La tenista bielorrusa afincada en Gran Canaria, Anastasiya Yakimova, que alcanzó el puesto número 49 de la WTA, señaló que ser tenista profesional "aporta un plus" que no se logra como entrenadora, labor esta última en la que asegura disfrutar de "una vida personal estabilizada".

'Nastia' -como es conocida afectuosamente- Yakimova, que imparte clases en la Escuela de El Cortijo y realiza un curso de Técnico en Dirección de Entidades Deportivas, señaló que llegó a la isla en el año 2005 sin saber hablar castellano.

"Estaba jugando en Holanda un campeonato por equipos y al mío lo dirigía Ralph Kok. Como quiera que yo estaba buscando un entrenador, me puse a sus órdenes y me vine con él a Gran Canaria, donde ya estaba afincado y, al final, también decidí quedarme", apuntó.

De esa forma, Nastia empezó a ejercitarse con el técnico holandés en las pistas de La Calzada -con posterioridad se trasladó al López Socas y al Cortijo-, y un año más tarde alcanzó la posición 49 del ránking mundial.

"Posiblemente, de haber llegado un poco más alto hoy viviría mucho más desahogada económicamente, aunque no me quejo en ese sentido. Ahora juego algún torneo que otro porque sufrí una lesión en el nervio ciático que me dio muchos problemas y, también, porque desde el 2012 trabajo en la Escuela de Tenis de El Cortijo", precisó.

Yakimova, que ya domina perfectamente el castellano y recurre a algunas expresiones típicamente canarias, es una enamorada de la Isla.

"No hay nada que no me guste de Gran Canaria. Hay calidad de vida, un buen clima y una gran oferta deportiva que para mí es muy importante, porque me muevo mucho entre la bicicleta, carreras, surf, pádel, tenis... Y también me encanta surfear en Las Canteras", reveló.

Debido a su experiencia y al nivel que alcanzó en el circuito femenino WTA, Nastia Yakimova tiene mucho que transmitir a las promesas canarias.

"En El Cortijo hay diez pistas de tenis y tenemos niños de ambos sexos que vienen a realizar una actividad extraescolar y otros que están centrados en la competición. Nuestra escuela cuenta con unos 30 especialistas compitiendo, lo cual es una cifra importante", indicó.

Al estar vinculada a la cantera canaria, es una voz más que autorizada para evaluar cómo se halla el nivel del tenis en categorías inferiores en las islas.

"Este año ha sido bastante bueno, sobre todo en el cuadro de los chicos, con jugadores que despuntan como Tomás Quesada, Juan Pérez Góngora, Óscar Morales y Pablo Padilla. En chicas, destacaría a Carlota Heinz y a Carlota Molina, que tiene mucho talento natural y muy buenas cualidades físicas", subrayó.

La propia Yakimova controlaba hasta hace poco tiempo las evoluciones de Carlota Molina, quien ha emprendido una nueva etapa deportiva en Barcelona en su idea de seguir progresando en el tenis.

"En los últimos años estuve entregada a Carlota y debido al tiempo que pasaba con ella no pude dedicarme como hubiese querido a la Escuela de El Cortijo. Ahora llevo unos meses poniéndome al día y centrada en esta labor de entrenar, que me gusta mucho", precisó.

Finalmente, Anastasiya considera que hay diferencias considerables entre jugar de forma profesional al tenis y ser entrenadora.

"La carrera tenística tiene un plus de emociones, algunas de ellas fuertes, y también hay altibajos con bajones que pueden ser grandes, mientras que como entrenadora, si bien es cierto que te alegras de los triunfos de tus alumnos, tienes una vida personal mucho más estabilizada".