"La regata más dura de mi vida"

Se trata de una de las travesías de navegación en solitario más exigentes del mundo, reservada para pequeñas embarcaciones de 6,50 metros de eslora. Y así lo atestigua el representante del RC Náutico de Gran Canaria: Ha sido la prueba más dura de mi vida por varias razones".

Cada vez que el Sideral arrancaba con buena velocidad y buen viento, éste desaparecía y saltaba por donde no había; entonces, los barcos que estaban parados encalmados se iban y el dúo canario-italiano se quedaba en el sitio.

Fue así durante la primera parte de la regata hasta bordear y dejar atrás la isla de Capraia, desde donde empezaron a navegar muy bien marcando velocidades de 7.5 nudos en ceñida, lo que les devolvía la alegría y constataban que el Sideral tenía mucho potencial.

Durante la segunda noche, tras pasar la isla de Elba y con el aviso de recorrido recortado, Bravo de Laguna y Fornaro encabezaban la categoría Prototipo, pero en segunda posición de la general. Entonces decidieron atacar al líder.

En esa caza al primer clasificado, cuando comenzó a subir de intensidad el viento escucharon un fuerte ruido producido por un pasador que se salía del eje de la quilla pendular, lo que produjo roturas en la caja que soporta y da estanqueidad a la orza. Esto los obligó rápidamente a hacer unas reparaciones de fortuna. Perdieron un precioso tiempo y, sobre todo, las prestaciones y ventajas que ofrece este tipo de quilla pendular.

A partir de ahí, el equipo canario-italiano navegó de un modo más conservador por seguridad. Pero, el miedo los alertó al acercárseles el barco ITA 342 de Rosetti y Savelli, que mantenía a poca distancia la tercera posición de la general y la segunda en la categoría Prototipo. Sin dudarlo, Bravo de Laguna y Fornaro comenzaron de nuevo a afinar los reglajes, sobre todo de las jarcias. Finalmente , mantuvieron el primer puesto del podio en su categoría y el segundo de la clasificación final.