El Gran Canaria Arena solo pudo respirar tranquilo en los últimos minutos del partido, algo que no se planteaba visto el desarrollo de los primeros cuartos del partido, donde un Herbalife serio y mandón había conseguido sacar rentas que parecían definitivas ante el UCAM Murcia. El primer triunfo del conjunto amarillo estaba a la vista entonces, pero algo aparentemente tan real tomó un cuerpo opaco.

Porque el Granca -que había conseguido más de 20 puntos de diferencia-, en un desliz, fruto de un notable bajón de intensidad se complicó el partido. Un choque que pudo resolver gracias a su talento, esfuerzo y aplomo en los momentos críticos del pulso contra un Murcia, guerrillero y peleón. Solo así, a través de esa base, pudo llevarse a la boca la primera victoria en el 'Top 16' de la Eurocup, un triunfo sanador que invita a creer que clasificarse para los cuartos de final, tras el 0-2 inicial, es posible.

El Granca, de entrada, no cumplió con su hoja de ruta para enderezar el rumbo en la Eurocup. Porque frenar el ritmo de Facundo Campazzo era una de las claves para entrar bien en el partido, algo que que al cuadro de Luis Casimiro le costó. A eso se le sumó el tremendo acierto del cuadro católico, que clavó sus tres primeros triples (5-11, min. 3). El base argentino encontró en el brasileño Vitor Benite un aliado válido para empezar a inquietar a un Herbalife que encontraba pocos recursos para anotar.

Fue entonces cuando el Herbalife, al igual que en la fábula, se puso el disfraz de hormiga. A base de pico y pala, de punto a punto, de defensa tras defensa, el Granca encontró su juego. No había otra opción: primero, resultado y calma; después, el fondo. Porque cuando ganar es una necesidad tan vital como la que tenía ayer el conjunto amarillo, lo demás pasa a un segundo plano.

Las rotaciones le sentaban bien al Granca. Agarrados a Richard Hendrix, fuerte bajo el tablero -cada vez más importante en el equipo- y a un arreón de Royce O'Neale, el cuadro amarillo puso la directa. Entre los dos americanos abrieron un parcial de 9-0 que redondeó Kyle Kuric desde el perímetro para ampliarlo al 12-0 y obligar a Óscar Quintana a pedir tiempo muerto (22-15, min 29). El Herbalife había despertado.

Solo a base de enseñar los dientes atrás, el Granca encontró el camino -guiados en el ataque por el eterno Albert Oliver-. Esa premisa devolvió al Herbalife al partido. Sus robos y defensas inteligentes, ésas que son de pizarra y entrenamiento ahogaban al UCAM. Tanto que los amarillos consiguieron sacar una ventaja al descanso de diez puntos: 29-19 y vuelta a empezar de nuevo.

Lejos de convertirse en cigarra, el Granca no quiso vivir de las rentas y se empeñó en seguir con el mazo en la mano. No parar era lo necesario. Con un basket average negativo -y peligroso- antes del pitido inicial (-25), ganar, y por cuantos más puntos, era también una obligación. Por lo tanto, el Herbalife insistió en su fórmula: defender para después devorar el aro contrario.

La receta tuvo su efecto y la ventaja de dos dígitos se consolidó en el marcador; trece, dieciséis, dicesiete puntos arriba... Todo cimentado en un juego sólido, donde el banquillo largo del Granca mandaba con buenos minutos en pista(42-25, min. 15). Bo McCalebb tiró de piernas para demostrarle a Campazzo que él sabía también de qué iba eso de dar espectáculo y con una bandeja marca de la casa superó por primera vez los 20 puntos de ventaja en el marcador y colocar la máxima distancia en el electrónico (52-31, min. 19).

El cuarto y el partido iba rodado. Solo una canasta del escolta norteamericano Billy Baron hizo que esa renta de dos decenas se viera reducida antes de llegar a un descanso que apuntaba a otra mitad de partido relativamente cómoda porque el 56-37 del marcador invitaba a ello.

Pero nada más lejos de la realidad. El paso de vestuarios le sentó fatal al Granca que entró perdido en el tercer cuarto, poseído por viejos hábitos, por esas malas costumbres que ya le han costado algún tropiezo al cuadro amarillo. En frente, al UCAM le dio un arrebato de orgullo y fe que montó el conglomerado perfecto para iniciar un intento de remontada de los que asustan. Dos triples consecutivos de Campazzo en las primeras jugadas del tercer cuarto le valieron al UCAM para volver a creer (58-45, min. 23).

El cómodo colchón de puntos que tenía el Granca, de nuevo como esa fábula de la hormiga, previsora con el invierno, le valía para aguantar el tirón, aunque no por mucho tiempo, siempre con el basket average en la mente. Noqueado el Herbalife, el parcial era de 4-15 para los murcianos, iniciado con esos dos triples del 'Facu' (62-54, min. 25). Los amarillos entraron en boxes, ajustaron su condiguración y con Kyle Kuric acertadísimo -10 puntos en poco más de diez segundos- se repusieron para llegar desahogado a los últimos diez minutos (79-68).

El Murcia no se rindió. Entre el corajudo Antelo y la mano de Baron el UCAM se colocó a solo cuatro puntos (82-78, min. 34). El guión se había puesto para una tragedia amarilla, pero el Granca supo reaccionar y cambiar el rumbo con buenos minutos de Hollins, el arrojo de Báez -más que acierto- y la puntería de Kuric. Enfrente, el rebufo que había logrado el UCAM lo perdió fruto de sus errores con dos antideportivas de las feas de Sadiel Rojas y Campazzo. Al final, primera victoria, grupo caliente y vuelta a creer en la Eurocup.