La Unión Ciclista Internacional (UCI) decidió este martes endurecer toda la reglamentación contra la Covid-19 con vistas al Tour de Francia, una nueva normativa que se hizo pública mientras la totalidad de corredores comenzaban a llegar a Copenhague con vistas a la disputa de la ronda francesa que empieza el viernes con una contrarreloj individual en la capital danesa.

La hecatombe de positivos que se produjo en la Vuelta a Suiza y los aumentos de contagios que se están dando en buena parte de Europa llevó ayer a anunciar un extraordinario control a los equipos que deberán someter este miércoles a todos sus corredores, técnicos, auxiliares y personal colaborador a test de antígenos. Estas pruebas se repetirán durante las dos jornadas de descanso y deberán pasarlas también los comisarios encargados del control de la carrera puesto que son aquellas personas más próximas a los corredores.

Asimismo, la UCI también recomendó este martes, aunque no de forma obligatoria, que cada dos o tres días durante el Tour los técnicos y auxiliares volviesen a efectuar test de antígenos, aunque en este caso los corredores están exentos.

Nueva situación

Sin embargo, y para evitar un caos en el supuesto de que hubiese un importante contagio, la UCI retiró la normativa que autorizaba a la dirección del Tour a excluir de la carrera a un equipo cuando al menos dos ciclistas dieran positivo en los test. Ahora, un equipo podrá continuar compitiendo si supera los dos contagios, que siempre deberán verificarse con una prueba PCR en el caso de descubrirse la presencia del virus en los test nasales de antígenos.

El Tour está preocupado ya que en la Vuelta a Suiza hubo medio centenar de abandonos, aunque si es cierto que muchos ciclistas se fueron a casa por prudencia, sin dar positivo y por temor a infectarse y no poder disputar la ronda francesa.