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Lucha canaria

"Si un luchador mal clasificado queda inválido será culpa de la Federación"

"Hemos vuelto al kilómetro cero. Es lamentable lo que ha pasado", se lamenta el doctor Norberto Marrero

El docotr Norberto Marrero Gordillo en su despacho de la Universidad de La Laguna. JOSÉ LUIS GONZÁLEZ

En el sentido más puramente deportivo, ¿cuál es el estado de salud actual de la lucha canaria?

Va ligado de la salud. Desde el punto de vista del espectáculo puedo decir que muchos luchadores que habían seguido de manera estricta el control del peso empezaron a hacer luchas, como me confesó más de uno, como no las hacían desde que eran juveniles. Así que respecto al espectáculo probablemente va a perder si no se controla el peso. Una persona con exceso de peso tiene menos movilidad y menos gama técnica. Un ejemplo: todos hemos visto a Marcos Ledesma hacer sus famosas agachadillas cuando hubo un momento en que no podía ni hacerlas. Es una realidad.

A principios de este mes, la Federación Regional decidió, a través de su Asamblea General, suprimir la segunda y tercera columna de la tabla gradual de reducción de peso que se había implantado desde 2014. Ceñidos a la salud ahora, ¿cómo cree que afectará esta decisión a la lucha canaria?

Habíamos avanzado muchísimo. La apuesta de la antigua Junta de Gobierno y del propio Jurado de Garantía había sido muy brava. Me fastidia mucho por un hecho: por mi despacho pasaron varios luchadores, conscientes de que era mejor para ellos esa reducción de peso. Me hacían comentarios de lo más variopintos. Uno me decía que la madre llevaba toda la vida diciéndole que bajara peso y nunca lo cumplió y que ahora la lucha era la que le hacía bajar kilos. Tengo otro ejemplo de un luchador muy pesado, que no voy a decir el nombre, al que le estaban saliendo heridas en los pies porque se movía mucho más rápido que antes. Pero lo más importante es la salud del luchador. Ahora mismo no hay tope, solo el índice de masa corporal (IMC) 40, que era algo que ya habíamos sobrepasado nosotros. El trabajo que se ha hecho parece que no ha valido de nada y eso es triste por el tiempo perdido de mucha gente.

¿Este borrón y cuenta nueva de la Federación de Lucha Canaria devuelve el problema al punto de partida?

Sí, hemos vuelto al kilómetro cero. Es lamentable lo que ha pasado, lo lamentarán luchadores y espectadores. Los luchadores lo lamentarán en sus rodillas, en su corazón... Será una nueva sobrecarga de esfuerzo para ellos. Creo que se debería volver cuanto antes a la situación anterior. Los comentarios que he oído, lo que he podido leer, es que la Junta de Gobierno lo que dice es que se quedarían muchos luchadores sin luchar si se aplicara esa tercera columna que tocaba. Si se aplicase la tercera columna, que en realidad es la cuarta dado que hubo una prórroga de un año, de hecho casi ninguno iba a cumplirla Y me explico, lo cumplirían casi todos, pero a través del estudio posterior que se hace sobre componente graso y componente muscular, donde iban a estar sobre el 37 o 38 de IMC, que indica que la persona está bastante fuerte muscularmente, no al 35, que es muy restrictivo.

¿Y ahora cómo queda esta cuestión?

Ahora han quitado toda esa parte de estudio. El IMC es una relación simple entre peso y estatura. Esto es válido para discriminar a gran escala, para hacer una primera criba, por ejemplo si queremos calcularlo en un colegio. A los niños que les da un valor por encima del normal se les hace, posteriormente, un estudio sobre la composición corporal. Ahí se comprueba si el excedente de peso es por masa grasa o no. En deportistas, normalmente, ese exceso de peso no es por masa grasa y sí por masa muscular. Ese es el caballo de batalla con el que hay que pelear.

Se entiende entonces que el IMC no es válido para calificar luchadores.

