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Fútbol Fase de ascenso a Segunda División B

El 'debut' soñado de Rosmen

El jugador lanzaroteño se decidió a aceptar la oferta realizada por el Villa de Santa Brígida para ayudarle a ascender

Rosmen Quevedo celebra su gol el pasado sábado con el Villa Santa Brígida. JUAN CASTRO

Rosmen Quevedo Cabrera (Titerroy, Arrecife, 16/09/1980), es todo un trotamundos futbolero, pues no en vano desde que saliera del juvenil del CD Tenerife ha vestido un total de ocho camisolas diferentes -algunas de ellas hasta en dos o tres ocasiones-, como el propio Villa de Santa Brígida.

El pasado día 14 del presente mes de mayo, Rosmen se decidió a colgar las botas tras una larga trayectoria. Lo hizo en el último partido de liga, en el que fue despedido con una cerrada ovación por los seguidores del Lanzarote, en el partido que los rojillos disputaron frente al Panadería Pulido San Mateo en la Ciudad Deportiva de Arrecife y cuando transcurría el minuto 76 de partido.

Sin embargo, esa despedida no ha sido definitiva. El pasado sábado, día 20, Rosmen se enfundaba la camisola del Villa de Santa Brígida y, además, tenía un debut soñado, porque anotaba el primer gol de los satauteños en su su compromiso con el Alcudia balear, en partido de ida de la fase de ascenso a Segunda B.

"Unos días antes de finalizar la temporada, el Villa se puso en contacto conmigo y sus dirigentes me comentaron la posibilidad de ayudarles en la fase de ascenso ofreciéndome fichar con ellos. Lo comenté con mi club, el Lanzarote, y no me pusieron pegas de ningún tipo. Me ayudaron en todo. Justo 48 horas antes del partido con el Alcudia dieron el visto bueno a la ficha y para allá que me fui", señala el jugador lanzaroteño desde su Arrecife natal, porque "por motivos laborales no puedo residir en Las Palmas de Gran Canaria, así que por ahora estoy aquí y ya el viernes iré a entrenar y luego desplazarme con el equipo a Baleares, si me convocan, y a jugar el domingo, si el entrenador lo considera conveniente", añadía el jugador.

El 'redebut'

Rosmen es un viejo conocido de la afición satauteña, pues no en vano ya había vestido la camiseta del Villa en dos ocasiones anteriores, una de ellas cuando los de Santa Brígida militaron en la Segunda División B. Por ello, cuando abrió el marcador frente al Alcudia, la ovación y alegría de los aficionados no le resultó desconocida. Fue el debut soñado de todo jugador, aunque en su caso era un redebut.

"Si lo mando a pedir, no me sale igual. Desde luego, fue como el debut soñado por cualquier jugador, y más en mi vuelta al equipo, porque me ficharon para ayudarles y al marcar abrí la lata. Luego los compañeros estuvieron fantásticos y vinieron más goles. Ojalá pasemos a la siguiente eliminatoria", señalaba "muy contento", el jugador lanzaroteño, con el sello de la humildad por bandera a pesar del claro marcador de 4-0 favorable a los satauteños frente al conjunto balear el pasado sábado.

Desde su salida del Juvenil del Tenerife, Rosmen Quevedo ha vestido las camisetas de UD Lanzarote, Las Palmas Atlético, UD Gáldar, Universidad, Villa Santa Brígida, Laguna, Orientación Marítima y Los Llanos de Aridane. "He sido un trotamundos del fútbol, pero ha sido por casualidades de la vida. Iban saliendo ofertas de éste o aquél equipo, y las iba aceptando", señala Rosmen.

Sin embargo, al de Titerroy le queda una espinita clavada en su currículo futbolero: no haber vestido la camiseta de alguno de los dos máximos representativos de las islas, la UD Las Palmas y el CD Tenerife.

"De joven tenía esa ilusión, ese sueño, el de jugar en alguno de ellos, pero a pesar de que estuve en los filiales de ambos equipos, nunca llegó esa oportunidad", señala el jugador; quien añade: "quizá un sueño que me faltó por cumplir fue dar el salto a la Península, jugar en algún equipo de allí. Pero es que aquí en las islas se me ha dado y he vivido muy bien".

Tiempo para estudiar

"Además", agrega el arrecifeño, "estuve mucho tiempo en Las Palmas capital y ello me sirvió para poder dedicar mi tiempo a estudiar. Hice un ciclo superior de Educación Física y también el primer curso de Magisterio por Educación Física. Ahora que tendré más tiempo, volveré a retomar los estudios, a ver si los acabo. Es la idea, aunque al golpito, poquito a poco".

Porque, por ahora, su actividad laboral -es educador en un Centro de Menores en Arrecife, desde hace ocho años-, no le permite desplazarse ni siquiera a entrenar con sus nuevos compañeros más que un día a la semana. Sin embargo, "espero poder ayudarles a lograr el objetivo del ascenso", señala. Porque, como también dice, ésta es una aventura que "cuando se acabe, ojalá que con el ascenso, se acabó definitivamente. Entonces sí que será verdad eso de que colgaré las botas. Ésta será mi última camiseta".

Y, finalmente, Rosmen concluye con una cita rotunda: "tras esta aventura, cuando acabe, podré dedicar más tiempo a mi familia y disfrutar con ellos de los fines de semana. Se acabó el fútbol. A partir de ahora, a lo mejor, un partido de vez cuando -y ríe-".

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