La natación canaria lamenta la desaparición de un hombre que colaboró a engrandecer esta especialidad, históricamente una de las que más momentos de gloria ha dado en la historia del deporte canario. Se trata de Juan Manuel Pulido Sintes, quien falleció en la capital grancanaria el pasado martes a los 75 años de edad.

Desde muy temprana edad demostró su potencial y su amor por esta especialidad deportiva. Sus cualidades le hacían destacar ya en su etapa en el Colegio Viera y Clavijo, vivero inagotable de nadadores. Su progresión continuó luego en el CN Metropole, el decano de la natación en Canarias. En sus filas consiguió éxitos nacionales importantes entre los años 50 y 60, sobre todo en las pruebas de fondo.

La entidad metropolista marcó su vida en lo deportivo y en lo personal. Se casó con la olímpica Rita Pulido, quien se convirtió en Roma 1960 en la primera canaria en participar en unos Juegos y que repitió experiencia olímpica en Tokio 1964. Ambos supieron transmitir el amor por este deporte a sus cinco hijos. Uno de ellos, Natalia, siguió los pasos de sus progenitores al más alto nivel y defendió la bandera de España en los Juegos de Barcelona 1992.

La noticia del fallecimiento de Juan Manuel Pulido ha sido muy sentida en el mundo de la natación, sobre todo en el de una natación histórica, la que pertenece a esa época del siglo pasado, de un deporte que lo fue todo a nivel nacional. Juan Manuel Pulido vivió esa etapa gloriosa en la que decir natación en España era decir Canarias y decir Canarias, en España, era decir natación.

La clave de todo esa pujanza estaba en la promoción de la cantera que se estaba haciendo en las islas. Para mantener ese nivel de prestigio surge la figura de Juan Manuel Pulido, capitán de un equipo infantil (formado por Alfonso Díaz, Enrique Ortiz, Jesús Cantero, Julio Cabrera, por Las Palmas y Domingo García y Tomás Sánchez de Tenerife) que se proclamó subcampeón de España en el I Campeonato que se disputó en Mataró y en el que acuden de la mano de Carmen Kraus (hermana de Alfredo) como entrenadora.

En 1956, con Valladolid como escenario, se proclamó campeón de España infantil con Orlando de la Hoz, Enrique Ortiz, Domingo García, Alfonso Díaz, Julio Cabrera y Argimiro García de entrenador.

Fue poseedor de un gran número de récords en categoría infantil y juvenil, con ese récord nacional de 400 libres como estandarte y los 4x100 estilos con Cabrera, Ortiz, Pulido y O'Shanahan en mayo, que volvían a mejorar en septiembre, (cambiando a O'Shanahan por Bernardo Suárez). Y luego están todos esos récords locales de 400 y 800 libres en juveniles y en infantiles los de 100, 200, 400 y 100 mariposa, además de los relevos de libre y estilos. Un gran palmarés.

La categoría juvenil fue más difícil como muestra ese "doloroso" subcampeonato obtenido en Palencia, donde acudió Juan Manuel con Manuel Girona, Mauricio O'Shanahan, Heriberto de la Fe, Miguel Ángel Hernández y Luis Armas, y donde se produjo una inocente descalificación de Heriberto en mariposa. Y es que era difícil destacar con esa pléyade de grandes figuras de la natación canaria de aquellos finales de los años 50 y principios de los 60. Eso y la clásica etapa de combinar deporte con estudios y otras ocupaciones alejaron a Juan Manuel poco a poco de la primera línea.

Pero entró en un nuevo deporte: la familia y ahí empezó una vida familiar en la que, a tenor de lo que cuentan los que le han conocido más de cerca, alcanzó el más alto nivel del podio como esposo, compañero, padre y abuelo.

Su vida con Rita Pulido, otra figura de nuestra natación, sus cinco hijos (Juan Manuel, Beatriz, Virginia, Natalia y Guillermo), sus diez nietos y ese apoyo al deporte que ha seguido manteniendo más discretamente, sin dejar de apoyar a su hija Natalia, le hacen merecedor de un reconocimiento de todos. En este caso incluso de los que sin conocer su brillante etapa deportiva, han podido apreciar su etapa familiar. Descanse en paz.