El presidente del Consejo Económico y Social de Canarias (CES), Fernando Redondo, asegura que las Islas Canarias tienen un mayor margen de maniobra para superar la crisis económica respecto a otras comunidades autónomas, aunque advierte que las instituciones no deben tomar decisiones de impacto con el simple objetivo de tratar de ocultar la realidad.

"Canarias ante la crisis económica mundial". Este es el título del debate celebrado ayer en el Club Prensa Canaria, en la segunda sesión de las III Jornadas Canarias de Pensamiento Crítico que organiza Acción en Red Canarias, con la participación del economista y presidente del CES, Fernando Redondo, y el también economista y profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Antonio González Viéitez.

Redondo defendió que el Archipiélago está más sujeto a los vaivenes internacionales que el resto del país, por su mayor dependencia y sensibilidad exterior. A pesar de todo, el economista cree que Canarias goza de una serie de resortes para afrontar en mejores circunstancias la actual coyuntura, a través de programas dotados de financiación que deben impulsarse.

Entre ellos, el presidente del CES habla del Plan de Empleo como fórmula para recolocar y cualificar a la mano de obra, el Plan Eólico, el Plan de Residuos y de Depuración, "que tienen recursos y están parados desde hace años". Todos ellos, según explica, debe servir para inyectar recursos a la economía local.

A su vez, el experto habla de que el Archipiélago está situado junto a un mercado en crecimiento, como es el africano, que puede servir de catapulta si se aprovechan las relaciones existentes.

Fernando Redondo advierte a las Administraciones que, en este proceso de búsqueda de soluciones, no deben caer en errores, en "burradas", que bajo el paraguas de la situación económica, suponga dilapidar nuestros recursos medioambientales. Y, como ha sido el caso, de "crear un cordón sanitario", mediante acciones como intentar subvencionar el petróleo, bajar los impuestos para competir con los mercados exteriores y pagar parte de las hipotecas.

O, como fue el caso nacional, de repartir 400 euros. Una iniciativa, esta última, que el Banco de España ha considerado negativa por no haber logrado los resultados deseados, dejando las arcas públicas con una merma considerable. Todo ello, dice, con el único objetivo de "ocultar la realidad".

Antonio González añade que la economía financiera ha dirigido las decisiones políticas, que nadie tomó en cuenta las advertencias de burbuja en sectores como la vivienda y alerta del riesgo de que se aproveche el momento para dañar el medio natural de Canarias.