Las Running Girls, como se hace llamar este conjunto de chicas reunidas para correr y, sobre todo, para pasarlo bien, conforman el grupo con más inscritos en la Hospital Perpetuo Socorro San Silvestre 2017. Un total de 30 mujeres de este colectivo participarán mañana, como cada año desde que se unieran en 2014, en la carrera solidaria que tendrá lugar por las calles de Las Palmas de Gran Canaria a partir de las 17.00 horas.

Repartidas entre las localidades de Tamaraceite, Arucas, Telde, Vecindario y la capital, estas féminas consideran que la última carrera del año es una cita obligatoria e ineludible en la que ninguna busca rendimiento ni hacer marca, sino divertirse. "Tardamos una barbaridad en acabar la prueba, pero lo pasamos muy bien. Es la prueba insignia de nuestra actividad", asegura Patricia Díaz, entrenadora y fundadora del grupo.

"No vamos a competir. Simplemente, el hecho de ver a todo ese mogollón de gente ya es algo especial. Además, es fin de año, con lo cual es más emotivo", señala, por su parte, Pilar Segura, una de las Running Girls más veteranas.

La HPS San Silvestre, por tanto, no supone para ellas una carrera cualquiera. "Intentamos demostrar que se puede correr y que se puede disfrutar haciéndolo. Vamos al ritmo de la que vaya más lenta. Lo que hacemos es ir toda la carrera cantando villancicos. Nos paramos en los sitios en los que la gente está más animada y, cuando hay un semáforo en rojo, nos paramos hasta que se ponga en verde. Nos lo pasamos pipa", confiesa la preparadora, campeona de la prueba en 2014 y subcampeona en 2015.

Sin embargo, desde la edición del año pasado prefiere quedarse junto al grupo para pasárselo mejor. Y para que eso suceda ayuda el hecho de que van disfrazadas. "Cuando empezamos la carrera salimos todas juntas con un tutú y una diadema con cositas encima, como algún Papá Noel o cualquier otra figura", describe Luz Marina del Moral. Y también considera que cuando se paran en los semáforos, a pesar de que las carreteras están cortadas al tráfico, surgen los mejores momentos. "Mientras esperamos, saltamos y brincamos cantando villancicos".

La improvisación, clave

Pero no sólo se trata de pararse al ver una luz roja. "Todo lo que se nos ocurre y todo lo que sea reírse, pues lo hacemos durante todo el camino", señala Tania Rodríguez. Como por ejemplo, lo que explica Luz Marina. "Cuando vemos fotógrafos o cámaras de televisión, vamos hacia donde están y nos ponemos a posar o a hacer el 'trenecito' para que nos graben y vacilar un rato", confiesa.

Aunque todas van al ritmo de la más lenta para ir juntas, las Running Girls están preparadas para competir, ya que entrenan tres veces por semana durante una hora en la que trabajan diferentes aspectos: un día la fuerza, otro la técnica y la velocidad y el otro es más extensivo, como confiesa Patricia. Sin embargo, no es el día para hacer marca. "Lo que recuerdo siempre de la San Silvestre es diversión", admite Pilar.

Para la veterana corredora, pertenecer a la Running Girls supone algo mucho más grande que el simple hecho de militar en un grupo de atletismo. "Es como un estilo de vida. Es una forma de incentivar a la mujer en el tema del running, porque normalmente hay muchísimos más hombres que mujeres en este deporte", relata.

"Siempre he querido correr y esta es la mejor alternativa. Me río, me divierto y me supero cada día", resume, por su parte, Tania, quien revela que los villancicos más repetidos durante los seis kilómetros que dura la prueba "son el de 'Navidad, Navidad' y el ' We wish you a Merry Christmas". "Lo que queremos dar a conocer nuestro inglés", bromea.

Y después, como todos los que participen en la HPS San Silvestre, toca cenar y partir el año. "Como sabes que ya has quemado unas cuentas kilocalorías, te hartas y comes con más alegría", admite Pilar con una sonrisa, mientras Tania concluye: "Un día es un día y no nos comemos las uvas corriendo porque eso ya sí que es imposible".