Dos derrotas consecutivas en el tramo final de la temporada regular de la Liga Endesa, después de encadenar ocho triunfos consecutivos y firmar la mejor racha de la historia del club en la máxima categoría, han torcido la trayectoria impecable trazada por el Herbalife Gran Canaria en pos de otro objetivo que no se ha saboreado nunca: convertirse en cabeza de serie de cara al Playoff por el título, o lo que es lo mismo, alcanzar al menos la cuarta plaza, que sería la mejor clasificación jamás lograda por la entidad amarilla en la primera fase de la competición liguera española.
Se busca ahora el pleno de cuatro victorias en otros tantos choques que le quedan al equipo grancanario para obtener ese logro. A pesar de perder sus últimos partidos como visitante en Badalona y Vitoria, es aún posible por lo apretada que se encuentra la clasificación en la zona alta.
El Herbalife Gran Canaria, al que le toca descansar en la penúltima jornada del campeonato, figura en la sexta posición de la tabla con un balance favorable de 18-10. Cuenta con el mismo número de triunfos que el FC Barcelona, quinto; tiene una menos que el Iberostar Tenerife, tercero, y el Baskonia, cuarto; y se encuentra a dos del líder, el Real Madrid, y del segundo, el Valencia Basket.
Así las cosas, las posibilidades del Granca por alcanzar el rango de cabeza de serie permanecen intactas, eso sí, otro desliz ante los cuatro rivales que tiene por delante, el Movistar Estudiantes -el próximo domingo en el Arena a las 11.30 horas-, el Montakit Fuenlabrada -fuera-, el UCAM Murcia -en casa- y el RETAbet Bilbao Basket -en casa-, se podría pagar muy caro a estas alturas del curso.
No es la primera vez que el conjunto amarillo se encuentra ante esta tesitura en el presente ejercicio competitivo. La reacción del equipo en esas situaciones anteriores invitan al optimismo en el nuevo reto que se les presenta por delante a los de Luis Casimiro.
Recordar que, en el inicio de la Liga Endesa, un 0-4 de parcial en las primeras jornadas de la competición rebajaba, y de qué forma, la euforia que se vivía en torno al Herbalife Gran Canaria tras protagonizar una pretemporada inmaculada y de haber conseguido el primer título de la historia del club claretiano, la Supercopa Endesa, antes los grandes del baloncesto español: el Real Madrid, el Baskonia y el FC Barcelona.
A partir de ahí, tocaba remar contra corriente para alcanzar la primera meta de la temporada en el torneo nacional, la clasificación para la Copa del Rey de Vitoria. El Granca exhibía entonces su mejor nivel para firmar un gran parcial de 10-2 -caía solo ante el Real Madrid y Barcelona-, que le permitía defender su condición de subcampeón del torneo copero tras jugar la final en La Coruña la campaña anterior. Además, lo hizo con antelación a su jornada de descanso en la última fecha de la primera vuelta. Objetivo cumplido. Lamentablemente, luego caería a las primeras de cambio contra el Valencia Basket en cuartos.
Otra situación similar para el Herbalife Gran Canaria llegaba en la Eurocup. Los amarillos habían conseguido superar de forma holgada la primera fase de la competición tras siete victorias y una derrota en su grupo. Entraba sin problemas en el Top 16, donde muy pronto surgieron los problemas.
Dos partidos consecutivos perdidos, en casa ante el Lokomotiv Kuban y fuera frente al Montakit Fuenlabrada. De nuevo, tocaba remontar y, por lo corto de esta ronda del torneo continental, no había margen de error. Se necesitaban ganar imperiosamente los cuatro siguientes encuentros para seguir vivo en Europa.
A ello se pusieron los pupilos de Luis Casimiro y terminaban de nuevo consiguiéndolo. El Granca derrotaba por dos veces al UCAM Murcia y también daba cuenta de sus verdugos anteriores para entrar en los cuartos de final como segundo de su grupo. Pero posteriormente le tocaba en suerte el Hapoel Jerusalem, uno de los favoritos al título -a la postre subcampeón-, frente al que caía por la vía rápida (2-0).
