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El Granca, infiel a sus principios

El equipo amarillo carece en Vitoria de carácter y de su habitual esplendor a la hora de anotar

Encuentro con aroma de 'Playoff'. PAULINO ORIBE / LOF

Malas sensaciones dejaba el Herbalife Gran Canaria en el inicio del Playoff por el título de la Liga Endesa. A las primeras de cambio, algo que también entraba en las previsiones iniciales, el cuadro amarillo ya debe salvar un match ball en la fase trascendental de la temporada. Pero no es quizás eso lo peor. Lo más alarmante estriba en las pobres sensaciones con las que los amarillos salieron del Fernando Buesa Arena, al que si quieren volver para la resolución de la eliminatoria necesitan dar un cambio radical el próximo jueves en el Gran Canaria Arena.

El conjunto grancanario no se mantuvo fiel a los principales argumentos que le han hecho fuerte en la presente campaña ante un rival que, a pesar del resultado final, tampoco estuvo rutilante hasta el final, porque su verdadero festival llegaba cuando el duelo estaba decantado a su favor de manera clara.

Eso sí, el Baskonia, tal vez por tratarse de un equipo mucho más acostumbrado que su rival a estos enfrentamientos donde hay que poner toda la carne en el asador, supo aplicar las armas que suelen imperar en encuentros de este calibre, la intensidad, el morder por cada balón en juego.

Cosa de lo que adoleció el Granca. No supo moverse en esas situaciones límites, en esos lances donde tienes que sacar algo a tu favor sabiendo del elevado grado de permisividad que suelen aplicar los colegiados en choques donde se va con el cuchillo entre los dientes.

A esto hay que unir que el Herbalife también cayó en una mala dinámica anotadora, cosa también inhabitual en sus mejores momentos. Los pobres porcentajes encestadores del cuadro amarillo resultaron una losa muy pesada de principio a fin. Solo hay que echar un vistazo a las estadísticas.

Guarismos nada habituales en el equipo que lidera desde el banquillo Luis Casimiro. Que dos de sus hombres, Pablo Aguilar y Kyle Kuric, con 12 y 11 respectivamente, lograran casi la mitad de los puntos del equipo habla bien a las claras de lo fallón que estuvo ayer el Granca en su comparecencia en el Fernando Buesa Arena de Vitoria.

El Granca no encontró la respuesta a esa sequía ni en el poderío de su rotación. Los hombres de banquillo, como suele ser habitual, no supieron en esta ocasión paliar el déficit anotador de los hombres con mayor peso específico.

Demasiados jugadores anduvieron por debajo de su nivel, sobre todo cuando hablamos de capacidad anotadora. Royce O'Neale, fabuloso en el apartado reboteador, lució muy poco en las tareas ofensivas. Y qué decir del finés Sasu Salin, con un rosco en su casillero impropio de un excelso tirador venido a menos en el presente ejercicio.

Si a ello unimos el papel irrelevante de otros tenores como Bo McCalebb, quien pasaba inadvertido en una gran cita igual que en otras ocasiones anteriores, o Anzejs Pasecniks, poco resolutivo en un choque de enjundia para refrendar su crecimiento, encontramos las claves de la derrota agridulce.

Agridulce porque tampoco el Baskonia se comportó como un equipo arrasador, salvo en los instantes finales donde ya jugaba con el viento a favor. Aunque no se vio al Granca más excelso, ni mucho menos, puso bastantes veces en entredicho la superioridad baskonista durante el duelo.

Daba la sensación en algunos tramos del choque, donde el Herbalife hacia la goma en el marcador, que las opciones del equipo grancanario podían subir enteros si apretaba un poco más en defensa y mejoraba algo en ataque.

Partido inhóspito

De nuevo, como ha sucedido en momentos claves de la actual temporada, el Herbalife no supo exponer su mejor baloncesto en encuentros como el de ayer frente al Baskonia, o sea, poco vistoso e inhóspito, cuando gana enteros el trabajo de intendencia.

El Granca se encuentra más cómodo en otros ambientes, en partidos más libertinos, más improvisados, con continuas idas y vueltas. Y en eso el cuadro vasco cumplió a la perfección con el guión que tenía para maniatar a los amarillos. Dureza y esperar a que la permisividad de los colegiados con el local, una circunstancia muy habitual en estas eliminatorias por el título, diera carta blanca a esa fórmula para frenar al rival.

Visto lo visto en el Fernando Buesa Arena, el cuadro grancanario no debe desdeñar tampoco esa fórmula para el segundo encuentro de la serie, el próximo jueves en el Gran Canaria Arena, y prepararse a sufrirlo de nuevo en sus carnes si se llega al tercer encuentro el próximo domingo en la pista vitoriana. Para eso debe valer el tener el factor cancha a favor pensarán los técnicos y jugadores del Baskonia.

Así las cosas, con el 1-0 en contra, el Herbalife debe ponerse desde ya en clave de Playoff. Lo necesita para no verse abocado a una eliminación temprana. Necesita de todo su potencial para superar a un rival que afrontará el siguiente partido con la tranquilidad de tener margen de error.

Sobre todo sabiendo el Baskonia que, como ha ocurrido en sus últimas visitas a la Isla, el Granca es mucho más Granca cuando actúa en su fortín de Siete Palmas. Por cierto, en estos momentos trascendentales, imperiosamente se necesita un entradón en las gradas, porque la marea amarilla ha menguado.

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