El proyecto de ley fue aprobado por 160 votos a favor y 75 en contra, tras un debate de 14 horas sobre el proyecto oficialista, y ahora debe ser sancionado o no por el Senado, que lo votará el 20 de noviembre.

El oficialismo confiaba en lograr la aprobación de la iniciativa en la Cámara Baja, donde tiene mayoría, aunque sectores del gobernante peronismo se oponen al proyecto enviado por el Gobierno de Cristina Fernández, que establece el traspaso de los activos de las Administradoras de Fondos de Jubilación y Pensión (AFJP) al Estado.

"En estos momentos de recesión mundial se requieren medidas anticíclicas, generadoras de confianza y, sin embargo, se ha generado más desconfianza" con este proyecto, cuestionó el diputado Felipe Solá, miembro de la bancada oficialista.

El legislador, que reconoció que existe "tensión" con sus colegas del partido en el poder, es uno de los peronistas "disidentes" que votó en contra de la medida, junto con los legisladores de las opositoras Propuesta Republicana (PRO) y Coalición Cívica (CC).

El encargado de abrir el debate fue el titular de la comisión de Previsión Social, el oficialista Juan Díaz Roig, quien defendió la iniciativa gubernamental y calificó de "solidario" el sistema estatal.

A su turno, el diputado Oscar Aguad, presidente del bloque de la opositora Unión Cívica Radical (segunda fuerza parlamentaria), consideró que los legisladores no contaron con suficiente tiempo para analizar el proyecto, que comenzó a ser debatido el mes pasado en comisiones parlamentarias.

Sin embargo, el titular de la bancada peronista, Agustín Rossi, se mostró satisfecho de haber "conciliado posiciones con bloques que no son" afines al Gobierno y que ya adelantaron que votarán a favor del proyecto, que afecta los cerca de 30.000 millones de dólares que comprenden los fondos de las AFJP.

El oficialismo aceptó el martes cambiar 15 artículos de la reforma propuesta por el Gobierno con el fin de asegurarse el mayor apoyo posible a la iniciativa, que tras recibir el visto bueno de la Cámara Baja deberá ser ratificada en una votación del Senado prevista para el próximo 20 de noviembre.

La dirigente de la opositora Coalición Cívica Elisa Carrió comenzó esta noche una vigilia en el tradicional Obelisco en repudio a la iniciativa oficial.

"Es una forma de acompañar a los diputados que están en el recinto. No quiero que se sientan solos en una batalla que daremos hasta el final", destacó en declaraciones a radios de Buenos Aires.

La ex legisladora cuestionó a quienes votarán a favor del proyecto y apuntó que en pocos meses tendrán que explicar "el crimen" cometido.

Para el diputado de CC Fernando Sánchez, "ni el oficialismo ni la oposición creen que se está discutiendo la reforma del sistema previsional (de pensiones)".

"Todos sabemos que se trata del manejo de caja, dinero y poder", afirmó Sánchez, quien advirtió sobre el posible desvío de esos fondos en momentos en que el Gobierno se prepara para afrontar el año próximo elecciones legislativas.

"La opinión pública demanda el control sobre el manejo de los fondos", señaló la analista Analía del Franco, directora de la consultora Analogías, a tono con la postura de la oposición sobre las pretensiones del Gobierno de utilizar el dinero para pagar compromisos de deuda pública.

El traspaso de los fondos constituirá "un robo al ahorro de los trabajadores", aseguró ayer el diputado Federico Pinedo, de Propuesta Republicana, durante un acto en rechazo al proyecto oficialista al que asistieron miles de personas.

Los fondos privados de pensiones, que cuentan con 9,5 millones de afiliados, están en manos de bancos y aseguradoras de capital argentino, español, holandés y estadounidense.

Las AFJP tienen el 55 por ciento de sus inversiones en bonos soberanos y otro 14 por ciento en acciones de empresas, entre ellas 14 que forman parte del Merval, panel líder de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.

Las administradoras fueron obligadas esta semana a repatriar inversiones por unos 600 millones de dólares colocadas en el resto de los países del Mercosur (Brasil, Paraguay y Uruguay), la mayor parte de ellos en el mercado de capitales brasileños.