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Barquillos La entrevista

"El futuro de los barquillos pasa por contar con una base náutica"

"Los barquillos son el deporte autóctono más auténtico porque les daban de comer a nuestros antepasados", cuenta Germán de la Guardia, armador de cuatro barquillos

Germán de la Guardia, con una de sus últimas adquisiciones, el barquillo 'Sofcan', en Las Canteras. SANTI BLANCO

¿Cómo y cuándo le entra el 'gusanillo' por la vela latina?

Empecé en edad tardía y por algunos amigos que me animaron. El primer bote al que llego es al Unión Arenales. El Gran Canaria es el segundo casco en el que ficho y además realizo funciones de directivo. El Archipiélago 8 fue el siguiente casco para luego ya pasar al bote del barrio, el Unión San Cristóbal. Para mí fue un privilegio navegar con Tino de la Nuez y además el bote se proclamó campeón.

Se retira como tripulante y regresa años después, ¿por qué?

Me retiré unos años pero siempre tuve el amor por navegar a vela. No en vano llegué a tener una escandalosa (modelo de embarcación) de segunda mano y con ella a vela me iba a pescar. En las idas y venidas al Muelle Deportivo, donde ya tenía un barco un poco más grande, vi navegando al Guamar (Guaguas Municipales), un barquillo traído desde Fuerteventura. Al verlo, me hice la pregunta: '¿Este es el barquillo que quiero para ir a pescar como mi gente de antes?'.

¿Y cómo consigue su primer barquillo?

Desde Fuerteventura me llega la noticia de que está vendiéndose un barquillo. Voy para allá y me hago con el Perla Negra, todo un casco campeón de cinco metros en la isla maxorata y que ahora es el CRI. Las recomendaciones y conocimientos de Israel Cabrera y Gari Chocho fueron clave para la compra de los posteriores barquillos.

Pero supongo que no lo utilizó para pescar.

Sería una auténtica herejía utilizarlo para la pesca y no para competir. También tenía la idea de meter una tripulación para competir y me pongo en contacto con el Real Club Victoria por las ganas de navegar que existían en el club y porque faltaban medios para aumentar la flota. Fue cuestión de traerlo y ponerlo en manos de los chicos para que navegaran con él y de esta forma relanzar la competición de barquillos, que en aquel entonces navegaban con el Frasco, Yacovi, Gran Canaria y Guamar.

¿Entiende usted el escaso interés por un deporte vernáculo como los barquillos?

El barquillo forma parte del paisaje y de la cultura de nuestra tierra. Es una embarcación con la que no hace mucho navegaban y faenaban en busca de capturas como medio de vida.

¿Por sus palabras entiendo que es partidario de que se mantenga y se ayude a esta modalidad deportiva?

Por supuesto. Las autoridades por lo menos deben facilitar en lo posible mantener una de nuestras tradiciones, entendiendo que los tiempos actuales son malos para ello. Además, creo que los barquillos son el más auténtico de todos los deportes autóctonos de nuestra Isla, porque es el que le daba de comer con sus faenas a nuestros antepasados. Los botes de vela latina hacían igual la función comercial y deportiva, pero no mantienen la estructura de las embarcaciones de antaño como los barquillos.

¿Es usted de la idea de una fusión entre los barquillos y los botes de vela latina canaria?

Tienen que fusionarse. Aquí no tenemos barquillos de ocho metros y en Lanzarote sí. Y en Lanzarote se plantea la temporada de manera diferente: primero salen con barquillos grandes, para a continuación los mismo tripulantes pasan a navegar y a competir con los barquillos de cinco metros y siguen la competición. Aquí no tenemos barquillos de ocho metros, pero sí los botes de vela latina. El problema es que los barquillos no han podido estar en la base náutica Fernando Roque. Pero cuando los barquillos estén conviviendo con los botes y estén protegidos bajo techo y solo naveguen los meses de competición en Las Canteras habrá garantía de futuro total.

¿Ha habido acercamiento entre las federaciones?

Conmigo nadie ha hablado en ese sentido. Sí que me han dicho que esto es ponernos de acuerdo y ya está. A mí me parece magnífico. Pero en el tiempo, lo que se dejó correr por el Muelle Deportivo fue que los barquillos iban a ser la muerte de los botes. Yo creo que es justo todo lo contrario.

¿Podrían llegar nuevos mecenas como usted a los barquillos?

Posiblemente. Si yo no he traído algún amigo para hacerse con un barquillo es precisamente por la falta de cobijo para la embarcación. Me podrían decir, ¿qué hago ahora con el barco, dónde lo dejo? En cuanto haya medios suficientes esto va a mejorar. También está la posibilidad de construir uno, ya que en mi barrio de San Cristóbal está el carpintero Nano.

¿Tiene la ilusión de que le construya uno?

Sí claro, con ello cerraría el círculo. Ya he hablado con Nano y tenemos plantilla para ello.

¿Cree usted que se están divulgando los barquillos?

Ya se está haciendo. Hay un proyecto de nuestro departamento de marketing, tenemos recopilado cierto material didáctico. He luchado con el barco Sofcan, que tiene la anguila homologada para que el casco sea remolcado a cualquier patio de colegio de la Isla, y esto ya se ha hecho. En su momento el CRI y el Yacovi han estado en Arucas y por aquí han pasado chicos interesándose. Y se ha organizado una regata desde Las Canteras hasta la costa del municipio aruquense.

¿Y habría interesados en hacerse con un barquillo?

Estoy seguro. Ahora mismo hay una serie de municipios aquí en Gran Canaria que tendrían un barquillo de mil amores. Seguro que si me reúno con los concejales de deportes y les pongo un presupuesto encima de la mesa de lo que puede costar un barquillo, todos ellos estarían dispuestos a tener uno.

¿Qué representa a día de hoy el Club Victoria y los barquillos?

Se está navegando gracias al Club Victoria. Es así. A través de la gestión realizada por el Club se han mejorado muchísimo las actividades que se desarrollan aquí. El habitáculo que ponen para que los barquillos estén protegidos es prueba de ello. Es un enorme gasto arreglar una embarcación y si no se resguarda se acaba deteriorando.

¿Es usted partidario de que los barquillos regatearan antes o después de los botes?

Sí, ¿por qué no? Sería una fórmula ya que la afición de la vela latina es muy entendida y de alguna manera se podrían beneficiar todos. Y por supuesto esos barquillos aportarían tripulantes para los botes, como ya ocurre hoy en día. Algunos de estos jóvenes tripulantes serán en un futuro magníficos patrones.

¿Uno de sus objetivos con sus barquillos es delegar responsabilidad a los jóvenes tripulantes?

Por supuesto, lo que queremos es que ellos sean los líderes de los proyectos y que los compartan con nosotros antes de comenzar las regatas, luego que nosotros le podamos tutelar en todo el camino como tripulantes y que vayan ganando jerarquía y habilidades. En definitiva, que sepan gestionar bote y tripulación tanto en un barquillo como en un bote de vela latina.

¿Por dónde pasa el futuro de los barquillos?

Lo primero es tener un sitio para poner las embarcaciones. Es decir, una base náutica. Eso sería vital para crecer. Y para que los jóvenes tripulantes conozcan y naveguen en barquillos habría que hacer regatas para noveles.

Entonces, ¿tiene ganas de seguir adelante?

Mientras haya jóvenes responsables a los que les guste esto y a nosotros nos vayan bien las cosas, seguiremos. Con las autoridades, si se pueden contar se cuenta y si no, no pasa nada. Es suficiente con que no pongan impedimentos a la hora de hacer eventos.

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