Suma otra medalla más con la selección absoluta, la primera de oro. ¿Cómo sabe esta nueva presea?
Pues casi que no lo sabría ni explicar. Estos momentos tras la medalla, con la vuelta a España, el recibimiento en el aeropuerto, la recepción en La Moncloa, etcétera, te hacen darte cuenta de lo que has logrado. La felicidad que tenemos ahora mismo es tremenda, no se puede explicar, de verdad.
Se llevaron el título con una facilidad tremenda, al menos por la televisión. ¿Sintieron esa solvencia también dentro de la pista? No sólo en la final, sino en todo el torneo.
Hombre, nos sorprendió bastante para ser sinceras, y más ante un rival como Francia. En la final, hubo un momento donde cogimos una racha tremenda y nos colocamos a 20 puntos. Nos mirábamos y no nos lo creíamos. ¿Cómo era posible que estuviéramos a 20 puntos de distancia de una selección tan potente como Francia en una final de un Eurobasket? Es que era realmente increíble. No nos creíamos que le fuéramos ganando de 20 a Francia. Llegábamos bien, con ganas, pero es que lo que hicimos ha sido para enmarcar.
Es fija de la selección desde categorías inferiores. Muchos veranos dobló concentraciones para jugar en torneos de su categoría y de otra superior. Su palmarés con la absoluta impone. ¿En qué piensa cuando ve este historial?
En que tengo mucha suerte de poder jugar con este grupo de jugadoras. He tenido la gran suerte de poder alcanzar la selección en un momento perfecto, en una época donde la selección española ha estado en racha, siempre compitiendo al mejor nivel. De hecho, con la absoluta sólo conozco medallas [plata mundial en 2014, bronce europeo en 2015, plata olímpica en Río 2016 y ahora oro continental]. No conozco otra cosa con la selección. Parece fácil, pero no lo es. Y si en parte lo puede parecer es porque somos como una familia. Esto es el fruto de muchísimos años de trabajo en el baloncesto femenino, que está en una clara línea ascendente.
Priorizó este torneo por delante de otras cuestiones como su primer año en la WNBA después de ser elegida por Connecticut Sun en el último Draft. Supongo que no se arrepiente de ello.
Era una cosa que tenía clarísima, que pasara lo que pasara quería jugar con la selección este Eurobasket. Para mí estar en la selección, en este grupo, es todo un lujo, es donde mejor me lo paso. Si hablas con cualquiera de las jugadoras te dirán lo mismo, porque somos una familia realmente. Los veranos los sentimos como ese momento donde te puedes reunir con tu familia que no ves durante todo el año. Aquí nos unimos todas y nos lo pasamos genial. Parte del éxito de esta selección creo que reside en ese punto, en la unión que hay en el seno de la selección.
Pues esa familia se queda sin su madre, la capitana Laia Palau. ¿Se siente el relevo natural de ella en la selección para los próximos torneos?
No, realmente no. Tenemos otra gran base como es Silvia Domínguez, que ha hecho un gran torneo. Además también tenemos aleros que pueden jugar ahí, que pueden hacer lo mismo. Cualquiera de ellas podría jugar ahí a un nivel increíble. Yo más bien me siento pues como una afortunada que está aquí con menos experiencia y menos años. Cada entrenamiento y cada partido que he vivido con ellas he aprendido muchísimo. Yo prefiero tomarme las cosas así, con esa calma. Esta experiencia me ha valido para madurar un montón como jugadora y algún día poder aportar tanto como pueden aportar ellas a día de hoy.
Acaba de regresar de Praga, que será su ciudad el año que viene cuando jugará para el USK Praga. ¿Cree que se sentira a gusto ahí? ¿Le gustó?
Sí, sí, la verdad es que me ha encantado. El primer día tuvimos la oportunidad de poder salir y disfrutar un poco de la ciudad y la primera impresión que me llevo es muy buena. Me encantó muchísimo la verdad. Tengo muchas ganas de volver, pero ya para empezar a entrenar en la pretemporada y prepararnos para este reto que supone fichar con un equipo así.