Es un error garrafal guiarse por el IMC para no dejar luchar a los luchadores. No se puede utilizar en deportistas para determinar que el componente graso de un deportista es perjudicial. No se puede. Sería simplemente un primer paso. Con un estudio posterior sí. Cuando constituíamos la Comisión de Rendimiento dejamos una hoja de ruta para discernir quién estaba pasado o no de peso. Muchos luchadores nos preguntaban que cómo podían luchar otros. La respuesta era simple y era que tenían una masa muscular extraordinaria y el exceso de peso no era por masa grasa. Siempre lo explico de la siguiente manera: es como si voy a participar en una carrera de Fórmula 1 y no me dejan porque mi coche corre mucho. Parece contradictorio. Eso podría pasar con deportistas a los que no le dejen luchar por su IMC. Se le debería impedir luchar por su componente graso, no por su IMC.

¿En qué se traduce? ¿Qué problemas ve de entrada?

Debería haber mayor protección sobre los luchadores que han sido clasificados, por ejemplo. El reglamento pone claramente desde hace 10 años que cualquier luchador que vaya a cambiar de categoría tiene que pasar un estudio antropométrico para comprobar si le corresponde dicho grupo o no. Eso se lo han saltado literalmente este año y se lo piensan seguir saltando, por lo que me han dicho. La norma está escrita en el reglamento. ¿Cómo se explica? Voy al caso de Eusebio Ledesma, clasificado como puntal A. Desde el punto de vista de rendimiento sería un puntal A, pero desde el punto de vista del cuerpo no lo es. ¿Qué se hace? Ponerlo a competir en un grupo donde la altura más baja es de 1,83 metros y el peso más bajo es de 138 kilos. Si un luchador mal clasificado se rompe y queda inválido por una cuestión de peso el responsable y la culpa es de la Federación. ¿Por qué? Porque lo ha agrupado en un grupo al que no pertenece antropométricamente. Ahora bien, si ese chico decide que el es puntal A ahí cambia el tema. En ese caso, él ha elegido un grupo donde sabe que se puede romper.

¿Puede ahondar en ello?

Un luchador es protegido por su cuerpo cuando tienen un buen rendimiento pero no la altura y el peso de su grupo. Se le protege para que no se rompa y para que sea más valioso a la hora de fichar. Ahí él presta atención a controlar su peso, a seguir avanzando sin mayor peligro. Ahora mismo ha habido descensos y ascensos sin estudio antropométrico. Eso es saltarse la normativa y, además, a sabiendas. Y eso tiene el nombre de prevaricación. Me da mucha pena. No han dejado estabilizarse al sistema cuando los luchadores aún no se han enfrentado a él.

¿Está en riesgo la salud de los luchadores con esta decisión?

Muchas veces me pregunta: 'Mira el sobrepeso que tiene tal persona y no tiene nada'. La respuesta es que nuestro cuerpo es una máquina perfecta y la juventud hace que el cuerpo se adapte. Cualquier transgresión que hagamos de juvenil a adulta, el cuerpo es un mecanismo agradecido. En esa etapa, el cuerpo lo resolverá. Pero cuando entramos en los 35 hacia adelante, ahí empiezan los problemas. Una simple subida de tensión puede hacer que una arteria se rompa y acabes con un derrame cerebral o un infarto, si hay una malformación. La salud de los luchadores está en juego, sí..

¿Qué mejoras había experimentado la lucha canaria en estos años de control de peso?

Técnicamente es indiscutible. Como hombre de lucha, uno habla con aficionados y te dice que ahora da gusto ver luchar porque había luchadores que estaban realmente pasados de peso. Solo buscaban separadas, solo a empujarse y no se veían luchas. Una tesis doctoral, defendida por uno de mis doctorandos en 2016, donde se relacionaba la composición corporal con el rendimiento deportivo, pudo demostrar cómo disminuyó un 12% en solo año y medio los factores de riesgo cardiovascular. Si lo dejamos avanzar, la prevención será brutal. Todos aquellos luchadores que dejan de estar en activo se reintegran en la sociedad con un sobrepeso y niveles de tensión arterial muy altos. Muchos tienen el problema de que dejan de hacer ejercicio y el problema social es real. ¿Qué población queremos entonces?

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