha evolucionado como técnico con respecto a aquellos años en Madrid, en la forma de jugar, en la de atacar, en la defender... Unas cosas las mantiene, pero otras las ha modificado . Y eso creo que es bueno para el equipo, como se está viendo en la pista.

Siguiendo con los cambios, con los fichajes realizados esta temporada se busca dar un salto de calidad con gente contrastada como Bo McCalebb, Richard Hendrix o Darko Planinic. ¿Cómo se han adaptado?

Quizás el más desconocido era Royce O'Neale, pero desde el primer día, como el resto, están rindiendo a muy buen nivel. Aquí el tema de fichajes siempre ha ido bien, porque Berdi Pérez acierta bastante. Lo bueno es que todos se han adaptado estupendamente al grupo y al equipo. Nos están ayudando mucho a mejorar. ¿Tenemos la mejor plantilla de los últimos tiempos? Eso se verá al final de la presente temporada.

La pasada campaña, al acabar contrato, su renovación se ralentizó. ¿Cómo vivió esos momentos? ¿Pensó que no volvería a ponerse la amarilla?

En principio, nuestra primera opción era el Gran Canaria. Por todo, incluido el que mi familia está aquí encantada. Aunque entrara en el derecho de tanteo, la idea era la de renovar. Llegamos a un acuerdo muy rápido. Se tardó en cerrar porque Berdi Pérez prefería tener antes contratado al entrenador. Cuando se confirmó lo de Luis Casimiro, se cerró en tres o cuatro días.

Y al finalizar la actual temporada se repetirá la historia...

Ya veremos a ver qué pasa, aún queda mucho. Vamos a disfrutar estos cinco o seis mese que restan.

Con el paso del tiempo, Albert Oliver ha ido ganando peso específico en la plantilla del Herbalife Gran Canaria, junto con Eulis Báez, el capitán. ¿Qué secreto guarda ese vestuario que todo el que pasa por ahí lo alaba?

Es un poco trabajo de todos, del club, de los jugadores que hay... Siempre se ha fichado a gente buena en la cancha y fuera de ella, gente trabajadora que se adapta al grupo. Todos tratamos que ese proceso resulte lo más fácil posible.

Esta temporada le toca compartir posición con Bo McCalebb, un base de calidad contrastada y con amplia experiencia en las principales competiciones europeas. ¿Cómo está siendo esa convivencia entre los dos directores de juego?

Bien. Me toca sufrirlo en los entrenamiento, porque seguramente se trata del base más explosivo con el que he jugado y de los que me he enfrentado, con un arranque brutal cuando sale de parado. Además, va muy bien para dentro y en defensa aprieta mucho. En lo personal, es un hombre bastante callado, un poco tímido, pero poco a poco se va soltando. Está jugando a un gran nivel. La verdad, me encuentro muy bien con él.

¿El rendimiento de Bo al principio generó dudas?

Más entre ustedes -la prensa-. Tiene 31 años y se encuentra a tope físicamente. Llegó lesionado de la mano derecha y necesitaba tiempo de adaptación porque aterrizaba en una competición nueva para él, la mejor de Europa, donde no resulta fácil jugar contra ningún equipo. Evidentemente, ha tenido partido mejores y peores, pero nos está ayudando a jugar muy bien.

¿Se complementan bien ambos por los diferentes estilos de jugar de uno y otro?

Sí. Tenemos al base más explosivo de la Liga Endesa, Bo, y al menos explosivo, yo -risas-. En el tiempo que llevo aquí he compartido posición con Kevin Pangos y Tomás Bellas, muy diferentes a él, y nos adaptamos también perfectamente. Lo importante es eso para que salga beneficiado el equipo. Creo que hacemos una buena pareja de bases. Si no lo pensara así, mal iríamos -risas-.

A sus 38 años de edad, vuelve a convertirse en el jugador más veterano de la Liga Endesa después de que hace unos días Pablo Prigioni (39) anunciara su retirada tras haber vuelto al Baskonia en diciembre. Dijo que sufría al ver que ya no podía estar al 100%...

Mi edad es la que es, la que tengo. Su carrera deportiva ha sido totalmente diferente a la mía, ha jugado en la NBA y con su selección. Por suerte o por desgracia, más por desgracia, yo ni lo uno ni lo otro. He tenido siempre los veranos libres y eso ayuda a no saturarte. Me encanta mi profesión, venir a entrenar y competir, y todo lo que conlleva esta vida. Personalmente, me encuentro igual físicamente que el año pasado e incluso mejor. Sigo disfrutando como en mis primeros años, e incluso más porque sé que cada día me va quedando menos tiempo como jugador. Disfruto. Tengo la suerte de que el trabajo que hago y por el que me pagan me encanta.

Y cuando llegue la hora de su retirada, ¿la idea es seguir vinculado al baloncesto?

Llevó desde los seis años en este deporte, muchos como profesional. Es lo que he hecho toda mi vida. Pienso que puedo ayudar en otras facetas cuando me retire, porque me encanta el baloncesto. Aparte de entrenar, me gusta ver cosas, seguir la cantera... Aquí menos, pero en mi etapa en otros clubes me gustaba ir a ver entrenar a los juveniles, sobre todo en Manresa cuando coincidía que Sergio Llull actuaba en esa categoría. Ya se verá.

¿Que ha supuesto en lo personal y en lo deportivo su etapa en Gran Canaria?

En lo deportivo, cuando fiché quería dar un salto a un equipo más competitivo. Quería llegar a un club que me diese la opción de poder jugar siempre Playoff, Copa del Rey y Europa, si pudiera ser. Eso era lo principal. Luego, con el paso de los años, puedo decir que me ha permitido jugar dos finales y ganar una Supercopa. En ese sentido, encantadísimo. En lo personal, cuando opté por venir a la Isla no era fácil. Además de que movía a toda la familia, que estaba en casa, encima lo hacía a un sitio tan lejos. Mi niña, que tenía seis o siete años en aquel entonces, no quería venir; ahora no quiere marcharse. Es una canaria más. Cuando en verano salió el interés del Andorra, me preguntaba si era cierto. Yo digo que mis hijos hablan dos idiomas, catalán y canario, sobre todo el pequeño tiene más acento que la propia gente de aquí. Acertamos sin duda viniendo a Gran Canaria.

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