El pasado 25 de enero, Donald Trump cumplió una de sus promesas de campaña. El nuevo presidente norteamericano firmó ese día la orden ejecutiva para empezar a desviar fondos en la construcción de un muro que vuelva en físicas la frontera de Estados Unidos con México. Un plan con el que Trump busca cerrar el país por el sur, con argumentos basados en la seguridad del país con dos ideas fundamentales: frenar la inmigración ilegal y cercar actividades delictivas como el narcotráfico.
Los muros, balizas y vallas no son una novedad en los más de 3.000 kilómetros de frontera entre un país y otro. De hecho, Francisco Cruz, escolta mexicano del Montakit Fuenlabrada, último escollo del Granca mañana (20.00 horas, Eurosport 2 y RTVC.es) para meterse en los cuartos de final de la Eurocup, conoce bien esas barreras.
Porque Francisco Cruz nació en 1989 en la ciudad mexicana de Heroica Nogales, fronteriza con los Estados Unidos. Por la barrera que separa a ambos países cruzan al día centenares de vehículos y camiones. A un lado, el estado mexicano de Sonora; por el otro, Arizona, con su Nogales particular ya es territorio yanqui. A lo largo de la población se extiende un extenso muro de acero varios kilómetros al este y también al oeste. Algo que no cortó el sueño del ahora jugador del Fuenlabrada, uno de los grandes recursos del equipo dirigido por Jota Cuspinera.
Porque Francisco Cruz quería vivir del baloncesto y lo está haciendo. Al igual que miles de sus compatriotas, el mexicano, sin visado, sin papeles, se embarcó en su propio sueño americano y, aún en etapa formativa, cruzó la frontera para pulir su talento en el lugar que vio nacer el baloncesto: Estados Unidos.
Tras ser invitado a un campamento en Brasil, el entrenador Vince Valdez, coach del Abraham Lincoln High School de Denver, vio sus condiciones y no lo dudó. Y Francisco Cruz, junto con Jorge Gutiérrez -exbase de los Brooklyn Nets o los Milwaukee Bucks de la NBA, hoy en el Trabzonspor turco- se emprendieron en un viaje kilométrico hasta el corazón de Colorado. Todo en una furgoneta y sin documentación. "Me acuerdo de toda mi familia llorando, pero todos pensando que iba a ser por mi bien. Tenía miedo, pero salimos adelante", explicó Cruz a Televisa.
Allí levantó por primera vez en la historia de la entidad el título estatal, aunque después su entrenador Valdez fue demandado por utilizar inmigrantes ilegales en su plantilla. La historia de Cruz en Estados Unidos no acabó ahí. El escolta mexicano recibió una beca para jugar en la Universidad de Western Nebraska y a los dos años cambió a la de Wyoming, en la NCAA. Aquella experiencia universitaria le abrió las puertas al profesionalismo en su país con los Halcones Rojos de Veracruz antes de dar el salto a Europa el año pasado en el VEF Riga letón. Ahora, el hombre que no sabe de muros, desafía al Granca en Europa con el Montakit Fuenlabrada.
