Los dueños qataríes del PSG se enfrentan a una de las primeras consecuencias de haber llenado el vestuario de estrellas: la lucha de egos. Ocurrió ayer, durante el partido de Liga francesa ante el Olympique de Lyon, resuelto con victoria del equipo parisino (2-0), con dos goles en propia puerta del conjunto visitante.

El uruguayo Cavani reclamó lanzar una falta en la frontal del área, pero Dani Alves le retiró el balón y se lo entregó a su amigo Neymar. El tiro fue detenido por el portero del Lyon. Minutos más tarde, el uruguayo no cedió al ex jugador del Barcelona el lanzamiento del penalti, pese a las insistentes protestas de Neymar. Tampoco tuvo mucho éxito el uruguayo, que vio como el guardameta repelió el tiro.

El Lyon encajó en el Parque de los Príncipes su primera derrota del curso. Pero ofreció un gran nivel ante el conjunto de Unai Emery. El triunfo propicia que el París Saint Germain conserve los tres puntos de renta respecto al Mónaco al término de la sexta jornada.