Llega la pelea definitiva por la gloria. Esta noche se celebra el primero de los dos asaltos que determinarán si el CD Tenerife merece figurar la próxima temporada en el selecto grupo de conjuntos de Primera División. Le toca primero en su estadio, ante su fiel afición, que tanta energía invirtió en el choque de vuelta de la eliminatoria anterior. Todos en el club insular han reconocido el papel fundamental de la hinchada blanquiazul en el choque del pasado domingo. Y ahora quieren pedir un último esfuerzo a esos entregados seguidores para poder alcanzar esa meta que ya se vislumbra.

En el Tenerife saben que el apoyo desde la grada es lo único que puede combatir el desgaste, tanto mental como físico, que ocasionó el enfrentamiento ante el Cádiz en sus futbolistas. De hecho, el entrenador y sus pupilos han manifestado en las últimas horas que la ilusión y el entusiasmo es lo que realmente puede con ese cansancio que lógicamente pesa sobre los jugadores. Y a todo ello contribuye su propia avidez y la que perciben en su afición.

El Tenerife no tiene más remedio que encomendarse a la magia de su estadio con el fin de obtener hoy un resultado positivo, que le permita luego acudir al Coliseum Alfonso Pérez con cierto margen de error, ya que en el partido que disputaron allí en la liga regular advirtieron lo complicado que supone jugar en el estadio azulón. Porque muchos de los futbolistas del Getafe están dotados de un gran oficio y, además, su entrenador, José Bordalás, suele llevar al límite a sus hombres, hasta hacerlos rozar lo no permitido deportivamente.

Así las cosas, el Tenerife no tendrá más remedio que sacar a relucir todo su potencial y carácter en ambos enfrentamientos contra el Getafe. Eso sí, sin perder la compostura y la serenidad que requieren estos envites en determinados momentos. Por tanto, Martí debe tratar de conciliar lo mejor posible en su once las virtudes futbolísticas de sus mejores peloteros con la garra y casta de sus jugadores más guerreros. No parece probable que toque a nadie de su línea de contención, si bien podría introducir algún cambio en las posiciones más adelantadas.

Tiene claro que viajar a Madrid sin haber encajado un gol es dar un paso de gigante hacia su objetivo, pero no a costa de perder potencial ofensivo. Porque sendos empates a cero en la ida y la vuelta otorgaría la clasificación al Getafe. Así que el Tenerife está obligado a marcar si quiere ascender. Y la dupla Lozano-Amath tendrá mucho que decir en este sentido. Del cuadro insular solo son baja Rachid e Iñaki, mientras que en el bando contrario son duda Pacheco y Sergio Mora.