¿Qué sensaciones quedan el día después de lograr el mayor éxito de su carrera pugilística?
Muy contenta, orgullosa y con ganas de conseguir mucho más.
Además peleando ante su público. ¿Supuso esto un extra de cara a su rendimiento?
Sí, el jugarte el título en casa me dio un plus de motivación. Eso sí, en ciertos momentos te generaba cierta inquietud. A veces te rondaba por la cabeza una pregunta: ¿y si pierdo? No suponía presión, pero te asalta la duda. Tienes una mayor responsabilidad. Pero también ayudaba para reforzarme en lo moral. Me decía, hoy no puedo perder, tengo que ganar.
¿Cómo se encontró en un combate tan exigente?
La verdad es que enfrente tenía una rival bastante dura. Me costó mucho, pero finalmente pudimos conseguir la victoria. Pienso que la clave estuvo en mi contragolpeo. Aprovechaba cuando ella me tiraba golpes para responderle con manos fuertes.
¿Le sorprendía el nivel que exhibió en este combate la argentina Jota Guanini?
No, para nada. Sabía que se trataba de una boxeadora bastante rápida, que tiene muchísimo boxeo. Quizás sí me sorprendió que desde el primer asalto ya fuese a saco.
Su victoria levantó críticas en el rincón de su oponente. El preparador de la argentina manifestaba que se marchaba con un muy mal sabor de boca, porque en su opinión le robaron el triunfo a su pupila.
Ahí quienes mandan son los jueces, ellos califican. Si tienen quejas deben dirigirse a ellos. No voy a entrar en esas consideraciones. Pero en mi opinión están equivocados. Sé que ella me ganó bastantes asaltos, sobre todo los primeros, porque me costó mucho entrarle.
¿A qué altura de la pelea se vio como vencedora?
Sobre el sexto asalto ya estábamos por encima en las cartulinas, porque me costó mucho levantar la pelea después de un inicio donde Guanini dominó. Pero hasta el noveno round no me vi campeona. Ahí pensé que el título podía ser nuestro, que no teníamos que descuidarnos en el décimo y último. Pero no me quedó otra que intercambiar golpes con ella, y que fuese lo que Dios quisiera.
¿Qué pasaba por su cabeza en los momentos más complicados, cuando la argentina le ponía en serios aprietos?
Como dije anteriormente en los primeros asaltos pensaba que iba a resultar muy complicado el llevarme la pelea, porque se estaba mostrando como una boxeadora fuerte, muy dura. Podía pasar cualquier cosa. Eso sí, nunca me sentí como perdedora.
Por lo que cuenta, Jota Guanini le sorprendió. ¿La conocía, la había visto pelear antes?
Muy poco, sólo a través de un vídeo en Internet en el que no se apreciaba bien su boxeo. Pudimos observar que íbamos a pelear contra una rival muy exigente, con bastante técnica, con muchísima fluidez en el juego de piernas y que combinaba bastante. Sí me sorprendió que el viernes se comportó de forma más marrullera, salió a afear el combate.
¿Y en ese tipo de peleas se encuentra usted cómoda?
Sí, pero siempre y cuando intercambiemos golpes limpios. Pero ya cuando empieza tu rival con golpes sucios, agarrando, metiendo los codos y la cabeza, no; porque esos golpes duelen más que diez piñas seguidas.
¿Este título sirve también para reivindicar el papel de la mujer en un deporte como el boxeo?
Sí, aunque en estos momentos el boxeo femenino suena bastante. Está subiendo y se nos está dando un lugarcito. Se nos reconoce el trabajo y el sacrificio que hacemos. Espero que siga creciendo. La mujer tiene tanto que dar en el deporte como el hombre.
Esta victoria puede abrirle las puertas a pelear por el título europeo. ¿Su próximo gran reto?
Eso es lo que me comentaron. Supercontenta de esa oportunidad, pero no es nada oficial. Por lo pronto me toca descansar al menos una semana y luego a volver a darlo todo en los entrenamientos para lo que venga en el futuro.
¿Qué cuota de 'culpa' tiene en este título mundial su preparador, Jony Monzón?
El 50%. Sin él no habría sido posible todo esto. Entre los dos formamos un equipo, aunque luego sea yo la que me suba al ring. Jony pone una cuota importante en el trabajo que hacemos.
