En el centro de Vitoria, clavada entre el Casco Viejo y el Ensanche de la ciudad, se levanta la plaza de la Virgen Blanca. Justo en medio de la glorieta se levanta, construido en bronce y piedra de Fontecha, el Monumento a la Batalla de Vitoria. La alegoría recuerda un momento clave en la historia de la ciudad y en el devenir de España: la expulsión de los franceses del territorio nacional en la Guerra de la Independencia. Porque la batalla que se libró en 1813 en la ciudad alavesa fue el último paso antes de que el Primer Imperio francés, con José Bonaparte -hermano de Napoleón-, huyera de España. Desde 1917, la Plaza Vieja de Vitoria recuerda aquel arrebato bélico por recuperar la libertad.

En la capital de Álava, el CB Gran Canaria también se ha liberado, en un ejercicio espiritual, sin armas, pero que le ha valido para hacerse grande y conquistar un lugar privilegiado entre la casta del baloncesto español. Porque el equipo claretiano, impetuoso e indomable, se ha labrado un hueco privilegiado en la ACB que sería incomprensible sin Vitoria.

El idilio del Granca con la ciudad viene de lejos. Porque en la capital alavesa, en el viejo Mendizorroza, el Claret Las Palmas consiguió su primera victoria lejos de Gran Canaria en la ACB. En diciembre de 1985, los chicos de Joaquín Costa vencieron por 80-81. Varios protagonistas de aquel partido se reencontrarán en Vitoria en 2017. Porque Berdi Pérez, director deportivo del Herbalife, llevaba la batuta del equipo sobre la pista; en el otro lado, Pablo Laso, ahora entrenador del Real Madrid, hacía lo propio con el Caja Álava. Servirle balones a Josean Querejeta, presidente hoy del Baskonia y alero en aquella temporada de los vitorianos, era otro de sus cometidos.

Ese triunfo fue el primero de una racha que no ha parado de crecer desde entonces. Un primer recuerdo de Vitoria que se ha engalanado en los últimos años. En la etapa más moderna del club, el primer gran día en la ciudad llegó el 29 de enero de 2000. Porque esa tarde el Gran Canaria -por entonces Canarias Telecom- se estrenó por primera vez en su historia como equipo copero. La derrota fue ante el Caja San Fernando (71-60), al que plantó cara hasta el final del partido con Berni Hernández, Kenny Miller o Deon Thomas liderando al Granca.

Fue un primer paso antes del Granca que estaba por venir. Durante la década siguiente el Herbalife se iba convirtiendo en un clásico de la ACB, siempre coqueteando con las plazas de Playoff, colándose cada vez más a menudo en la Copa del Rey. Siempre con la vitola de equipo sorpresa, el Herbalife se encontraba con un muro: los cuartos de final.

Pero en el curso 2012-2013, el CB Gran Canaria se liberó para tumbar sus propias fronteras y explorar límites no alcanzados hasta entonces. Porque en esa temporada los amarillos derrotaron por 74-62 al Bilbao Basket en los cuartos de final con un Xavi Rey estelar (22 puntos y 8 rebotes). El sueño acabó en semifinales. Unos meses más tarde, el Granca lo volvió a hacer. En el partido decisivo de la serie de cuartos, cuando la serie estaba empatada a uno, el Herbalife se llevó el tesoro de las semis de la Liga tras ganar por 66-72 con 27 puntos de Ryan Toolson.

Aquella fue la última gran noche de gloria hasta que en septiembre, el Granca se superó para levantar en el Buesa Arena su primer título de la temporada: la Supercopa tras ganar al Barça por 79-59.