El Unicaja, con la moral reforzada tras su triunfo liguero ante el Real Madrid, se enfrenta este viernes a un Barcelona Lassa necesitado de alegrías y que viaja a Vitoria en sus horas más bajas y mermado por las lesiones, la última de ellas la de Juan Carlos Navarro, operado el miércoles de una apendicitis aguda.

A la ausencia del veterano escolta y las de larga duración ya conocidas de hombres como Ribas o Lawal se suman en esta ocasión la más que probable del ala-pívot Doellman, que sufre una lesión en el sóleo de la pierna derecha.

Su entrenador, el griego Georgios Bartzokas, adelantó que el estadounidense no jugará en los cuartos de final contra Unicaja al no haber podido entrenar con sus compañeros, por lo que ve "difícil" que pueda disputar la Copa.

También son seria duda el base Alex Renfroe (lesión en el gemelo izquierdo) y el escolta Brad Oleson (esguince de tobillo). Además, el pívot Vítor Faverani sufrió un pequeño esguince en el último partido de la Liga Endesa contra el ICL Manresa y se perdió tres entrenamientos, aunque se espera que este disponible ante su exequipo.

Con veinte derrotas en los 42 partidos oficiales disputados esta temporada, levantar la Copa supondría un bálsamo para una plantilla que ha tenido que salir al paso esta semana de los rumores que aseguraban que se habían reunido para pedir la destitución del entrenador griego.

Aunque los cinco enfrentamientos anteriores en Copa del Rey contra los andaluces favorecen al Barcelona, Bartzokas reconoció que los suyos no parten como favoritos no sólo por las lesiones y los resultados del último mes "sino por los problemas que hay dentro y fuera de la pista".

Con un pie fuera de la Euroliga y cuarto en la Liga Endesa, la Copa se ha convertido en el objetivo más asequible que tiene el equipo catalán, que acude al torneo con su peor versión de este siglo.

Unicaja, a hacer un buen papel

Por su parte, el Unicaja, sexto en la Liga, aspira en su regreso a la competición a hacer un buen papel para intentar repetir el título logrado en 2005. Los andaluces han ganado este año al Barcelona y al Real Madrid en Málaga y confían en el buen momento de juego de hombres como Nemanja Nedovic, su arma más peligrosa.

Una de las claves del partido para los hombres que entrena Joan Plaza pasa por frenar a Ante Tomic, uno de los jugadores más determinantes de la Liga. El serbio Dejan Musli y el recién llegado Alen Omic serán los encargados de la difícil tarea.