Liam Hester y Pedro Trujillo Cruz no se conocía de nada hasta ayer. Algo lógico por otro lado si se tiene en cuenta que desde la isla del primero, Irlanda, a la isla del segundo, Tenerife, hay casi 3.000 kilómetros de distancia. Sin embargo, ayer sus pisadas se juntaron en el asfalto de Las Palmas de Gran Canaria para disfrutar juntos en la meta, aunque apenas no se entendieran entre el cerrado inglés céltico de Hester y el acento tinerfeño de Trujillo.

"Sería como el kilómetro nueve. Justo ahí lo vi y me piqué. Lo miré y supuse que por la edad sería de mi categoría. Así que cogí y me eché detrás de él y me dije: 'A este tipo lo tengo que 'sachar'. Siempre desde el buen rollo, como demostramos cuando llegamos aquí y nos dimos un gran abrazo", explica Pedro Trujillo, corredor empedernido, con más de 20 maratones en sus piernas.

Junto a Trujillo, que cruzó la línea apenas un minuto antes que Hester, entró José Bernardo López, otro experimentado atleta tinerfeño que acudió hasta Gran Canaria a la prueba, a poco más de un minuto del atleta británico. Los tres formaban parte del grupo de corredores de más de 65 años que acabaron la prueba de 21 kilómetros de la Cajasiete Gran Canaria Maratón -solo 40 valientes de esa categoría terminaron el circuito capitalino-. Por orden, fueron cuarto, séptimo y noveno clasificado de su clase.

Entre Pedro Trujillo (67), Liam Hester (68) y José Bernardo López suman (66) suman más de dos siglos de vida: 201 años en total. "A mí esto es lo que más me hace disfrutar. Cada vez que acabo la satisfacción es tremenda. Pero si hay que destacar otra cosa es el ambiente de los maratones y de la gente que te vas encontrando", argumenta Trujillo.

Eso es lo que enganchó a Hester hace ya muchos años. Residente en Maspalomas durante las temporadas del duro invierno británico, ha corrido más de 50 maratones por todo el mundo. "El año pasado hice la maratón. Fue un recorrido muy duro a dos vueltas y me quedé con ganas de estrenar este año el circuito a una sola vuelta. Pero he estado lesionado y no he podido prepararlo demasiado bien. Eso es lo que me ha llevado a hacer la media maratón", explica el veterano atleta irlandés antes de soltar con una carcajada que los 21 kilómetros "son pocos para mí".

Si hay algo que le encanta a Hester de Gran Canaria es el "tiempo" que hace para correr, sin lluvia, ni frío. Por eso ya piensa en volver el año que viene. "Para la próxima edición volveré para hacer la maratón. Estoy completamente seguro, si me respetan las lesiones", concluyó el irlandés.

Trujillo se despide de él con un cariñoso saludo, el mismo que se dieron al llegar a la meta. "Veníamos compitiendo al máximo uno con el otro y al final, nos dimos un gran abrazo que es el símbolo de lo bonito que es este deporte. Nos apreciamos mucho mutuamente", comenta este icodense afincado en Las Américas con un pasado de guantes de boxeo y cuadrilátero. El elixir de su juventud: mantenerse en forma y una cerveza de vez en cuando para reponer.

José Bernardo no entiende su vida sin el deporte, de hecho, fue su profesión. Porque este chicharrero, profesor de Educación Física jubilado, se pasó a los maratones cuando dejó el fútbol con más de 40 años. "Estoy muy contento con la prueba. Ha mejorado mucho y creo que ha cogido un poquito más de calidad", explica.

Su consejo, como maratoniano y docente del cuerpo, es claro: entrenar y no sobrepasar los límites. "Hay que seleccionar bien, no se puede empezar así como así. Primero, chequeo médico, y después poquito a poco hasta sin querer llegar a esto", narra. Liam Hester, Pedro Trujillo y José Bernardo López, un trío bicentenario que ya piensa en volver en 2018.