Partido copero, trabado y muy disputado el que logró sacar adelante el Valencia Basket por 86-81 ante un combativo Herbalife Gran Canaria que fue de menos a más en el choque hasta dejar claro que los taronja tendrán que trabajar mucho para poder superarles dentro de tres semanas en los cuartos de final del torneo del KO. Al menos así se evidenció a partir del segundo cuarto, cuando el encuentro se convirtió en una lucha de poder que sólo se decantó en los últimos tres minutos.

Y eso que el Valencia Basket arrancó como un ciclón en el partido gracias a una excepcional defensa que secó por completo a su rival. Eso, unido a la buena dirección y efectividad desde el perímetro de Sam Van Rossom, permitió a los locales dominar el choque desde el inicio (10-2; min. 3). A Luis Casimiro no le quedó otra que parar el encuentro antes de lo previsto, aunque no le sirvió de mucho.

El Gran Canaria aumentó la intensidad y la presión sobre las líneas de pase para, poco a poco, intentar llevar el encuentro a un terreno más físico. Pese a ello, el conjunto taronja aguantó bien en un primer momento con la segunda unidad hasta alcanzar una máxima de 16 puntos (25-9; min. 8).

Sin embargo, por entonces el partido ya había comenzado a cambiar. El cuadro insular defendía mejor y encontraba soluciones más claras en ataque gracias a la conexión entre Albert Oliver y Ryan Hollins. La diferencia, pese a que los valencianos intentaban ceñirse al guión previsto, disminuía poco a poco tras varias pérdidas y las acciones de McCalebb. Al descanso era ya de apenas cinco puntos (42-37; min. 20).

Ese equilibrio se confirmó tras el paso por los vestuarios. El Valencia Basket pasaba ahora por dificultades ante un rival que cada vez se sentía más cómodo sobre la cancha y anotaba con mayor facilidad (46-47; min. 24). De hecho, se ponía por primera vez por delante en el electrónico. El nerviosismo, en el equipo y en la grada, iba en aumento pero Pedro Martínez se mantuvo firme en su idea de no parar el partido. La apuesta le salió bien ya que su equipo logró aguantar el tipo hasta, al menos, llegar al 'tiempo muerto de la tele' (53-51; min. 28).

No parecía que fuese a variar mucho la decoración antes del último acto hasta que, después de una falta no señalada de Oriola sobre Aguilar, le cayeron dos técnicas a Luis Casimiro y al propio Aguilar por protestar. Esa jugada permitió al Valencia Basket marcharse hasta nueve puntos (63-54) a falta de dos segundos para acabar el cuarto. Tiempo suficiente para que, otra vez el extaronja Aguilar, anotará un triple desde su campo sobre la bocina (63-57; min. 30).

Todo, por tanto, se iba a decidir en los últimos minutos. El intercambio de golpes era constante, y ninguno de los dos equipos era capaz de lograr una renta importante en el luminoso (70-68; min. 35). Fue ahí, con el partido convertido en un auténtico correcalles, donde el Valencia Basket supo sacar provecho a su mayor acierto tras un parcial de 8-0 (78-68; min. 37). La última jugada, precedida de un espectacular tapón de Sastre sobre McCalebb y un triple de San Emeterio, despertó por fin a La Fonteta al tiempo que puso la puntilla a un partido que terminaba de decantarse en ese momento.