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Triatlón Gloria Challenge Mogán Gran Canaria

Nasser Al-Khalifa: "Volveré a competir en la Isla el próximo año"

El príncipe de Baréin alcanza la meta de Amadores en 4.57 horas y asegura que las cuestas en bicicleta se convirtieron en su principal obstáculo durante la prueba

El participante más mediático de la carrera de triatlón de Mogán, el príncipe de Baréin, alcanzó ayer la meta de Amadores en 4.57 horas. Esta marca le otorgó la decimotercera posición, el mismo número que llevaba en su dorsal, en su categoría. Tras cruzar la puerta de los finalistas, Nasser Al-Khalifa se mostró agradecido con la "hospitalidad" que ha recibido durante estos días en Gran Canaria y aseguró que volverá a competir en la Isla el próximo año. Acostumbrado a entrenar en un país que se erige sobre una extensa llanura de desierto, las cuestas en bicicleta que presenta el litoral moganero se convirtieron en su principal obstáculo durante la prueba.

Tras dos días de duro entrenamiento y continuos esfuerzos por pasar desapercibido en la Isla, el príncipe de Baréin mostró ayer en Amadores su faceta más humana. Alcanzó la línea de meta en menos de cinco horas, lo que le permitió conseguir el objetivo que se había marcado para esta carrera.

A solo un metro de la línea de llegada, Al-Khalifa ondeó por todo lo alto la bandera de su país y se tiró al suelo. Allí permaneció tirado sobre la alfombra roja de los ganadores un par de minutos, que se hicieron eternos para aquellos que se encargaban de controlar su estado de salud. Después de posar en el suelo para la cámara de la televisión pública de Baréin, su sombra durante todo el recorrido, se levantó y saludó con un gesto sonriente a las autoridades y demás aficionados de la carrera.

Hasta que uno de sus guardaespaldas no dio señal de autorización, nadie se atrevió a darle a su majestad la enhorabuena a distancia corta. Solo uno de sus hombres de confianza en el mundo del triatlón, Zibi Szlufcik, responsable de la Challenge de Mogán y de otras carreras en las que ha competido anteriormente el príncipe, se adelantó al protocolo y se fundió en un afectuoso abrazo con la estrella del circuito.

Una vez recuperado el aliento, Al-Khalifa tomó asiento en una de las carpas laterales de la meta. Unos sorbos de bebida isotónica, en medio de un baño de flashes de cámaras de foto, y algunas carcajadas cómplices con el resto de participantes le ayudaron a incorporarse de nuevo en posición vertical.

El consejero de Deportes del Cabildo, Ángel Víctor Torres, al que ya había conocido el día anterior a la prueba, fue el primero en estrecharle la mano e intercambiar algunas impresiones fugaces sobre su estancia en la Isla. Luego le siguió la alcaldesa de Mogán, Onalia Bueno, y el resto del grupo de gobierno del municipio anfitrión.

En su conversación con la regidora sureña, el príncipe se mostró agradecido con la "hospitalidad" que ha recibido durante estos días en Gran Canaria y "encantado" con los paisajes, el clima y la organización del evento.

Bajo la mirada de más de una decena de escoltas, Al-Khalifa dejó que los medios locales le acribillaran a preguntas. Eso sí, sus primeras declaraciones fueron para la televisión de su país, que con imágenes de dron incluidas, llegarán ya editadas a Baréin antes que el mismo príncipe.

El representante del Estado insular del golfo Pérsico no dudó en calificar a la Isla como un lugar "precioso". Su participación en la Challenge de Mogán no ha sido su primera competición en España pero sí en Canarias. Hace dos años corrió junto a su entrenador personal, Mikel Calahorra, en Mallorca. La isla del archipiélago balear le "fascinó", aseguró tu técnico, pero este año "por motivos de agenda" la visita no pudo repetirse en el Mediterráneo y, por tanto, el séquito real decidió desviar su rumbo a las Afortunadas.

Al ser un terreno desconocido para el príncipe, lo primero que hizo su entrenador tras aterrizar el pasado jueves en Gando fue advertirle de lo "duro" que se presentaba el circuito entre los acantilados de Mogán.

El viernes ubicaron su centro de operaciones en la terraza Beach Club de Amadores y comenzaron a calentar motores a bordo de la bicicleta por los 90 kilómetros que comprendió la prueba de ciclismo. En algunas cuestas el príncipe "refunfuñaba", señaló su entrenador, porque no está acostumbrado a grandes pendientes de terreno, pero al lograr la cima de cada subida mostraba cara de "impresionado" por las vistas que regalan las curvas que separan Anfi del Mar de Playa de Mogán.

El tramo a bicicleta lo culminó en 2.49 horas. Se le "atragantó" alguna que otra subida", admitió su técnico, pero finalmente superó con éxito las "transiciones" del asfalto.

Sin embargo, lo que no se le resistió al príncipe fueron los 1.900 metros a nado que acabó en solo 35 minutos y 30 segundos. La temperatura que presentaban las aguas de Amadores a primera hora de la mañana, en comparación con los 37 grados que suele registrar el mar de Baréin en verano, ayudaron a que el triatleta de la Casa Real se moviera con su neopreno negro y dorado con bastante agilidad.

Para captar cada uno de sus movimientos, tanto en el agua como en plena meta, sus hombres lanzaron a volar un DJI Mavic Pro capaz de grabar hasta a 64 kilómetros por hora. El dron y una pareja de cámaras a bordo de una moto, durante el recorrido en bicicleta, no perdieron de vista al príncipe en todo el recorrido.

La jornada acabó para los hombres de Baréin con un almuerzo de comida "sana" en el Beach Club de Amadores. Tras alimentarse principalmente de "pasta" durante esta semana su alteza, como él mismo reconoció, volverá a convertirse en una "persona" con una dieta "normal" en los próximos días. Ya en el hotel Villa del Conde, su entrenador le recomendó probar varios manjares de origen español, como "paella" o "arroz con leche". Según Calahorra, a los hombres de Baréin les encantó este postre, ya que en su país comen mucho arroz pero nunca preparado con los ingredientes de esta receta.

Durante la tarde de ayer el competidor de Baréin y su séquito de escoltas, deportistas y médicos se relajaron a orillas de Amadores. Por la noche, tenían previsto abandonar la Isla en su flamante Boeing 747 con rumbo a Marruecos. La ciudad de Rabat, que Al-Khalifa ha visitado en varias ocasiones, constituye la última parada antes de regresar a Oriente Medio.

Eso sí, el próximo año la playa de Amadores volverá a contar con la presencia mediática del príncipe Nasser Al-Khalifa, también presidente del Comité Olímpico de Baréin, entre sus estrellas de la Challenge.

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