El domingo, en una pista auxiliar del O2 Arena, Pablo Carreño ayudaba a su amigo Rafael Nadal a ponerse a punto para el debut en el Torneo de Maestros. Apenas un día después, Nadal se despedía del público londinense tras perder frente al belga David Goffin un partido en el que dio muestras evidentes de que sus problemas en la rodilla habían vuelto.

Unos minutos después, el número uno del mundo anunciaba su retirada del torneo y daba paso a su amigo, que hoy debuta en el torneo que reúne a los mejores del año.

La lesión de Nadal da oportunidad a Carreño de resarcirse de un último tramo de temporada decepcionante, muy lejos del nivel que mostró hasta el Abierto de Estados Unidos. Tendrá al menos dos oportunidades de reivindicarse, hoy (20.00 horas) ante el austríaco Dominic Thiem y el viernes contra el otro integrante del grupo denominado Pete Sampras, el búlgaro Grigor Dimitrov. Aunque parte con el lastre de la derrota de Nadal ante Goffin, que pasa a su casillero, el gijonés podría clasificarse para semifinales si gana sus dos partidos.

De momento la ventaja es para Dimitrov y Goffin, que ganaron en la primera jornada, pero el formato del torneo dará opciones al ganador del Carreño-Thiem. Los precedentes no son buenos para el gijonés, que perdió los seis partidos anteriores contra el austríaco, quinto mejor jugador de 2017.

"Con Thiem en ATP he perdido siempre, pero cuando éramos jóvenes le gané en torneos menores", declaró Carreño a la página oficial de la ATP. Y añadió: "Sé cómo jugarle. No es fácil porque intenta ponerse de derecha y es muy agresivo con ese golpe y también tiene un saque muy poderoso. Tampoco viene jugando su mejor tenis, no está con mucha confianza, y vamos a intentar aprovecharlo".