Ella lo tiene claro. "Nosotras tenemos que perder la vergüenza cuanto antes. Cuando voy a algún evento e intento enseñar un truco sencillo a las chicas me suelo encontrar con la misma frase: 'No me sale'. Muchas veces ni siquiera lo han intentado. Es algo que con los chicos no pasa tanto. Las chicas muchas veces no tienen esa predisposición. Está claro que eso es algo cultural, impuesto desde pequeñas".
La reflexión la hace la madrileña Paloma Pujol, jugadora de fútbol freestyle y de footbag. La primera disciplina se trata de dominar el cuero haciendo casi malabarismo con el balón; la segunda, de lo mismo, combinado con una coreografía y con una pequeña diferencia: el balón pasa a ser una pequeña pelota de tela rellena de diminutas bolas de metal. Es el más difícil todavía.
Durante la pasada semana Pujol transmitió sus vivencias con el balón en el municipio de Guía. Todo encuadrado en el I Campus Cindy García, el primero íntegramente dedicado al fútbol femenino de todo el Archipiélago. Unas experiencias en torno a los malabares que no son pocas. Y es que el palmarés de Paloma Pujol, tanto en freestyle como en footbag, es imponente.
A nivel nacional, se le caen los títulos de la vitrina; en el apartado internacional, su recorrido también es amplio. En la cúspide de todo aparece el Mundial de footbag de 2015 y otros dos subcampeonatos. Esta temporada ha sido campeona de Europa de la modalidad y aguarda al próximo agosto donde le lleva el Campeonato del Mundo de freestyle. Porque al de footbag le es imposible ir. "Se celebra en Estados Unidos y no me lo puedo permitir. En todos estos años nunca he tenido un patrocinador. Me he movido, he enviado miles de correos, pero nada. Siempre queda la sensación de que ni siquiera los leen o de que la persona que los ha leído no es la correcta, que nunca llega a los que tienen que decidir", argumenta Pujol, que le dedica al entrenamiento entre una y dos horas diarias, excepto una jornada a la semana.
De sacrificio, entrega y trabajo les ha hablado a las jóvenes deportistas que se citaron en Santa María de Guía durante estas semanas. Algo que en el mundo del deporte femenino, rodeado aún de barreras, clichés y desigualdades, es más que necesario. "Han conocido a una persona como Cindy, que juega en Primera División y que puede ser referente para ellas porque muchas veces a nosotras nos cuesta encontrarlas. Que las tengan al lado ayuda muchísimo. Demuestra que se puede conseguir", añade.
Eso unido a otros aspectos cree que marcarán el camino del deporte femenino en lo próximos años. "Que se televise el fútbol de Primera División es un cambio enorme, impensable antes. Que se diga como va la selección en la Eurocopa, por ejemplo, es toda una revolución", sentencia. Pero las patadas por la igualdad en el deporte están más cerca, en el día a día para Pujol. "Este campus es un ejemplo. Es el primero femenino en toda Canarias. ¿Eso es un cambio? Pues claro que lo es. Hace años hubiera sido inimaginable. No estamos hablando de un pueblo, estamos hablando de un territorio muy grande como Canarias", afirma Pujol, una soñadora del balón.
