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Baloncesto Selección española

Nueva vida, misma ambición

Leticia Romero y Leonor Rodríguez, tras ganar el oro continental en verano y cambiar de clubes, preparan el asalto al Eurobasket 2019

Las grancanarias Leticia Romero y Leonor Rodríguez posan durante el entrenamiento del pasado miércoles en Madrid. FEB

Las medallas -que no han sido pocas durante los últimos años- no cambian el rumbo de la selección española de baloncesto femenino. Tanto metal -el último el pasado verano, un oro en el Europeo-, tampoco remueven las señas de identidad de un generación dorada que tiene ahora el objetivo de clasificar a España para el Eurobasket 2019. "Tenemos la mismas ganas de competir. Son solo nueve días de concentración en los que trataremos de dar lo máximo. Lo pasado está pasado y no vale de mucho. ¿A quién no le gusta y motiva seguir ganando?".

La reflexión la hace Leonor Rodríguez (Las Palmas de Gran Canaria, 1991). Junto a Leticia Romero (Agüimes, 1995) forman parte de la mejor selección española femenina de la historia. Su palmarés a día de hoy con la absoluta es brillante: una plata en el Mundial de Turquía (2014), una plata olímpica en Río (2016) y un oro en el Eurobasket de este verano (2017) para Rodríguez; y una vitrina idéntica más un bronce continental (2015) para Romero.

Ahora la pareja grancanaria, concentrada con el resto de la selección en Madrid, tiene por delante dos partidos frente a Bulgaria (mañana, 17.00 horas, Teledeporte) y ante Holanda (miércoles 15 de noviembre), con los que España inicia su asalto al Eurobasket 2019. "Siempre es un placer volver con la selección. Son diez días reunidas de nuevo, en un grupo que es una familia, un lujo. Solo pensamos en pasarlo bien, ganar y dar un paso más para la clasificación", prosigue Rodríguez.

Dos rivales -Bulgaria y Holanda- aparentemente desconocidos y con un caché muy lejos del que posee la selección española, pero que también guardan aspectos peligrosos. "De Holanda no hemos hablado mucho porque es el segundo partido. De las búlgaras sabemos que son jugadoras muy verticales al aro, que es un equipo al que le gusta correr, con jugadoras pequeñas y habilidosas. No podemos dejar llevarnos por sus contraataques", cuenta Romero.

Estas 'ventanas FIBA', que han levantado la polémica en el baloncesto masculino -son invisibles en los calendarios de la Euroliga y de la NBA- llevan siendo una práctica habitual durante años en las competiciones femeninas, que sí paran sus torneos durante estas semanas. "Tenemos los calendarios adaptados a ellos y es completamente diferente a lo que pueda pasar con los chicos. Lo que sí puedo asegurar es que yo veo aquí a todas con muchísima ilusión y con las mismas ganas de hacerlo bien independientemente del partido que vayamos a jugar", agrega la base de Agüimes.

Durante estos meses, las vidas de Leticia Romero y de Leonor Rodríguez han cambiado bastante. La de Agüimes acabó con honores su periplo universitario en Florida State, fue seleccionada en el Draft de la WNBA por Connecticut Sun y eligió como primer destino profesional el USK Praga de la República Checa; por su parte, la alero de Tafira dejó Girona para probar suerte en el Wisla Cracovia de Polonia. Una aventura que ha llevado a ambas jugadoras grancanarias a la Euroliga, la mejor competición de clubes del viejo continente.

"Es un buen sitio para empezar mi carrera. Me tengo que adaptar a la Euroliga y demás. Llevaba cuatro años en Estados Unidos jugando con jugadoras de mi edad, más o menos, y esto es un mundo totalmente distinto. Me lo tomo como un reto difícil, porque no está siendo nada fácil", sentencia Romero.

Todo en un club con tradición y respeto continental. El pasado curso, además de dominar en la República Checa, alcanzaron la Final Four de la Euroliga. "Tengo muchas ganas de seguir mejorando y alcanzar todas mis metas", continúa la canterana del CB Islas Canarias. Porque el salto de la universidad al profesionalismo se nota. "Requiere su adaptación, pero no me puedo quejar", sentencia. En su plan, una vez acabe la temporada, se abrirá la WNBA, la mejor competición del mundo. "Pueden pasar muchas cosas, pero la idea es terminar esta temporada en abril o mayo e ir a probar a Estados Unidos. Este es el año de las cosas nuevas y seguro que no me voy a aburrir", concluye Romero entre algunas risas.

A unos 500 kilómetros de distancia de Praga, Leo Rodríguez brilla en Cracovia. "Estoy muy contenta. La ciudad es muy bonita, hay muchísimo ambiente y estoy muy cómoda. Además en el plano deportivo me siento muy adaptada, en una liga muy física donde estoy teniendo un rol importante", afirma.

El objetivo marcado para esta temporada en Cracovia es claro: "Luchar por todas las competiciones del país". Una 'obligación' redondeada con la participación del conjunto polaco en la Euroliga. "Era uno de los grandes motivos que me hicieron ir al Wisla. Ya había jugado tres años y tenía muchísimas ganas de volver. De momento, todo me va genial allí", asegura. Nuevas vidas y la misma ambición para las dos grancanarias que son presente y futuro de la selección.

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