El Iberostar Tenerife se proclamaba ayer campeón de la primera edición de la Champions League al derrotar en la final al Banvit turco por 63-59 en un duelo intenso y muy emocionante en los instantes finales. El conjunto tinerfeño lograba así estrenar su palmarés de títulos en la élite. A la conclusión del choque, la euforia se desataba en el Pabellón Santiago Martín de La Laguna, donde los aficionados locales celebraban la gesta de su equipo.

El equipo de Txus Vidorreta sigue haciendo historia esta temporada y logra un nuevo éxito, hasta ahora el más importante de su historia, después de una gran y fenomenal trabajo para alcanzar ese éxito. Señalar que el escolta Marius Grigonis fue elegido como el MVP de la final.

Como era de prever, fue un duelo de mucha intensidad entre dos conjuntos muy defensivos y con grandes jugadores en sus filas. En esta ocasión, Marius Grigonis fue uno de los protagonistas del cuadro español, terminó el choque con 18 puntos, secundado por Davin White, un escolta al que no le tembló la mano cuando tuvo que romper la igualdad a falta de un minuto para el final (63-57).

El cuadro insular, salvo en el inicio del choque (0-3), siempre fue por delante en el marcador. El escolta lituano Marius Grigonis avisó de que el quería ser protagonista al anotar dos triples y poner el marcador en 9-5.

El trabajo defensivo del Iberostar Tenerife estaba dando sus frutos y, por lo pronto, el líder del Banvit, Jordan Theodore, no estaba desarrollando su habitual juego. Pero aunque el dominio era local, el conjunto turco nunca se dejó ir; sus aleros mostraban, en ocasiones, su grandes dotes de tiradores.

El 23-14 del minuto 13 parecía que iba a ser importante. El tiempo muerto solicitado por el entrenador de los visitantes surtía efecto. De nuevo, el Banvit salió al ataque ante un cuadro tinerfeño que entró en una fase de precipitación y errores en ataque, lo que supuso que su rival se acercara hasta los dos puntos (23-21).

Esta sequía anotadora del equipo tinerfeño la rompió Rodrigo San Miguel al anotar un fenomenal triple (26-21). El base zaragozano volvería a intentarlo con acierto de tres puntos (29-26) para alejar de nuevo al rival.

En el tercer cuarto no cambió nada. Los dos equipos trabajaron mucho en defensa y aprovechaban cualquier pequeña ocasión para tirar a canasta. No había un dominador claro, aunque el conjunto turco apretó mucho más y aprovechó el desacierto local. Una técnica a San Miguel supuso el 34-34. Pero apareció, al menos en este momento, Aaron Doornekamp para poner el 37-34.

Con un triple anotado por Grigonis (40-34), el cuadro tinerfeño lograba respirar algo y la apuesta de Petit en el juego interior impulsó no solo al equipo sino también al público (47-38).

El último cuarto resultaba muy intenso con dos escuadras que no querían fallar y buscaban la victoria. Theodore lideró a los otomanos y por los canaristas la anotación estaba más repartida.

Así las cosas, Grigonis pondría el 58-53. Cuando el partido estaba caliente (58-57), dos acciones de Davin White en el último minuto hizo que el encuentro se fuera al 63-57 y la victoria recayera en el conjunto lagunero.

Vidorreta, exultante

Txus Vidorreta, el entrenador del Iberostar Tenerife, relataba tras el triunfo de su equipo en la final de la Champions League relataba que cuando empezó la temporada le dijo a sus jugadores que si jugaban esta competición era para intentar conseguir el título.

"Ha sido un sueño que empezó en junio. Lo más importante es que estábamos aquí, en la final, donde hubiesen querido estar más de cuarenta equipos", destacaba. "Los jugadores han creído desde el principio en nuestras opciones", dijo.